Capítulo Once

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── Akaashi y Kenoa se
llevan peor que nunca. ೋ

Corrí con fuerza por las calles mientras me aferraba a mi bolso con fuerza para evitar que se cayera

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Corrí con fuerza por las calles mientras me aferraba a mi bolso con fuerza para evitar que se cayera. Me dormí más tarde de lo que había planeado y el autobús se fue sin mí, tuve que esperar media hora para el siguiente. Ahora iba más que tarde, como si no tuviese ya suficientes razones para pelearme con los demás. Había faltado al entrenamiento anterior para salir con Semi y ahora llegaba tarde. No era jugadora, no era manager, pero el entrenador había sido claro con respecto a la responsabilidad dentro del gimnasio. Me trataba como si fuese una más del equipo.

Una sonrisa apareció en mi rostro cuando vi a lo lejos las puertas del recinto.

Al fin iba a llegar, las piernas me quemaban.

Era fotógrafa, no estaba hecha para este tipo de resistencia física.

Mi pecho subía y bajaba agitado mientras corría una última vez hacia las puertas y las abría de par en par.

─¡Llegué!

Exclamé apenas estuve dentro del gimnasio. Los chicos que estaban jugando en la cancha voltearon a verme. Akaashi, Bokuto, otros dos equipo y el Karasuno. Un segundo, ¡El Karasuno! Mis ojos se abrieron de par en par cuando me di cuenta. ¿Qué diablos? ¿Por qué había tanta gente aquí?

─¡Kenoa-chan!

─¡Tanaka-san!

Estaba feliz y sorprendida de verlo. Me agrada, bastante. Era divertido estar con él, y me hacía reír. Además, tenía la sensación de qué yo era con Semi como él era con Kiyoko. Eso me trajo nuevamente a la realidad. Miré a mi alrededor, hasta que sentí el impacto en mi espalda y luego, estaba en el piso con un peso sobre esta.

Yachi.

─¡Grace! ¿Qué estás haciendo aquí? ─ preguntó ella, poniéndose de pie con una sonrisa y ayudándome.

─Donde va el Fukurodani voy yo ─ sonreí con seguridad mientras rebuscaba en mi bolso la cámara ─. No sabía que ustedes estarían aquí.

─No estaba muy segura, el Nekoma y los demás son demasiado increíbles ─ inició Yachi jugando con sus dedos ─, pero tengo fe en el equipo.

Sonreí, no podía esperar más de ella.

Tomé la cámara entre mis manos mientras sonreía y fotografiaba a mi mejor amiga que posaba algo avergonzaba. Miré la cancha, fotografiando el remate rápido de Hinata y Kageyama. Bokuto y Akaashi junto a los dos otros chicos que no conocía, uno de cabello negro y otro de raíces oscuras con el resto del cabello rubio. Hablaban y de vez en cuando, me miraban como si quisieran demostrar que su conversación se trataba de mí. No olvido que le dijo a los demás que probablemente yo no vendría.

Llevé mi dedo índice bajo mi ojo y tiré suavemente de este mientras le enseñaba la lengua de mala manera.

Si él actuaba extraño, yo también podía.





𝐋𝐈𝐀𝐑𝐒 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐔𝐒 ❯❯ Akaashi KeijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora