── Los hermanos Kenoa se sonríen por última vez. ೋ
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Mordí mi uña por última vez mientras veía como Akaashi rompía el sobre y sacaba la hoja escrita. La tomé en mis manos, pero era como tratar de tocar lava. No me sentía lista, pero también sabía que nunca lo estaría. Apenas vi la caligrafía en la carta, sentí mi corazón acelerarse. Miré a Akaashi, él asintió seguro, pero yo no lo estaba. Mordí mis labios, indecisa. Sentí la calidez en mi mano, el suave trazo de su palma deslizándose por debajo de la mía y entrelazando sus dedos con los míos me hizo sentir acompañada, fue reconfortante y me llenó del valor que no había tenido.
Me soltó solo unos segundos para volver a ponerme mis lentes y volvió a agarrarme con la misma fuerza. El último suspiro dejó mis labios cuando comencé a leer lo que había escrito mi hermano.
Querida Grace:
No espero que leas esto de inmediato, de hecho, espero que nunca tengas que hacerlo porque pensar en todo lo que puede estar en tu cabeza en este momento me aterra. No me odies, por favor, ni te odies a ti misma por lo que pasó. Me equivoqué al ponerte en esa posición, eras una niña que estaba acostumbrada a verme sonreír y probablemente estabas confundida. Quizás ahora no lo entiendes, pero tal vez en unos años más sabrás porqué lo hice. Confío en que para ese entonces podrás perdonarme por haberte dejado, te juro que intenté aferrarme lo que más pude a mamá, a papá, a ti. Ninguno de ustedes tenía porqué cargar con el peso de un chico que no era feliz, no era justo para ustedes.
No quería ser otro de los problemas que no podían solucionar.
Prefería acabar con esta mentira antes de que fuese más grande. No tengo miedo, y espero que ahora tú tampoco lo tengas. Te conozco, probablemente le diste mil vueltas antes de animarte a leer estas palabras para ti. Dile a papá que me perdone, a mamá que lamento ponerla en esta posición y a ti, por hacerte creer que pudiste haber hecho más. Aquí y ahora te digo, hiciste más que suficiente, ya puedes dejar de preguntarte que hubiese pasado si me hubiese detenido. Solo habrías pospuesto lo inevitable. Supe que te gustaba tomar fotografías, espero que hayas recibido la cámara que dejé para ti en mi escritorio, iba a ser tu regalo de cumpleaños. Captura todas las sonrisas y momentos divertidos, atesóralos como nunca. Siempre estaré agradecido contigo por haberme amado y haber sido la única que lo notó.
Perdóname haberte dejado, Grace, pero ya eres libre.
Ambos lo somos.
Vive por mí, y vive por ti.
Siempre voy a amarte.
─Trace.
Sentí como el peso dejaba mis hombros y las últimas lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Creo que finalmente puedo... dejarlo ir. La idea de soltar el recuerdo de mi hermano me hacía pensar que estaba siendo cruel y egoísta, aceptar la idea era difícil. Pero podía verlo, allí de pie frente a mí asintiendo, indicándome que estaba listo y que todo estaría bien.
