Capítulo veintidós

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Quizás ninguno esperó que las cosas se desenvolvieran de esa forma, en todo caso quién se sentía más que sorprendido era el castaño, la mano del menor fue a acomodar los cabellos ajenos notando como las mejillas del contrario estaban un poco ruborizadas al igual que la punta de su nariz.

—. ¿Estás bien? — Murmuró llevando su mano ahora a acariciar su mejilla derecha con sus dedos.

—. Casi veo a Dios, ¿Tú qué crees? — Se notaba que el castaño no había perdido esa escencia sarcástica y algo mamona, al menos para con él.

Apartó su mano de su rostro mientras reía con levedad, recostó su cabeza en el pecho del mayor y sus falanges empezaron a dejar caricias a la altura de sus caderas, era increíble la paz que sentía en ese momento, era un sentimiento extraño que nunca supo que le había faltado hasta ese momento. Era reciproco, el mayor se sentía de la misma forma que no pudo evitar llevar sus dedos a enredarse entre los mechones rojizos.

—. ¿Irás a la boda de Duff e Izzy? — Tal vez estaba yendo demasiado rápido cuando a penas se acababan de encontrar, ni siquiera sabía si Cobain seguía saliendo con el mismo hombre de hace unos años y solo fue el cuerno.

—. Tengo la invitación pero no planeaba ir... Sabía que te iban a invitar. — Tampoco iba a mentir, había intentado evitar ese encuentro mucho tiempo, al menos atrasarlo.

—. ¿No quieres ir conmigo? — El corazón de Kurt dio un vuelco al instante, tal vez necesitaban ponerse al día sobre la vida del otro pero sentía que ya no podía dejar pasar el momento de enmendar las cosas.

—. Me encantaría. — Apretó sus labios bajando un poco su mirada, encontrándose con los orbes color esmeralda observándole con fijeza.

—. Al menos algo hice bien. — Soltó una risa acercándose al rostro del mayor para dejar un beso sobre sus labios, aunque el castaño le apartó con cuidado apoyando sus manos en su pecho.

—. Oye, quisiera que te quedaras toda la noche, pero creo que Sharon debe estar esperándote. — El mayor tenía mucha razón en lo que decía, por un momento había olvidado que tenía una responsabilidad mucho más grande encima.

—. Tienes razón... Pero tú me debes una cita el viernes. — Conforme se iba poniendo de pie decía aquello y empezaba a recoger sus prendas mientras que el ojizafiro daba un vuelta en la cama recostándose boca abajo.

—. De acuerdo, pero tú me vas a recoger a la universidad porque salgo tarde. — Luego tomó un impulso para levantarse de la cama recogiendo su camisa, se la colocó con cuidado y cuando se volteó se encontró con el ojiverde cerca de él.

El menor le tomó por la cintura para dejar besos en sus labios logrando sacarle risitas al castaño, luego de esa sesión de besos tan leve fue el mayor quién le tomó por la muñeca para jalarle fuera de la habitación, a ese paso iban a terminar pasando toda la noche juntos.

Al estar al fin en el primer piso se detuvieron frente a la salida, ¿Había que despedirse de una forma en especial? O sea, vergüenza no debían de tener luego de lo que acababan de hacer, podían sentir todo menos pena.

—. Kurt, de verdad lamento todo lo que pasó, nunca quise que las cosas sucediera de esa forma y yo... Cambiaste mi vida, nadie había hecho que viera el mundo de otro manera, gracias por eso. — Acunó una de las mejillas del castaño en la palma de su mano dejando suaves caricias en su pómulo con la yema de su dedo.

—. Ya olvidalo, a veces aún me arrepiento de haberte sacado de mi vida. — Sí iban a empezar de nuevo, planeaba ser sincero, cosa que en su momento había evitado y terminaron en esa situación.

—. No vuelvas a hacerlo, esta vez no vas a poder alejarme. — Le advirtió soltando una risa baja acercándose de nuevo, sus cerezos se estaban volviendo una adicción por segunda vez, pero ahora que podía probarlos con más libertad era mucho mejor, no le alejaba ni huía luego de cada beso.

—. Axl... En serio... — Intentó alejarle luego de varios minutos pero tampoco es que haya puesto tanto esfuerzo si sus brazos fueron a rodear sus hombros con seguridad. —. Sharon debe estar preocupada.

Los besos del colorín bajaron al cuello del ojizafiro, podía recordar a la perfección que esa era una de las razones por las que huía tan seguido de él, cuando estaban juntos eran peor que una habitación de hornos para hacer repostería, ni siquiera sabía que era más caliente, si Rose o un boiler.

Dio un pequeño respingo en su lugar cuando una de las manos del menor se coló bajó su camisa dándole un ligero golpe a uno de sus glúteos, eso solo fue una distracción para poder hacer un chupón en una zona notable de su cuello blanquecino.

—. ¡William! — Le regañó viendo como se alejaba de su cuello con una sonrisa satisfecha, en fin, lo descarado seguía siendo parte de su personalidad y por una extraña razón le gustaba en demasía.

—. Bien, bien. Ya me voy, nos veremos el viernes. — Le advirtió dejando un corto beso en su frente antes de salir de la casa del castaño con un aura mucho más alegre con la que había llegado.

El ojizafiro se apresuró a ir a buscar una pastilla para el dolor y una toalla, luego quizás dormiría como hacía tantos años no lo lograba, su cuerpo entero rogaba por un descanso pronto. Mientras, el colorín ya había retomado camino de vuelta a su casa con una sonrisa amplia decorando sus labios.

El camino se le hizo mucho más corto, bajó del auto yendo hacia la casa notando que las luces de la cocina seguían encendidas, probablemente su madre estaba comiendo pero al parecer se equivocó. Había estado comiendo y se quedó dormida en la mesa, eso le causó cierta ternura pero también preocupación por haberla dejado sola demasiado tiempo.

Se acercó y con delicadeza la cargó encaminandose escaleras arriba, la mujer se removió un poco abriendo sus ojos para detallar el rostro de su hijo, se veía demasiado desalineado y cansado.

—. Axl, apestas a baño público.

໒❛ 𝐁𝐀𝐃 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora