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Capítulo 8: Reencuentro.

En la oscuridad de la noche, alumbrados únicamente por la luz de la luna que se asomaba por aquella pequeña ventana, un Alfa acariciaba con cariño las hebras rubias del Omega, quien sonreía feliz entre sueños.

Entre susurros, el Alfa le prometía que nunca lo abandonaría y que siempre estarían juntos pasase lo que pasase, mientras inconscientemente envolvía sus propias feromonas alrededor del Omega.

Aquella agradable atmósfera se ve interrumpida por el ruido de la puerta siendo abierta y la voz de una mujer, llamando por el Omega.

-Dio, ya he termina-

El ver al Omega, siendo abrazado por un gran Alfa que había esparcido sus feromonas por toda la habitación, la alertaron, prendiendo la lámpara de aceite.

-¿Q-Quién es usted?- Toma con rapidez uno de los jarrones de al lado.

-Por favor no se asuste.- Trata de tranquilizarla.

-¡¿Qué no me asuste?!- Grita alterada.- ¡Responda o iré a por la policía!

Se levanta com calma de la cama, dejando al Omega solo.

-Me llamo Jonathan Joestar.- Dice con las manos arriba.- Soy el hermano de Dio.

-¿S-Su hermano?

Jonathan asiente.

-¿Y como puedo yo saber qué dice la verdad?

-Bueno...

-Dice la verdad.- Se levanta de la cama, somnoliento.- Jojo es mi hermano, Freya.

-¡Dio!- Se lanza hacia Omega.- ¡Estaba preocupada! ¡Pensé que este Alfa estaba haciéndote daño o haciéndote cosas horribles!

-Lamento preocuparla, no fue mi intención.- Habla apenado.

-Estoy bien, Freya.- La abraza.- Jojo jamás haría algo para lastimarme.

-Jojo...- Mira a los ojos del Omega sorprendida.- ¡Entonces, él es-

Con rapidez, el rubio cubre los labios de la mujer, quien trata de zafarse sin esfuerzo y Dio observa con nerviosismo al peliazul, quien mira todo sin entender.

-¿Qué sucede?- Sonríe confuso.

-No pasa nada.- Suelta a la Omega.- Es solo que Freya tiene que irse.- Voltea hacia la chica.- ¿No es así?

-¿Qué? Por supuesto que- Mira la aterradora mirada del rubio.- ¡Oh, es verdad! Tengo que preparar la cena, ya vuelvo.

Con rapidez, sale de la habitación, dejando al peliazul y al rubio solos.

Sus miradas, azul y rojo, brillan en la oscuridad ante la vista del otro, demostrando sus sentir sin siquiera decir ninguna palabra.

-No tuve la oportunidad de decírtelo, pero te pido disculpas por haber pensado mal de ti respecto a la enfermedad de nuestro padre.- Le toma las manos.- No espero que me perdones al instante, pero haré lo imposible por tu perdón.- Recarga su rostro en aquellas manos.

-No te preocupes por eso.- Alza el rostro del alfa y lo mira con cariño.- Ya te había perdonado desde hace tiempo.

-¡Aun así!

Con amor, el rubio acerca el rostro del Alfa hacia él y deposita un pequeño beso en su frente.

-Todo está bien, Jojo.

Los ojos azules, miraban con adoración al Omega, quien ronroneaba ante ello.

-Dio. Yo...

Sin embargo, detiene su habla por unos pequeños golpes en la ventana y unas largas sombras asomándose por esta.

Jonathan Joestar | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora