Chapter 3

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La madrugada reinaba y las luces de la casa de (N) estaban encendidas y una chica azabache estaba sentada en el comedor intentando no dormir, claro si eran las 5 de la mañana. Se estaba rindiendo ya no le importaba que su cara cayera en su desayuno, quería dormir hasta que escucho pasos y una voz peculiar que ya conocía.
-Vaya vaya, pero si mi querida (N) está despierta-
El peliblanco se acercó a ella para abrazarla y ella le dijo
-Satoru llegas 15 minutos tarde-
-¿eh? Y eso que
-¡Sabes que estuve aguantando 15 minutos más para no quedarme dormida!-
El chico la miro bajo la venda negra que cubría sus ojos y empezó a carcajear sin más
-Disculpa, pero no tengo excusa, de compensación puedes dormir hasta que lleguemos a pueblo ¿si?-
-No confió en ti Satoru, pero aceptó tu oferta-
La azabache y el peliblanco emprendían su viaje, cuando se subieron al tren bala la chica se durmi inmediatamente haciendo reír a Satōru ya que ella siempre era igual, desde aquel incidente.
Que claro no le gustaba recordar a él y mucho menos recordárselo a a la azabache, él la miraba, todavía no era tiempo, todavía nadie podía decirle que había estado conviviendo con el recipiente de Sukuna, ella mataría a Itadori en cuanto lo supiera, tenía que mentalizarse y mentalizar a la azabache.
-Satoru-
Dijo la azabache entre sueños haciendo al chico sonreír, esto iba a ser difícil para él. Las horas pasaron, y ya estaban llegando a aquel pueblo donde la pureza de la nieve blanquecina rodeaba las casas, todos abrigados,y con la capa representante de aquel clan de chamanes. Los recibió un chico ojiverde.
-Bienvenidos sean, mi nombre es Yū y seré su guardián aquí, por favor síganme-
Los dos individuos lo siguieron por el pueblo hasta llegar a una cabaña que desde afuera se veía elegante, el peliblanco abrazo por los hombros a la azabache ya que el frío estaba empezando a reinar en sus cuerpos.
-¡oh, disculpen mi falta de respeto, en este pueblo usamos este tipo de capas que calientan bastante y nos dan movimiento, en cuanto entremos, les daremos la suya!- dijo aquel ojiverde
-Oh si está bien no se preocupen esta pequeña de aquí puede aguantar-
Los tres empezaron a avanzar hasta que la azabache volteó a ver al ojiazul
-¿pequeña? Ya para de decirme así Satoru es vergonzoso, eso fue hace mucho tiempo-
-Tú siempre serás mi pequeña-
El ojiverde los veía confundido, hasta que entraron y dos personas les entregaron dos capas, una negra con detalles dorados y azules para Satoru, Y una blanca con detalles negros y rojos para (N) los dos se pusieron las capas. Y un señor bastante grande entro por la puerta principal saludando a Satoru, Satoru rápidamente se puso enfrente de (N) y le dijo.
-(N) me imagino que percibiste algunas maldiciones en el camino dile a Yū que te acompañe, te prohíbo estar sola-
Susurro Satoru en bajo ella simplemente salió y el ojiverde salió tras ella.
-Lo siento mucho, Kohaku sama es un poco sobrepasado con las mujeres-
-Ah ya, eso explica por qué Gojo hizo eso-
El ojiverde la miraba y le pregunto su nombre.
-¿cual es tu nombre? Y Gojo san ¿es tu pareja?-
La chica paró en seco y lo volteo a ver
-¿Por que esa mirada de asco? ¡Jajajaj!
La cara de asco de la azabache era indescifrable
-puf ¿Satoru y yo? No, tan solo somos...¿familia? No lo sé realmente-
-¿Que? Bueno eh ya no preguntaré, te llevaré con las maldiciones bien?-
-Si, por favor Yū san-
Los chicos platicaban animadamente sobre trivialidades e historias de sus vidas, el ambiente se disfrutaba bastante, hasta que la chica recibió una llamada.
>>Itadori Yuuji>>>
~¿(N)?~
~Yuuji ¿Que pasa?~
~Realmente nada, quería contarte que Frushiguro, Nobara y Yo tendremos una misión ¡solos!~
~...¡Eso es genial Yuuji! Les deseo mucha suerte...quisiera estar ahí .~
~Muchas Gracias (N), tranquila pronto tendremos nuestra misión juntos~
~Si tienes razón, me llamas cuando termine. ¡Yuuji!~
~Tranquila será lo primero que haga~
~Cuídense~
~Lo mismo~

La chica colgó la llamada mirando al pelirrojo este la miraba con una sonrisa nostálgica hasta que pregunto.
-(N) tu realmente aprecias a tus amigos ¿no?-
La azabache lo miro confundida
-¿Que dices?- la chica le dio una sonrisa.
-Es que estás llorando-
La chica rápidamente secó sus lágrimas con su camisa.
-En serio no me di cuenta, creo que me preocupe de más por ellos, ellos son fuertes, pero no se por que siento que algo va a salir mal-
El ojiverde la reconfortó y le dijo que ya que ella era de un clan prestigiado le enseñara cómo funcionaban sus habilidades, ella aceptó y el castaño la llevó al centro del bosque donde se encontraban un par de maldiciones.

La melodía de tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora