La Ira de un Dios

Capítulo 12: Masacre

Link volvió a toda prisa hacia el castillo, aún tenía la vana esperanza de que todo se tratase simplemente de otro truco y que las chicas estuvieran a salvo, pero bastó sólo con atravesar la puerta principal para toparse con una escena dantesca, guardias heridos y muertos, manchas de sangre que decoraban las paredes y el suelo, el muchacho aterrado, corrió hasta el final del pasillo aún esperando encontrar a Midna y a Zelda, pero sus esperanzas se iban desvaneciendo conforme examinaba cada parte del castillo, al llegar a la habitación de Zelda encontró a Impa su niñera, estaba herida pero bien, ella se sorprendió al verlo, –¿Eres tú Link?, –le preguntó, –sí, ¿Qué pasó aquí?, –quiso saber él, ella le contó lo que había sucedido, –en cuanto te marchaste, Zelda quiso seguirte pero yo le insistí que no lo hiciera, tanto ella como Midna fueron a la biblioteca para buscar algo, ignoró qué, –aclaró la mujer, –yo permanecí afuera en caso de que algo pasara, (y pasó), de pronto sólo escuché gritos que provenían del interior, al entrar te vi a ti o eso me pareció, –aclaró, el muchacho se quería morir, –ahora ésa cosa se está haciendo pasar por mí, –pensó furioso, –pero en cuanto me acerqué más inmediatamente supe que no eras tú, –rectificó ella, –¿Cómo era ése ser?, –preguntó él, Impa lo miró detenidamente, dándose cuenta de las marcas de unas manos grabadas como quemaduras en su piel, –era igual a ti, –dijo señalándolo, –sólo que su pelo era negro al igual que su ropa y sus ojos eran rojos, –el chico se quedó callado un momento, ahora entendía por que los ojos de su reflejo se habían vuelto rojos, –de acuerdo, continúa, –pidió él, –las princesas ya se encontraban atadas y amordazadas, intenté atacar a esa cosa pero en cuanto lo hice desapareció, al igual que ellas, –dijo Impa, lucía apesadumbrada, –fallé Link, –le dijo al muchacho, él le puso una mano sobre el hombro, –no, no le has fallado a nadie, –le aseguró con voz queda, –yo sí, –dijo con la mirada en el suelo, –¿De qué hablas?, –preguntó ella desconcertada, –todo esto se desató por mi culpa, mi familia murió porque alguien me buscaba y decidió causarme el mayor dolor y sufrimiento posibles, ahora secuestraron a Midna y a Zelda por mi estúpida debilidad, –confesó sintiéndose impotente, –desearía no haber involucrado a nadie en esto, –admitió en un susurro con voz frágil tratando de no llorar, los dos se quedaron callados unos segundos, –aguarda un momento, –dijo él de pronto levantando la mirada, –si fue mí sombra quien las secuestró, ¿Por qué hay tantos guardias heridos y muertos?, –preguntó, –después de que ellas desaparecieran se escuchó una gran conmoción, salí para ver de que se trataba y vi a todos nuestros guardias luchando contra seres sombríos y eran muy fuertes, –explicó ella, –de entre la muchedumbre pude ver a un hombre alto vestido de negro y él me miraba a mí, –¿Buscas a las princesas?, –me preguntó, me sorprendió escuchar su voz por encima del alboroto de la batalla, pues no hablaba mucho más alto de lo que tú y yo lo estamos haciendo ahora, él se esfumó para volver a aparecer prácticamente a mi lado, –yo sé en dónde están, –me dijo con voz burlona, yo comencé a pelear contra él, pero esquivaba todos mis ataques como si nada, –otra que está dispuesta a morir para protegerlas, que conmovedor, –comentó, de un momento a otro me tenía inmovilizada contra la pared, como pude me zafé y comenzamos a pelear, –eres mucho más fuerte que el mocoso, –dijo con sorna, –te dejaré vivir pues necesito que le des un mensaje a tu amiguito dile que, "lo espero en el Templo del Tiempo si quiere volver a ver con vida a sus amigas", –al oír eso Link no resistió más y cayó de rodillas, Impa se agachó a su lado pero no sabía qué decir pues ella se sentía igual de impotente que él.