Ahora mismo, estoy en un avión rumbo a España para el funeral de mi padre. Estoy destrozada por su pérdida, pero me esfuerzo por mantenerme fuerte, sabiendo que es lo que él querría ver en mí: una mujer firme y decidida.
Este último año ha sido un verdadero calvario. Mi vida casi terminó con el accidente que se llevó a Eddie, pero, en realidad, ese fue solo el comienzo de esta historia.
Todavía recuerdo esa noche en que trasladamos el cuerpo de Eddie a Madrid para su entierro. Por alguna razón, no pudieron colocar el ataúd en la bodega del avión, así que lo llevaron en la cabina principal, justo delante de mí. Me senté frente a sus restos, incapaz de apartar la vista, pensando en cómo, apenas la noche anterior, él dormía a mi lado con esa mirada tierna y su cabello rubio desordenado sobre mi almohada.
Cuando llegamos a Madrid, nos recibieron cientos de oficiales para dar inicio a una ceremonia oficial. No solo estaban los oficiales y amigos, sino también muchos ciudadanos y medios que se unieron a nosotros, acompañándonos desde la iglesia hasta el cementerio.
Sinceramente, estuve bajo los efectos de tranquilizantes durante gran parte de la ceremonia, pero cuando todo terminaba en el cementerio, los sedantes empezaron a desvanecerse y el dolor volvió a apoderarse de mí.
Nunca he sido buena para mostrar mis emociones en público, así que esperé hasta que todos se marcharan para despedirme del gran amor de mi vida. Frente a la tumba de Eddie, con lágrimas corriendo por mi rostro, expresé algunas palabras ahogadas por la tristeza. Pero, de repente, vi acercarse a unos hombres junto con una mujer y un niño.
"La prometida de Eddie, finalmente nos conocemos..." —recuerdo que uno de los hombres dijo, su voz teñida de una burla apenas disimulada.
—Disculpe, ¿lo conozco? —pregunté, aún confusa.
—Lo siento... Soy Fernando, el cuñado del hombre que yace aquí —respondió con una sonrisa que no ocultaba su sarcasmo.
Me sentí incómoda, como si se burlara del alma de Eddie, pero al mismo tiempo, la confusión me invadía.
—¿Cuñado?
—Sí, soy el hermano de esa mujer con el niño en brazos —dijo, señalando a ambos. Luego añadió con frialdad—: Tal vez te estés preguntando... ¿Quién es el padre de ese niño?
No necesitaba preguntar. En cuanto miré al niño, su parecido con Eddie era innegable.
Mi mente se llenó de confusión. Apenas pude reprimir un sollozo, tratando de mantener la compostura.
—Te lo explicaré brevemente... —dijo Fernando, señalando la tumba de Eddie—. Se casó con mi hermana, tuvo un hijo con ella y luego desapareció. Pensamos que algo malo le había pasado, pero nos enteramos de que se había ido de Canadá y había comenzado una nueva vida en España. Supimos que incluso iba a casarse de nuevo, pero lamentablemente... tuvo un pequeño accidente con su avión.
El tono con el que lo dijo me dejó claro que había tenido algo que ver con la muerte de Eddie. Un miedo visceral me recorrió el cuerpo, y busqué desesperadamente una forma de marcharme.
—Espera, hay algo que necesito discutir contigo —insistió.
—No tenemos nada de qué hablar —repliqué, intentando mantener la calma.
Fernando se colocó frente a mí, bloqueando mi camino. Sentí que no me dejaría ir tan fácilmente.
—Mira... No me considero un hombre peligroso, pero podría llegar a serlo, y Eddie lo sabía muy bien. Por eso me ayudó algunas veces con mis negocios. Ahora que él no está, necesito a alguien que ocupe su lugar, y pensé que tú podrías ayudarme.
—Estoy segura de que no podría ayudarte en nada —respondí, tratando de mantener mi voz firme.
—Claro que sí. Eddie me mencionó que sabías volar helicópteros. Solo necesitaría que de vez en cuando me ayudes a transportar algunas mercancías.
—No, no estoy dispuesta a ayudarte. Ahora déjame irme a casa.
—Si quieres, puedo llevarte. Sé que no es muy lejos de aquí.
Lo miré aterrada; parecía saber demasiado sobre mí. ¿Me habrá estado siguiendo? —pensé con pánico.
—Ya es suficiente. Debo irme —dije, esquivándolo como pude y salí corriendo del cementerio, asegurándome de que nadie me siguiera.
Nos leemos el jueves 🚁🇵🇱
-XOXO
![](https://img.wattpad.com/cover/226997323-288-k92902.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MONACO
Romance¿Qué es lo que la princesa de Mónaco oculta? Gianna, acabaría mudándose a Mónaco donde se encontraría con el príncipe Arthur, y las cosas marcharían bien entre ambos, hasta que conoce a Charles, un joven piloto de Formula 1.