Capítulo nueve.

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Vaya semana más jodida, debía de admitir, entre la misma escuela con sus tareas y las lecturas que el profesor Cobain le había encargado se sentía tan aturdido.

Sus recesos los ocupaba para leer, cosa que había extrañado hasta al mismo Izzy que, aunque también tenía el mismo propósito de mejorar sus calificaciones, no había sido tan extremista como Axl.

Incluso había perdido tiempo que podría haber utilizado para ir a coquetear con el castaño, pero no, usaría el tiempo perdido ese sábado y aparte trataría de impresionarlo con todo lo que había leído durante la semana.

El viernes que llegó a su casa solo buscó su cama, no quería ni moverse pero debía preparar sus alimentos que también eran su prioridad, pues no había probado bocado desde el desayuno.

Durante la noche le costó conciliar el sueño, logró escuchar como su padre le gritaba a su madre quien sabe que cosas, y aunque quería ir a golpearle la cara a ese idiota tuvo que controlarse para no crear un escándalo que pusiera en alerta a sus vecinos metiches.

Se dió el lujo de despertarse un poco tarde el sábado por la mañana, por desgracia recordó que el profesor Cobain llegaría a las nueve para iniciar con la tutoría, casi de un brinco se levantó del colchón para poder hacer su ejercicio diario y luego tomar una relajante ducha que le ayudó a calmar los inexplicables nervios que estaban empezando a molestar.

Al salir se vistió con un simple pantalón de mezclilla y ya, porque su comodidad iba primero, fue a la cocina para comerse un sándwich de mantequilla de maní y ketchup, su gusto secreto más raro.

En un bowl colocó unas galletas de vainilla en forma de osito que su papá solía comprar para él, pero tarde, se las entregaría como cortesía a su profesor.

Justo cuando iba cruzando el salón escuchó el timbre resonar por toda la casa, vaya que era puntual porque eran exactamente las nueve en punto. En fin, se encaminó hacia la puerta abriendo la misma.

Se encontró con aquel hermoso castaño de ojos azules apagados, vestía un pantalón de color negro estilo militar y unas botas de cuero sintético del mismo color, una camisa blanca con la portada de Abbey Road en la misma, sus gafas de paste gruesa y sus cabellos un poco revueltos, cargaba una mochila en uno de sus hombros y un libro en sus manos.

—. Buenos días, Rose. Con permiso. — Se adentró a la casa en cuanto el pelirrojo le dió el paso. Estaba intentando no desviar su mirada de los orbes color esmeralda.

—. Eh, buenos días, profesor. — Murmuró cerrando la puerta tras el castaño.

Le hizo un ademán para que le siguiera por las escaleras, subieron hacia el pasillo y justo cuando el menor se detuvo frente a la puerta de su habitación, el castaño titubeó llamando su atención.

—. ¿Tus padres no tienen oficina? Se me haría mucho más cómodo ahí... — Eso es, evita de todas maneras tener un contacto demasiado íntimo con el mocoso.

—. Si tienen pero la dejan con llave porque dentro tienen cosas importantes de la universidad, no me dejan entrar de igual forma. — Pero no tenía escapatoria de la zanahoria con patas.

Ambos entraron a la habitación, el castaño con más inseguridad de lo que estaba haciendo, dejó su mochila sobre el escritorio junto a su libro, sacó su laptop para encenderla.

El pelirrojo se acercó dejando el bowl sobre la madera donde reposaban las cosas del mayor, en el reflejo de la pantalla la mirada oceánica pudo distinguir la silueta bien trabajada del pelirrojo.

Atrapó su labio inferior entre sus dientes intentando espantar cualquier pensamiento incorrecta de su cabeza, jaló la silla para poder sentarse de forma más cómoda buscando los archivos con los que iban a trabajar.

—. Bien, siéntate porque tenemos mucho que trabajar y no hay que perder el tiempo. — Le advirtió intentando demostrar un poco de tranquilidad.

El ojiesmeralda se encogió de hombros yendo a buscar una silla, al regresar se sentó junto a Cobain que sintió tensarse ante la cercanía.

[🚬]

Empezaba a sentirse desesperado por no poder hacer mucho, ya casi era hora de almuerzo y si estaba entendiendo todo lo que le explicaba pero quería más que una simple charla.

Iba a aprovechar el pequeño descanso que se dieran para comer algo, solo esperaba que el mayor pusiera de su parte.

—. Y bueno, si tienes hambre ve a comer algo, luego continuamos. — Le avisó dejando uno de sus libros sobre la mesa.

—. Claro, ¿No quiere uno? Los traje para usted. — Señaló el bowl tomando uno de los ositos de galleta.

Kurt se sintió un poco atacado, amaba esas galletas con toda su alma pero no debía demostrarle ningún interés a los detalles que aquel muchachito estaba teniendo con él.

—. Yo... Está bien.

Estaba por tomar la galleta cuando el menor lo colocó entre sus labios inclinándose hacia el castaño con una sonrisa maliciosa haciendo presencia en sus labios.

El castaño rodó los ojos, fácilmente podía tomar otra galletita y comerla, pero algo dentro de él le rogaba porque le siguiera el juego al menor.

«Oh, como te odio instinto humano» se quejó mentalmente, se acercó al pelirrojo mordiendo la galleta y rozando sus labios a penas con aquel movimiento.

Eso se había sentido bien en demasía, si eso fue una experiencia increíble... Tal vez...

Sus divagaciones se interrumpieron cuando el ojiesmeralda tomó la delantera uniendo sus cerezos en un beso nada inocente.

໒❛ 𝐁𝐀𝐃 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora