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Glean Òir- Amaran Gealach- última luna y alumbramiento.

En una piscina especial, dentro del templo de luna, Sakura jadeaba mientras traía a su hija al mundo.

Tenten y Karin humedecían paños de suave lino para refrescarla.
Fue un trabajo de parto agotador, pero su cuerpo estaba lleno de vida, prácticamente la habían estado arrastrando hacía el valle para disfrutar de la luz del sol durante las últimas semanas.

Cuando colocaron a la pequeña niña sobre su pecho, Sakura observó conmocionada su brillante cabello negro.

-La noche bendice su llegada, haz dado parte de tu gracia y la línea de reinas continúa en tu niña- dijó Tsunade. Pronto cada mujer en la sala se inclinó frente a ellas.

-Hola pequeña- murmuró Sakura contra su cabeza. Sintió deseos de llorar pero controló sus emociones. No podía azotar a su bebe con un clima helado apenas nacía.

La miró por breves minutos antes de que Shizune se la quitará y la arropara. Las alas de la niña se iluminaron y lloró con fuerza. Aturdiendo a casi todos en el lugar.

Terminaron de limpiar a Sakura y la llevaron a su habitación.
Shizune colocó a su bebe junto a ella y las dejaron descansar.

Una vez fuera del dormitorio, Tsunade supo que las horas estaban contadas.

Ahora que la pequeña había nacido, Sakura sentiría a su alma gemela con intensidad.
Ella misma había ido hasta la entrada de Glean Òir y sintió a Sasuke llamarla.

-Se parece tanto a su padre- dijo Karin, a un lado del pasillo.

-¿Vas a montar guardia? - cuestionó Tsunade.

-Si así lo deseas mi Reina - respondió servicial.

-Si, será mejor que alguién permanezca cerca. Llámame si algo sucede. - Karin asintió y Tsunade se perdió al final del pasillo.

A pesar de lo que habían creído, Sakura no intentó irse hasta que Sarada tuvo casi cuatro meses.

Y para sorpresa de todos, ella sólo manifestó que iría a dejar dinero para los cuidadores de su granja y volvería en unas horas.

- Está usando su gracia para ignorar el dolor. Sabes que es posible con mucha práctica. - espetó Shizune.

-Si, lo sé, no creo que sepa lo desgastante que es, por eso ah estado absorbiendo luz más horas. Karin me dijo que salen al Alba cuando los rayos son más intensos. - añadió Tsunade.

-No me sorprende, es muy lista- reconoció Shizune.

Sakura dejó a su pequeña con un poco de recelo, pero sólo serían minutos en el mundo humano y algunas horas en Glean Òir.

-Te amo tesoro- dijó mientras acariciaba su cabeza. - besó su frente y se encaminó a la entrada del reino.

Gaara y Neji lanzaban rocas mientas reían, al verla se tensaron.

Aunque no habían sentido al humano desde hacia dos días terrestres, sabían que estaba cerca.

-¿Y la pequeña? - consultó animado Gaara.

-La deje con Karin, mi tia y Shizune estarán ansiosas de malcriarla unas horas. Volveré lo antes posible, no quiero separarme de ella mucho tiempo. - sonrió mientras batía sus alas antes de atravezar el portal al reino humano.

Una vez de regreso en Fairy Glen, suspiró. La punzada en su pecho se hizo más fuerte.

No podía malgastar su gracia, era sencillo acallar el dolor mientras estaba en valle dorado, pero aquí tenía que soportarlo. Dejo rodar unas cuantas lágrimas antes de emprender viaje hasta la granja.

Dejaría el dinero y una nota a Naruto para que se ocupará de todo en su ausencia. Pensó en Hinata, de seguro su bebe ya había nacido también. Deseó tener mas tiempo para ir a verla, pero mientras caminaba a la granja sabía que había pasado casi un día en su reino.
Eran muchas horas para su pequeña Sarada sin ella.

Las luces de la granja estaban encencidas, el sol empezaba a ponerse en el horizonte, algunas ovejas seguían pastando y Byakugou se encabrito en su corral cuando la vió acercarce.

Corrió hasta su semental y acarició sus crines. Él relinchó y dió brincos.
La puerta de la casa se abrió de golpe y Sasuke salió diciendo "¿Qué demonios sucede conti...? " se quedó a mitad de la palabra y de los escalones.
Divisó a Sakura juntó al caballo y corrió hasta ella.
Rodeadola con sus brazos la alzó en el aire y la pegó a él.
Entre lágrimas dejó escapar palabras de sorpresa.

-¡Regresaste! ¡Por kamisama, no sabés cuánto tiempo eh estado llamándote! ¡Te extrañe tanto Sakura! ¡Gracias al cielo que estás de regreso! - se adueñó de sus labios con toda la fuerza del deseo acumulado.

Ella se sintió desvanecer entre sus brazos, su lengua invadió su boca y el arrepentimiento la embriagó, ¿cómo no había sido conciente de su presencia? había hundido sus sentimientos tan profundo para evitar que su dolor congelará el reino por completó que no fue capáz de sentir su llamado. O siquiera saber que él seguía en Uig. Él la había esperado, la había buscado y ella se mantuvo sumida en la autocompasión alejada de los sentimientos para no sufrir. ¿Qué había hecho? De pronto recordó a esa rubia despampanante.

-¿Qué hacés aquí? ¡Regresa a Japón con tu prometida! O esposa, no lo sé, han pasado unos meses, de seguro ya te casaste- escupió las palabras con dolor. Era mas fácil lastimarlo que dejarse lastimar.

Él la miró consternado.
-¿De qué hablás? - podía sentir arrepentimiento, mezclado con dolor y miedo, ¿porqué ella se sentía asi?

Sakura empezó a desprender un calor que lo quemaba.

-¿Porqué estás tan molesta? - reclamó él. - soy yo quién debería enojarse, te largaste sin decir nada, por casi dos meses, eh estado volviéndome loco sin ti, ésto - señaló su pecho, donde la marca de su vínculo yacía plasmada en su piel. - quema y duele como el infierno desde que te fuiste.- ella comprendía eso, había pasado por la misma maldita tortura- Me dijiste que si lo sentía, también tú, si te pensaba, y maldita sea, eso eh hecho, cada día a cada hora, también tu lo harías. Tuve fé en el, dijiste que no habría distancia, ni barreras que nos mantengan lejos. Pero no reresabas y estaba comenzando a perder la esperanza. - mascullo derrotado- ¿Porqué te fuiste así, sin decirme nada?

Ella lo miró confundida.
-Me mentiste, ocultaste el hecho de que había alguién en tu vida. ¿cómo podía siquiera quedarme? Y verte formar una familia con esa mujer.
Me fuí y no me arrepiento. Fue lo mejor. - gruñó furiosa. Otra ola de calor azotó sus cuerpos.

-Eso es una maldita mentira. Rompí con Ino ni bien regresamos, me enfrente a mi familia, renuncié a mi vida, mis sueños y cada maldita cosa que conocía para poder estar contigo.

Sus palabras la golearon duro.
¿Había sido tan necia? Impulsiva era su segundo nombre, o al menos eso decía su tía.

Sìtiche ( SasuSaku +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora