XX

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Hoy se cumplía un mes de que Sunoo haya aceptado la disculpa de Niki y desde que este intenta tener a Sunoo como novio, las cosas andaban bastante bien, pero quería darle algo material que simbolice su cariño.

-Vamos, abre tu regalo- 27  de diciembre, Niki le acababa de entregar una cajita a Sunoo, el contenido era secreto.

-¿Qué es?- estaba muy emocionado.

-Ábrelo y míralo- eran aproximadamente las 11:05 de la noche, todos los demás estaban en sus habitaciones.

Sunoo abrió lentamente la caja encontrándose con una manilla con un dije de sol, miró confundido a Niki.

-Es una manilla de pareja- mostró el que estaba en su muñeca derecha, las perlas eran iguales, pero en vez de un dije de sol era uno de luna.

-P-pero...

-Nunca te la saques ¿si?- ató aquella manilla en la mano izquierda de Sunoo, así para cuando la tome las manillas igual estén juntas. -Sé que las cosas materiales no te importan... pero realmente espero que te haya gustado el braza--

Los esponjosos y rosados labios del pelinegro lo callaron -Mientras tú me lo hayas dado, es más que perfecto.

Y volvieron a besarse, beso tras beso, segundo tras segundo, en cada uno se volvía mas y más húmedo, más y más necesitado.

-E-espera- ninguno supo cuándo llegaron a esa posición en la que estaban ahora, el rubio estaba encima de un acostado y sonrojado Sunoo -vamos a dormir ¿si? estoy muy cansado.

-Uno más- besó de nueva cuenta sus labios, el chasquido de sus labios era o único que se escuchaba en esa habitación vacía.

Sunoo tan solo se dejaba besar y acariciar, no podía decirle que no a esa carita.

-A-ahora si, a dormir- cuando el beso terminó huyó de abajo de Niki para cambiarse de ropa.

Sus mejillas estaban calientes, sus ojos tímidos y sus manos temblorosas, pero aún así se estaba cambiando de ropa.

Niki rió y se cambió de igual forma a su pijama azul a cuadros mientras Sunoo se ponía su pijama celeste.

El menor estaba por entrar a la cama para esperar a su cariñito pero entonces vio que este no podía abotonar su pijama así que se acercó a él con la intención de ayudarle.

Pero entonces vio su espalda, la unión de su cuello con sus hombros, era tan blanco como un malvavisco y seguro igual de dulce, se quedó tentado y quieto mientras admiraba aquella blanca piel de su mayor.

Ni él supo cuándo se acercó, o cuándo tomó las caderas contrarias en sus manos y peor cuándo mordió esa zona, volvió a la realidad cuando Sunoo soltó un gritito y se encogió en su lugar.

-¿¡P-pero qué!?- su mayor se dio la vuelta por la sorpresa que le dio aquella mordida.

-L-Lo siento!, no quise hacerlo ¿Te dolió? lo lamento mucho- de inmediato lo abrazó para que no pueda ver sus rojas orejas.

-Dolió un poco... pero me tomaste por sorpresa, ¿Porqué lo hiciste?

-No quise hacerlo, realmente lo lamento- se separó con la mirada baja para que no vea su rostro -Te espero en la cama- le dio un besito en la mejilla y corrió a refugiarse dentro de las sábanas.

Sunoo no sabía porqué su menor se puso tan nervioso, solo lo mordió, no hizo nada más, eso si, dejó una leve marca, pues su piel era muy sensible y cualquier toque lo marcaba.

Entró a la cama junto con su menor siendo inmediatamente apresado por esos brazos que tan bien conocía.

-Lo siento, lo siento, lo siento- Niki abrazaba a Sunoo por la espalda y con cada "Lo siento" depositaba un beso en la zona anteriormente mordida.

-Niki, para, me haces cosquillas- se encogió nuevamente en su lugar mientras reía y se retorcía para salir del agarre de su menor y que deje de hacerle cosquillas.

-Nop- al saber que su cuello era la debilidad de su mayor, le daba muchas ventajas -no voy a parar- y repartió besos rápidamente en todo su cuello dándole la vuelta para poder seguir con los besos.

Sunoo reía en su lugar, pataleaba para poder ser soltado, pues su cuello era la zona más débil de su cuerpo, un toque ahí y él se desmoronaba en el piso.

-Bien, durmamos- Niki decidió parar al ver las lágrimas acumuladas en los ojos de Sunoo a causa de la risa -buenas noches- besó su frente.

-Buenas noches- se acostó en el brazo de Niki como siempre, aunque habían dos camas en la habitación sólo utilizaban una, pues la otra no la necesitaban, era innecesaria.

Sunoo admiraba su manilla que brillaba con la luz de luna que atravesaba la ventana de la habitación, sonrió una última vez para pegarse más a su menor y poder dormir de una vez.

Esta manilla, simboliza nuestro amor, así que por favor, nunca te la quites.





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Cami~

PERDEDOR- SunKi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora