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Nueva habitación- Royal Hotel- Altas horas de la madrugada.

- ¡No tiene sentido! ¡No es físicamente posible! - Itachi se cubrió con la almohada mientras Sasuke seguía revisado su laptop, buscando una explicación lógica a lo sucedido la noche anterior.

Más temprano había solicitado una reunión con el personal y puso literalmente de cabeza al hotel y sus empleados.
Revisaron las cámaras de seguridad instaladas en los pasillos, incluso las cámaras de la calle que apuntaban al frente del hotel y a su balcón en específico.
Pero la noche había estado peculiarmente cubierta de niebla, por lo que no pudo ver absolutamente nada de lo que sucedía en el balcón con las plantas que crecieron desmesuradamente.

Después de horas de revisar las cintas de seguridad, comprobó que nadie camino por el pasillo, fuera de su habitación, salvo el personal del hotel que temprano por la mañana empezó a circular haciendo sus tareas, sin embargo, nadie entró o salió de la suite más que su hermano y él.

Frustrado y confundido, seguía obsesionado con lo que pasó.

-Intenta dormir... - sugirió Itachi- ó al menos déjame dormir a mi.

-Es que no es posible, ¡fue cómo si hecharan un fertilizante mágico! ¿Te das cuenta lo ridículo que suena? - mascullo molestó.

-No lo sé- Itachi se sentó en la cama, apoyando su espalda en el cómodo respaldar acolchado y cruzó los brazos a la altura de su pecho, el tatuaje tribal que se hizo en su visita a las tribus maoríes adornaba parte de su hombro.

-¿Qué no sabes? - cuestionó irritado el menor.

-Estamos tratando de poner un centro turístico- alzó una ceja-un resort que atraerá miles de personas, a un sitio lleno de mitos y leyendas.

-¿Cuál es el punto? - reclamó.
Odiaba cuando Itachi se ponia misterioso.

-Sólo digo, que tal vez- se frotó la cien- las hadas, los duendes o lo que sea que habita estas tierras no te quiera aquí...

La mandíbula de Sasuke cayó de golpe.
-¿Estás drogado? ¿Consumes de nuevo esas mierdas que te dió el Chamán en Nueva Zelanda?

-¡Era un viaje espiritual! - se quejó el mayor indignado.

-Si, si, lo que sea, es una mierda que consumió tus neuronas. ¡LA MAGIA NO EXISTE! - Bramó furioso- son cuentos, leyendas, ¡No es real Itachi, por todos los cielos!

-De algún lado nacen los mitos, Sasuke, los guerreros hacen leyendas, los cuentos surgen de la imaginación, alguna vez fuimos niños, persiguiendo naves en el cielo. Sólo trata de relajarte. Estas muy tensó con todo esto.

Sasuke resoplo y volvió su vista a la pantalla.

El Uchiha mayor se encogió de hombros, era imposible discutir con su hermanito. Pero había sembrado la duda y eso lo mantendría ocupado investigando.
Asi él podría dormir unas horas y luego invitar a la sexi recepcionista a tomar un trago. O volver a la posada y buscar a la chica de las cremas.
Se removió inquieto en la cama, probablemente debiera darse una ducha fria antes.

Sasuke observó una tras otra páginas plagadas de leyendas.
Sin dormir, salió temprano y se dirigió a una biblioteca que se encontraba dentro del parlamento, busco los registros históricos de Uig, había familias que llevaban mas de quinientos años en el lugar, sus descendientes aún ocupaban granjas dispersas por la zona.

Entre los cuadros y pinturas que hacían referencia a los mitos clásicos del lugar, se nombraba con frecuencia a la sanadora de Uig,
una mujer con dones especiales, que cuidó de los pobladores durante la gran hambruna y posterior a la guerra, un espíritu sabio, algunos relatos decían que era mágica, que su belleza no tenia comparación.
Encontró dibujos y pinturas recolectadas por siglos, pero un rostro en particular se repetía una y otra vez.
Su cuerpo sintió un escalofrio y se tenso, parecía la misma mujer una y otra vez, en algunas pinturas con cabello dorado, en otras con cabello rojizo, su rostro y sus ojos eran siempre los mismos. Él nunca podría olvidar esos ojos, salvo que en las pinturas se veía feliz y el los recordaba llenos de furia, también recordaba el horrible cartel de "Uchiha Fuera" que llevaba en sus manos, por más increíble que sonará, esa mujer debía ser familiar directo de la que aparecía en las pinturas, pues era prácticamente idéntica..

Cuando salió del parlamento, estaba ansioso por contarle a su hermano lo que había descubierto. Aún no sabía que significaba pero todos sus sentidos le decian que había algo raro.

Dió unos pocos pasos hacia el coche de alquiler cuando el trinar y gorjear de muchos pájaros lo tomó por sorpresa.
Cometió el error de levantar la vista, el cielo que hasta hacia minutos se veía despejado y celeste, ahora estaba oscuro, cubierto de puntos negros a los que identificó como una parvada enorme de aves.

En ese precisó momento, empezaron a llover heces, las aves parecian tener un objetivo en común..."ÉL".

Llegó al hotel cubierto de pies a cabeza por mierda de aves.
Su teléfono sonaba pero no podía sacarlo del bolsillo interno de su traje hasta que no se limpiará.

Estaba tan furioso, avergonzado, no podían sucederle a él estas cosas.
Su hermano se quedó de piedra viéndolo entrar a la habitación.

Ahogo una carcajada contra la almohada.
-Voy a preparar tu baño- dijo aguantando la risa. Por la cara que traía Sasuke, lo mejor era no decir nada.

Mientras Itachi le llenaba la bañera se quitó toda la ropa y se lavo la cara en el lavatorio.

-¿Qué te pasó? - preguntó el mayor cuando giró y vió a su hermanito listo para meterse al agua.

-No lo se- murmuró consternado- fue tan extraño- dijo aún sorprendido.- ¡Era como si sólo se cagaran en mi!

Itachi se mordió el labio y salió a toda prisa del baño, no queria empezar a reir a carcajadas delante de un furiso Sasuke.

Salió de la habitación tan rápido como pudo y corrió hasta las escaleras, bajo tres pisos y soltó la risa, se río hasta que le dolió la cara, el estómago y las lágrimas corrian por sus mejillas.

Al cavo de media hora, regreso serio a la habitación. Sasuke se estaba vistiendo. Cruzaron unas miradas.

-¿Acabaste de reir? - cuestionó el menor.

Itachi no lo pudo evitar y las carcajadas volvieron como un huracán.
Finalmente se calmó cuando una almohada se estrelló en su rostro.


Sìtiche ( SasuSaku +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora