Caminar siempre me aclara la mente. Es tranquilizante sentir el viento golpearte la cara. Así como el Universo me golpea. ¿Por qué en vez de darme tratos complicados no me da un maletín con dinero? Ja. Como quisiera eso. Debo dejar de creer que viviré en mi mundo fantasioso. Pero quisiera vivir allí.
He llegado. El hospital. Llevo un par de días sin venir. Aunque he hablado con mi padre por teléfono, no se compara con hablar en persona. Ver su cara y saber si se siente bien. Eso necesito ahora.
—¿Papá? Llegue —digo al abrir la puerta y entrar a la habitación donde él se encuentra. Esta en el hospital que antes era de Dayana y que ahora es de Danien. Pobre del director, o directora, debe haber mucha confusión con esos cambios de dueños.
—Al fin llegas. Creí que me habías abandonado. ¿Soy muy viejo para como para que me visites? —bromea con alegría. Soy la única que lo visita siempre, en ocasiones vengo con Jess o Noah, o hasta con Jhony, pero soy yo quien esta con él. Claro, tampoco tenemos a alguien más.
—Sí, es que el olor a guantes de plástico y medicinas me esta cansando —bromeo y me acerco a él para abrazarlo.
—Bien, ¿y a donde voy hoy? —pregunta. Yo me siento en un banquillo junto a su cama confundida.
—¿A que te refieres?
—Vamos, hija. Soy viejo, no ingenuo —aclara chistoso y con obviedad—. La enfermara vino anoche a ayudarme a empacar mis cosas. Eso mismo paso antes de venir aquí. Es claro que te has metido en algo de nuevo. ¿Qué sucedió?
Si supieras. Ha pasado tanto en tan poco tiempo que ya ni sé que estoy haciendo.
—Pues... Dayana y yo completamos el trato, por decirlo de alguna manera —menciono. Se nota en la cara de mi padre que sospecha de esas palabras, y con certeza, esto no es algo de lo que alegrarse. Él me ve con intriga y hace un gesto para que continúe—. Y ya no puedes seguir aquí. Ella ya no financia este lugar.
La sorpresa y el nerviosismo en su rostro al decir estas últimas palabras me preocupa aún más de lo que ya estoy. ¿Qué puedo hacer? No tenia opción.
—Entonces... ¿Qué haremos?
—Hable con alguien más. Alguien que es capaz de pagar todos los gastos que necesites —digo tratando de disminuir su angustia.
—¿Pero? —inquiere. Sabe que siempre hay una consecuencia a tanta beneficencia, y tiene razón.
—Pero... debo convencer a una chica a que se alíe con él.
Mi padre no comprende de lo que hablo, se le ve. No lo culpo, yo tampoco lo sé. Es algo bastante confuso para cualquiera.
—Me refiero, a que nuestro "contribuyente", alias "niño mimado", esta por realizar un contrato con una mujer importante. Y ya que cree que podría llevarme bien con ella, debo convencerla de aceptar su propuesta de negocios. A cambio, estarás con sus mejores médicos privados.
—Halia, ¿no crees que esto ya es muy extraño? Solo la palabra "privado" suena costoso. Hija, no quiero que llegues a tanto solo por mi. Rechaza a ese fulano y nosotros veremos como resolverlo —ordena preocupado. No lo había visto nervioso desde hace tanto que ya hasta creía que no se podía verlo de esa manera—. No dejare que te metas en mas líos que se te salgan de las manos. Yo...yo veré que hacer. Puedo salir y...
—Papá —lo interrumpo. Ya se esta saliendo de contexto—, no puedes hacer nada. Debes estar en reposo para mejorar. Entiendo tu preocupación, no puedo decirte que no siento lo mismo. Pero no importa lo que me cueste o lo que tenga que hacer, tu eres mi padre, mi única familia, quien ha estado conmigo cuando ni mi madre lo quiso, te cuidare. No me cuesta nada hacer esto. Además, tal vez te den una linda enfermera —bromeo sonriente en un intento de aminorar la tensión en el aire.
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¿Por Qué Me Tocó Este Idiota?
RomanceSi pensabas que conocer a un millonario era una idea asombrosa, pues tenías razón, excepto si ese millonario es Danien Hall. Ese idiota... -Oye, escuche eso. -Callate, estoy en plena presentación. Aja, como iba diciendo. Ese idiota no entiende nunca...