Chapter 25

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La chica miro aquel tentáculo en su tobillo se quedó callada en silencio pero no tuvo tiempo para pensar, aquel tentáculo la había alzado con intenciones clara.
Estrellarla contra el suelo así hubiera sido si Itadori no hubiera llegado en su rescate al estar segura en el suelo sostenida por Itadori lo miro.
-Nos preocupo que la flauta dejara de sonar- Decía Yuiji dejando a la chica en el suelo.
-Lo siento, no quise dejarme atrapar- Hablo la chica poniéndose en posición de pelea.
-Tonta, no te disculpes.-
Fue lo último que le dijo Itadori a la chica antes de cargarla de nuevo, mirarla y salir corriendo con ella entre brazos.
-¿Por qué corres?-
Hablaba la chica confundida.
-Fushiguro tiene un plan y creo que eres muy inteligente para que lo entiendas sin que lo tenga que decir-
-¡¿Que!?-
Grito la chica un poco exaltada sin saber el siguiente movimiento de su amigo, lo único que veía era aquella maldición persiguiendolos destruyendo todo a su paso hasta que el chico freno en seco y bajo a la chica de su brazos para mirarla a los ojos.
-Espero me perdones por lo que estoy apunto de hacer.- Hablo un poco nervioso, la chica aún confundida solo ladeó la cabeza a penas iba a hablar cuando menos lo espero el pelirosado la lanzo de las escaleras que habían a un lado de ellos.

Mientras caía la mente de la chica no procesaba nada, simplemente veía el vacío de las escaleras al caer, lo que la hizo reaccionar fue ver a su mejor amigo lanzado por las escaleras también, eso la hizo reaccionar así que más rápido que el viento saco su flauta y ento la melodía más desafinada que cantó en su vida.
Una melodía especialmente creada para abrir su extensión de dominio.
Aquella melodía resonó por todo el lugar provocando que aquel edificio se fundiera en la extensión de dominio de la azabache, la azabache cayó en el suelo pero no sé lastimo.

Su dominio funcionaba con gravedad cero así que el pelirosado nunca cayó quedó flotando.
(N)! ¡¿Que es esto!?- Grito sorprendido el pelirosado.
-Es mi extención de dominio Yuiji.- Dijo la chica que parecía cansada.
-Lamento arruinar su diversión, pero tenemos una maldición que matar.- Salió de las sombras Fushiguro provocando un grito en la chica.
-¡Fushiguro!- Protesto la chica.
-Lo siento, bien acércate este es plan.-

La azabache caminaba tranquila por el edificio fundido con su dominio, ella controlaba todo dentro de aquel edificio cada particula y ser vivo así que no se preocupaba, la maldición se había vuelto a esconder.
-Me pregunto dónde estará.-
Paro en seco no hablo unos segundos miro la pared a su lado, cerró su puño lo engulló en poder maldito y golpeó la pared, al golpearla salió una maldición pequeña que rápidamente salió corriendo.

La chica la miro y pronunció.
-Bingo.-
Y comenzó a perseguir a la maldición.

Por otro lado, el pelirosado estaba caminando junto a su amigo azabache preocupado por su amiga.
-No creo que sea buena idea dejarla sola Fushiguro.-
-Itadori, confía en ella, es fuerte además está en su dominio.-
El pelirosado no hablo más y se resigno a seguir el plan.

La maldición escapaba lo más rápido que podía ya que la pelinegra lo seguía cada vez más de cerca, así que intento perderla saltando de las escaleras al vacío pero no funcionó, la azabache lo siguió hasta el elevador que al abrirse vió
algo demasiado asqueroso, era lo que parecía ser el corazón de aquella maldición.
La azabache sin palabras simplemente corrió hacia arriba buscando a sus amigos, si eso era el corazón el plan no funcionaría.

Gojo había terminado su misión así que decidió ir a ver a los chicos ya que estos se estaban tardando, al llegó lo único que vio fue un edificio derrumbado y un pelirosado tirado en el suelo, preocupado por los otros dos se acercó rápidamente al pelirosado y este solo sonrió.
-Pense que tardaría años Fushiguro.-
Escucho una voz femenina.
-Primera vez que llega temprano.-
Volteo a un lado y diviso a dos azabaches con bebidas en las manos.
-Hola Satoru-
Hablo la chica dulcemente extendiendo un café en lata al mayor.
-¿Les ahorraron el demoler el edificio a los trabajadores?-
Pregunto burlón el peliblanco.
-Si...Digamos que la maldición era muy juguetona-
Dijo el pelirosado riendo.

La melodía de tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora