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Entrada al Reino de las Hadas- Fairy Glen

La brisa se calmó de golpe,  Sasuke vió una aurora boreal y se quedó asombrado,  era algo increíble y sucedía frente a sus ojos.

Sakura tembló y su cuerpo se sacudió contra su pecho.

Dos  seres iguales a ella atravesaron la aurora y lo miraron con recelo,  estudiando cada movimiento,  se acercaron con sigilo, desconfiaban de él y le resultó lógico.
Sin embargo trato de agradarles.

—Necesito su ayuda— dijo con la voz temblorosa,  aún estaba maravillado por los sucesos que experimentaba.  ¿Tenía a dos hadas frente a él? 
Si,  sabía que era así.

Movió sus manos y las criaturas retrocedieron,  cuando  les enseño el cuerpo de Sakura,  juró que las sintió chillar,  sus oídos zumbaron y su cabeza quizo estallar.

De pronto habían adoptado forma humana,  una lanza se posó sobre su hombro, apuntó,  brillante y filosa a la vena yugular de su cuello.

—Entrégame a la Reina— siseó.  Sasuke asintió,  era un hombre grande, casi tan alto como él,  tenía los ojos color gris, parecían de plata, su cabello largo color castaño estaba suelto,  con tanto brillo y sus enormes alas  había pensado que era una mujer como Sakura,  pero ahora se daba cuenta que ambas criaturas eran hombres. El otro tenía cabello negro,  en picos y sus ojos estaban rojos, dentro de sus iris parecía haber símbolos. También le apuntaba con una espada larga y de seguro muy filosa.

Extendió su mano,  permitiendo que la tomarán.  Entonces,  cuando creyó  que había cumplido con ayudarla,  todo se volvió negro.

Despertó  en un calabozo, las paredes  parecían cristales mezclados con roca,  la luz de la Luna se filtraba por una ventana,  se levantó del catre donde estaba y se tocó la cabeza,  tenía una venda en la nuca,  lo habían golpeado y quedó inconsciente.

Se puso de pie y tembloroso se acercó a la ventana,  esperaba poder salir por ella,  era grande y no tenía barrotes.  Cuando se acercó lo suficiente,  una barrera invisible lo empujó hacia atrás,  cayó sobre su trasero,  soltando maldiciones.

Frustrado y lleno de ira,  empezó a gritar,  amenazaba con demandarlos sino lo liberaban,  no sabía cuánto tiempo había pasado pero nadie venía a verlo.

Una sombra cruzó fuera de su celda y sintió que su cuerpo se tensaba,  miró  hacia donde provenía y una enorme araña,  tan grande como para triplicar su tamaño estaba del otro lado de las rejas,  sus ocho ojos anaranjados enfocados en él,  sus dos tenazas listas para hundirse en su carne.
Ahogó un grito de espanto y agradeció estar encerrado,  esas malditas rejas lo mantenían fuera del alcance de ese monstruo.
¡¿Cómo podía ser una araña tres veces mas grande que él?!
Se retiró a una esquina del catre y se abrazó a sus rodillas,  odiaba los malditos insectos.

Las palabras de ese sujeto antes de desmayarse,  resonaron en lo profundo de su mente.
"Dame a mi reina" había dicho,  con una clara irritación en la voz.
¿Sakura era una reina?  ¿Acaso pensaban que él le había hecho daño? Sería esa la razón de que lo mantuvieran encerrado,  o sería porque era un estúpido humano  en un reino mágico. 

—¡Maldita sea,  nada de ésto tiene sentido! — gruñó,  casi al mismo tiempo que su estómago.

Sakura despertó en la comodidad de su habitación.

Karin se acercó angustiada y la examinó.
—¿Estás bien? — Sakura asintió y la peliroja le acerco una vasija con agua. —Neji y Obito te trajeron,   estaban en la barrera ayer por la tarde,  sintieron tu presencia y ese humano que gritaba por auxilio.

Sakura se sentó de golpe. Recordando a Sasuke y el momento en que su energía se agotaba.
Ahora tenía sentido el hecho de haber despertado en su habitación del castillo.

—¿Dónde está  él?— la angustia y preocupación se filtraron por su voz. —¿Dónde está Sasuke? — insistió nerviosa.  Sabía lo que su pueblo hacía con los humanos que amenazaban a las hadas,  o las dañaban de alguna manera.

—Estabas inconciente— gimió Karin,  sintiendo el calor que se extendía por la habitación— Los chicos te rescataron...

—Karin... — su rostro era uno que podría causar pesadillas,  el nombre de la peliroja había sido pronunciado entre dientes,  erizandole la piel— ¿Dónde demonios está  él? — bramó.

—En el calabozo— Tsunade estaba seria,  su frente en alto,  lista para enfrentar un ejército de hombres ella sola. Sakura soltó un gemido de angustia.

—Dime que no le han hecho daño... — un torrente de lágrimas se deslizó por sus mejillas mientras se levantaba y corría a su armario por un vestido. Su cuerpo estaba recuperado,  su gracia fluía por el otorgándole plenitud.

—El humano está bien,  Shizune curó su cabeza— Sakura la miro con furia,  Tsunade se abanicó la ola de calor que la azotó. Y se mantuvo imperturbable.

Su sobrina pasó a su lado,  sin siquiera dar una maldita explicación.
Suspiró exasperada y la siguió hacia los calabozos bajo el castillo.

Cuándo llegó a donde estaba Sasuke,  lo encontró dormido,  el cansancio y el hambre habían podido con él,  más  que el miedo a los insectos.

Abrió la reja y se acerco sutilmente.

—Mi reina,  no debería,  es un humano,  puede ser peligroso.— Dijo Obito,  que montaba guardia en un rincón del pasillo,  en la oscuridad.

Sakura lo ignoró y chasqueó la lengua con fastidio.

—Está deshidratado ¡No le han dado ni agua!— gruñó furiosa.

—No sabíamos que la necesitara— Tsunade se encogió de hombros.

—¡Mientes!— el calor de la ira de Sakura,  volvió los calabozos un infierno.

—Relájate o quemarás a tu humano— dijo su tía con burla. Se volteó y dirigió su órden a Obito,  que seguía en las sombras. —Llévenlo al cuarto de Sakura,  alimentos humanos y agua.  ¡Ahora!

El guardia asintió y tomó a Sasuke como si no pesara mas que una pluma,  sus ojos cambiaron de color,  unos símbolos se formaron y luego ya no estaban.

—Tenemos que hablar— dijo Sakura.

—Ya lo creo niña,  tienes mas de Mebuki de lo que me gustaría. — admitió mientras el clima del calabozo volvía a ser normal y ambas mujeres subían las escalinatas hasta la sala del trono.

Sìtiche ( SasuSaku +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora