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─Uno... Dos... ¡Frambuesa!
Reímos cuando respondimos al mismo tiempo. Semi y yo teníamos mucho más en común de lo que había creído. Era tan dulce y divertido que no podía dejar de reír ante cada comentario que hacía, pero sobre todo, mis mejillas no dejaban de sonrojarse cuando él hacía comentarios tan directos. Cuando se me quedaba mirando o me decía lo linda que me veía, todo mi cuerpo se paralizaba ante su sinceridad. Esta había sido la parte más divertida de mi día. Durante el camino nos dedicamos a un juego de preguntas, comimos helados y al entrar al cine me tomó de la mano mientras veíamos la película.
Estaba flotando, era perfecto.
Entonces el vacío llegó a mí. De la nada, aún sintiendo su cálida mano entrelazada con la mía todo enmudeció a mi alrededor y tuve ganas de llorar. Me sentí tan tonta de estar allí, disfrutando de una cita tan bella mientras por dentro la culpa me estaba comiendo. ¿Cómo estará mamá? Era el primer año en el que no lo pasábamos solas cada una encerrada en su habitación y olvidando que existíamos. Era la primera vez que yo pasaba este día con alguien más y se sentía horrible. Sentía que estaba traicionando el recuerdo de mi hermano.
Fue cuando la película terminó, y me di cuenta que había pasado lo que quedaba de esta sintiéndome mal.
Semi me miró unos segundos, como si supiera que mi mente había estado perdida el resto de la película.
─¿Qué te pareció la película? ─ preguntó ─. Creo que el final fue divertido.
─Sí, tienes razón ─ respondí con una sonrisa.
─Al final ambos se separan, Grace ─ dijo él con una sonrisa. Maldita sea, debí saber que era una trampa ─. ¿Estás bien? Es como si de pronto te hubieses sentido mal, ¿Algo te incomodó?
Comencé a negar, pero supe que no podía mentirle.
─Tú juegas volleyball, ¿No? ─ pregunté recordando cuando me había dicho aquello ─. ¿Lo amas tanto como para dedicarte a ello toda la vida?
Él pareció pensarlo unos segundos.
─No, de hecho, me gustaría formar una banda ─ respondió él sincero ─. ¿Por qué lo preguntas?
─Porque yo tenía un hermano que amaba el volleyball tanto como para dedicarse a jugarlo profesionalmente el resto de su vida ─ respondí, recordando aquellos días en los que él hablaba del juego con emoción ─. Es una lastima que no haya podido. Su aniversario es esta semana.
