Capítulo 7: Revelaciones

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Las pesadillas se habían vuelto aún peores, ahora en lugar de aparecer la figura en sombra, aparecía Apolion asesinando a su familia.

Midna volvió alrededor del medio día, –me alegro de ver que estás bien, –le dijo ella aliviada mientras lo abrazaba, –tengo algo importante que contarte, –le dijo él en un susurro, ambos salieron al patio para poder hablar tranquilamente, el chico le contó todo lo ocurrido en el Templo de las Sombras, su amiga lo escuchaba horrorizada pero al mismo tiempo sentía mucha tristeza por él, al finalizar el relato ambos se miraron a los ojos entendiéndose sin palabras, Link se quebró y lloró desconsoladamente mientras ella lo abrazaba en un intento por consolarlo, un poco más tarde y ya más tranquilo le contó también sobre sus pesadillas, –me alegro de que no estuvieras aquí anoche, –comentó el chico medio en broma tratando de aliviar un poco la tensión, su amiga lo miró con seriedad pero finalmente le sonrió, –tal vez, pero hubiera podido ayudarte, –respondió, –vamos a buscar a Zelda encontré algo que podría ayudarnos, –los dos volvieron a entrar y se dirigieron primero a la biblioteca pero ella no estaba allí, así que él supuso que la princesa se encontraría en la Sala del Trono, así que se dirigieron hacía allí, efectivamente Zelda se encontraba sentada en su trono, pero se acercó a ellos al verlos entrar, –creo que encontré algo que nos puede servir, –dijo Midna mientras sacaba un libro bastante viejo y desgastado, pasando las páginas con rapidez hasta encontrar lo que buscaba, –aquí está, –exclamó finalmente y les mostró lo que decía:

Apoleón o Apolion, acérrimo enemigo de la Bestia Divina de los Ojos Azules,

Al leer ese primer párrafo Link no pudo evitar sentir escalofríos, ahora todo tenía sentido, Apolion quería eliminarlo sin importar cuantas vidas inocentes tuviera que reclamar a cambio, continuó leyendo,

su único objetivo es el de destruir a su adversario, por ello fue sellado hace millones de años, pero se creé que el sello se debilitaría con el paso del tiempo, por lo que se asume que podría liberarse para buscar venganza por su encierro y hacia su enemigo a muerte.

–Pues parece que eso ya ocurrió, –dijo el muchacho con voz seca al finalizar de leer el texto, las dos chicas lo miraron, –y ¿Cómo acabaremos con él?, –preguntó Zelda después de una corta pausa, –esa es la cuestión, –comentó Midna cerrando el libro de golpe y volviéndolo a guardar, –no pude encontrar más información al respecto, busqué hasta el cansancio pero nada, ni siquiera mencionan el susodicho sello, –explicó, Link se quedó pensativo un momento y reflexionó sobre lo ocurrido la noche de los asesinatos, ésa sombra se desvaneció al ser atacada con la espada de la Fiera Deidad, tal vez esa era la solución, –creo que sé como derrotar a Apolion, –dijo él, sus amigas lo escuchaban atentamente, –la noche en que asesinaron a mi familia me invadió una terrible ira que me convirtió en la Fiera Deidad, en ese estado poseía una espada con la que pude derrotar fácilmente a esa sombra, –explicó el chico, -sí pero te transformaste debido a que habías presenciado algo horrible, –dijo Zelda, –estoy segura de que ese es el catalizador de la transformación, –el muchacho se quedó en silencio unos momentos cavilando, –esperen, –intervino Midna, –mientras investigaba me topé con una magia muy peculiar, –comentó, –tal vez pueda hacer que esa transformación sea voluntaria y tú mantengas el control, –dijo señalando a su amigo, –pero ¿Cómo?, –preguntó él intrigado, –necesito reunir algunas cosas para poder llevar a cabo el ritual, –dijo Midna e hizo una pausa, –iré a buscar lo que necesitamos y volveré en cuanto pueda, –dijo ella mientras creaba un portal y lo atravesaba.

Link y Zelda se miraron mutuamente, –puedo hacerte una pregunta, –pidió ella, el chico confundido respondió, –por supuesto, lo que quieras, –su amiga respiró profundamente antes de decir, –amas a Midna ¿verdad?, –el muchacho tomado por sorpresa titubeó al responder, –¿Qué… Qué te hace pensar eso?, –Zelda lo miró a los ojos, él hubiera querido apartar la vista o cerrar los ojos pero se contuvo, –a ella sí le contaste lo que te sucedió en el Templo de las Sombras, –al oír eso Link palideció de inmediato, bajó la mirada avergonzado, –lo siento, –murmuró con la vista aún en el suelo, –pero no quería preocuparte aún más, –el silencio se prolongó hasta que finalmente el chico se atrevió a levantar la vista, su amiga lo miraba más calmada, –aceptó tus disculpas pero no vuelvas a ocultarme nada ¿de acuerdo?, –pidió la princesa, él asintió aliviado.

La Ira de un DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora