Capítulo 17: Recuerdos

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Ahora Link vivía en el castillo dónde se pasaba los días junto a Midna y Zelda, pero el sentimiento de dolor y culpa aún lo atormentaban, él no conseguía deshacerse de las horribles pesadillas que aún lo acechaban por la noche y que apenas lo dejaban dormir, sabía que tarde o temprano estás desaparecerían pero tendría que aprender a vivir con el dolor de su pérdida.

El muchacho se sumió en una profunda depresión, pero nunca le dijo nada a nadie ni siquiera a sus amigas, pues sabía que nadie podía entender lo que sentía mucho menos ayudarlo, he intentaba fingir que todo estaba bien aunque en realidad él estaba destrozado y lloraba casi todas las noches hasta quedarse dormido, había días en los que era más fácil aparentar, pues lograba silenciar sus pensamientos, pero también había días en los que estos mismos no lo dejaban en paz.

Podía estar en el patio de entrenamiento practicando, en la biblioteca leyendo, en el establo cepillando a Epona o simplemente en los jardines del castillo descansando, cuando de pronto los ecos de su familia le volvían a la mente con toda su intensidad, si estaba con alguien, el chico inmediatamente intentaba mantener la calma, se excusaba y se dirigía a su habitación, pero si estaba solo, dejaba que las lágrimas cayeran por su rostro, mientras corría hasta su cuarto, cerrado la puerta y dejándose caer en la cama abrazando la almohada llorando.

Podía estar en el patio de entrenamiento practicando, en la biblioteca leyendo, en el establo cepillando a Epona o simplemente en los jardines del castillo descansando, cuando de pronto los ecos de su familia le volvían a la mente con toda su inte...

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Las semanas pasaron, pero tanto Midna como Zelda comenzaron a ver cada vez más apagado a Link pues pasaba cada vez más tiempo encerrado en su habitación.

Una tarde mientras Zelda caminaba por el pasillo, pasó por delante de la puerta cerrada de la habitación de su amigo escuchando unos leves sollozos, preocupada pegó la oreja a la puerta escuchando los sollozos con mayor claridad, en ese momento Midna quién venía de la biblioteca se acercó a su amiga con curiosidad, ella mediante señas le pidió que escuchara, ambas se miraron con tristeza, se dirigieron hacia el vestíbulo para poder hablar –me siento mal por él –dijo Zelda en voz baja debe sentirse muy triste Midna asintió y muy solo añadió sobre todo porque a perdió a toda su familia comentó, su amiga abrió la boca para decir algo pero ella la detuvo con un gesto sí, nos tiene a nosotras pero no es lo mismo dijo Midna con calma además él pasó por una situación bastante traumática, necesita tiempo para recuperarse y sobre todo tiempo a solas para llorar su pérdida aclaró tienes razón coincidió Zelda.

Una tarde mientras Zelda caminaba por el pasillo, pasó por delante de la puerta cerrada de la habitación de su amigo escuchando unos leves sollozos, preocupada pegó la oreja a la puerta escuchando los sollozos con mayor claridad, en ese momento Mi...

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Link estaba acostado en su cama, lágrimas caían por su rostro, no podía dejar de pensar en su familia, en su mente resonaban los ecos que Apolion había utilizado para torturarlo, ése era el último recuerdo que tenía de ellos.

Más tarde el muchacho decidió volver a casa (pues ya no había ningún peligro), salió a hurtadillas del castillo esperando que ni sus amigas ni nadie más se diera cuenta de su ausencia, llamó a Epona y puso rumbo a su hogar, al llegar sintió un enorme peso en su pecho, era como si su corazón se hubiera vuelto de piedra, con mano temblorosa abrió la puerta principal, todo seguía igual que la última vez, las lágrimas volvían a caer por sus mejillas, pero que sentido tenía secárselas o fingir que no lloraba, las dejó caer por su rostro mientras caminaba por toda la casa recordando todo lo vivido allí, recuerdos buenos, malos, tristes, felices, todo volvía a su mente con forme recorría el lugar, finalizó entrando en su vieja habitación y se dejó caer en la cama, se dio la vuelta dándole la espalda a la puerta.

Un rato después el muchacho sintió una mano acariciando su mejilla secando sus lágrimas, su primer pensamiento fue que se trataban de Midna o Zelda que habían ido a buscarlo, así que no se movió, entonces la voz de su madre le susurró al oído, –ya...

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Un rato después el muchacho sintió una mano acariciando su mejilla secando sus lágrimas, su primer pensamiento fue que se trataban de Midna o Zelda que habían ido a buscarlo, así que no se movió, entonces la voz de su madre le susurró al oído, –ya todo está bien cielo, –al escuchar eso él se giró para ver a sus padres y a su hermana mirándolo, se levantó rápidamente y los cuatro se abrazaron, -lo siento lo siento lo siento, –se disculpó el chico entre lágrimas, –ya no tienes nada de que preocuparte hijo, –le dijo su padre, ambos se miraron a los ojos, –siempre estaremos contigo, –le dijo su madre, –olvida cualquier cosa que Apolion te haya dicho, que hayas visto o escuchado, le aconsejó el hombre, nosotros estamos muy orgullosos de ti, sobre todo porque encontraste la fuerza para seguir viviendo y continuar adelante, dijo ella, con esas palabras él se dio cuenta de que ellos supieron por todo lo que había pasado, nunca dejes de ser valiente, le dijo su hermana sonriéndole, su padre se fijó en el anillo que el chico traía consigo, me alegra que cuides de ése anillo, dijo señalándolo, cuando llegue el momento adecuado quiero que se lo entregues a la persona más importante para ti, así como yo lo hice con tu madre en su momento, -sus padres intercambiaron una mirada y un fugaz beso, lo haré papá te lo prometo, dijo Link, sus padres también le sonrieron antes de desvanecerse, el chico se secó sus lágrimas y sonrió sintiéndose libre al fin, ya era de noche así que decidió dormir allí, esa fue su primera noche sin pesadillas.

Volvió al castillo al día siguiente, sus amigas lo estaban esperando en la puerta principal, inmediatamente corrieron a abrazarlo pues estaban muy preocupadas por él, –lamentó haberme ido así, se disculpó el chico, eso no importa, dijo Midna, lo importante es que ya estás aquí, contestó Zelda, los tres se miraron a los ojos, a ellas les alegro ver que el brillo había vuelto a su mirada, Link les contó lo ocurrido en su hogar, me alegra que pudieras hablar con tus padres, de verdad lo necesitabas, dijo Zelda, ahora sabes que ellos siempre estarán contigo aún cuando no puedas verlos, añadió Midna.

Ése mismo día más tarde Link y Midna se encontraban a la orilla del Lago Hylia hablando alegremente, hay algo que todavía no te he contado, dijo el muchacho mirando a su amiga, mí padre me pidió algo muy importante, comenzó, ella lo miró con curiosidad, ah sí, y qué te pidió, preguntó, Link sacó una pequeña cajita de madera, recuerdas mi anillo, preguntó, Midna asintió percatándose de que él ya no lo llevaba puesto, él me pidió que se lo entregara a la persona más importante para mí, dijo al tiempo que abría la cajita para revelar el anillo, ella se tapó la boca con las manos ahogando un grito de sorpresa, y esa persona eres tú Midna, tú me salvaste la vida, estuviste a mí lado cuando más te necesitaba y nunca me dejaste solo, sacó el anillo y se lo pusó, su amiga lloraba de la emoción y no podía articular palabra así que simplemente se miraron a los ojos expresándose todo con ése simple gesto y sellando su unión con un beso.

La Ira de un DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora