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Granja Haruno- afueras de Uig.

Una taza de té entre sus manos y los ojos oscuros de Uchiha intimidandola.

Sakura había escuchado lo que él dijó, pero seguía sin asimilarlo.
Llevaba casi dos meses instalado en su casa, ocupándose de sus animales, trabajando desde ahí.
Miró a su alrededor y encontró un televisor de pantalla plana sobre su hogar, un escritorio y una computadora, un teléfono inalámbrico. Su mirada se posó sobre los electrodomésticos modernos de acero inoxidable que reposaban sobre la mesada de piedra.

-¡Oh por todos los cielos, debo regresar!- gimió al notar la hora.

-No vas a irte de nuevo, no puedes, maldición Sakura, habla conmigo, dime que esta pasando. Fuí honesto te expliqué todo. Lo mínimo que puedes hacer es darme lo mismo. ¿Porqué huyes de mí? - acercó su mano y la sujetó con fuerza.
Ella enfocó sus ojos, cargados de lágrimas.
Él tiró de su mano y la sentó en su regazo.
La afirmó con fuerza sobre sus piernas y hundió el rostro en su pecho.

Notó una mancha de humedad en su ropa y Sakura tenia sus suaves pechos duros como rocas. Ella gimió cuando él se apoyó. Se retiró y miró el nacimiento de aquellos senos que recordaba mucho más pequeños.

-¿Te duelen? Se ven grandes- pasó su mano sobre la afiebrada piel - estan hirviendo. ¿qué rayos sucede contigo?

-Nuestra hija me necesita. - dijó casí en un susurró.
Había bajado las barreras y se estaba permitiendo sentir de nuevo.
Una punzada de dolor vino cuando Sasuke la miró, había indignación en sus ojos, también sorpresa y anhelo.
Finalmente ella estaba sintiéndolo.

Él también podía sentirla a ella, ahora que empezaba a abrirse de nuevo a él.
Captó la tristeza y se filtró por su piel, junto con el arrepentimiento y la culpa. Quería gritarle, estaba furioso, pero también se moría por besarla.

-¿Hija? - balbuceó, tratando de controlar sus emociones. Porque las de ella empezaban a perder el control.

Tembló al sentir el frío atravezarlo.

-Sarada tiene cuatro meses, está en mi reino, no puede venir aquí hasta ser mayor y pueda controlar sus dones.- dijó esquivando la mirada de él que se sentía cómo puñales.

- Cuatro meses- gimió y ella se tocó el pecho sientiendo su profundo dolor. - ¿Cómo pudiste ocultarme algo asi? No pensaste que querría pasar por eso a tu lado, ver tu vientre crecer, sentir sus pataditas, estar en su nacimiento. ¡Joder Sakura! No tienes idea de cuánto me lastimas con esto.

Ella dejó caer su cabeza sobre el hombro de Sasuke y comenzó a llorar.

-Llévame, quiero conocerla. - ordenó.

-Debo dejar todo en organizado y supongo que querrás hacer lo mismo, no volveremos por al menos diez meses. ¿Tú familia se preocupará? ¿Dejarás tú trabajo?

-Puedes pedirle a tus sirvientes que me acompañen cada cierto tiempo para reportarme, nadie sospechará nada. Deja de buscar excusas para que estó resulte. - ella suspiró. Él seguía molesto y podía sentirlo.
Antes de que pudiera decir algo. Sasuke sacó su teléfono y llamó a Naruto.

Al aparecer se habían hecho buenos amigos.
Sakura se puso de pié y buscó en la caja escondida en el bajo mesada más dinero.

-Vaya, si habría sabido que guardabas eso me hubiera servido. - dijó él a su espalda. Ella dejó el dinero en la mesa, luego tomó papel y una pluma. - ¿Para qué quiéres eso? - cuestionó Sasuke.

-Dejaré una nota a Naruto. - respondió ella muy tranquila.

Sasuke empezó a reir y a ella le agradó escucharlo. Su risa era mil veces mejor que su mirada de decepción y tristeza.

-Deja eso ¿quiéres? Naruto te envía saludos, estará aquí por la mañana, se ocupará de todo. Date prisa quiero conocer a mi hija. - él volvió a su semblante sério y su corazón se estrujo. Le había hecho tanto daño al irse sin permitirle explicar las cosas. Pero sus celos la cegaron.

-Tengo que hacer algo antes, no puedo soportar el dolor - dijó ella.
Sasuke la miró preocupado.

-¿Qué te duele? ¿Necesitas algo? - ella negó.

-Sólo debo sacarme leche, están muy llenas, no pensaba quedarme tanto tiempo acá. - él la miró y luego miró sus enormes senos.

-Comprendo- dijo mientras ella se metía al baño. Unos minutos después salió, lista para volver a Glean Òir.

Pasó junto a él y Sasuke la sujetó de la mano.
Ella no supo si lo hacía por miedo a que huyera o porqué la necesitaba.
Por su parte el simple contacto de sus manos era un alivió.

Atravezaron los prados y subieron los caminos empedrados hasta la barrera. Sakura se sorprendió al verlo recorrer el camino como si lo conociera de memória.
Él intuyó su sorpresa y la miró antes de decirle: - Vine cada día a buscarte, esperaba que pudieras sentirme.

Ella se estremeció, se había mantenido lejos de la barrera para evitar la tentación de volver.

-No podía, dar a luz en tu mundo es una sentencia de muerte. Mi gracia se debilita, además las hadas no controlan los cambios hasta la adolescencia. - respondió.

- ¿Cómo es ella? - preguntó con una ternura instalada en sus palabras.

-Es un hada Sasuke, como yo, vivirá por miles de siglos, sus alas son enormes y hermosas, es igual a ti físicamente, sus ojos, su cabello. Su carácter... - una risa lleno la noche.

La Aurora boreal cruzó Fairy Glen y ellos la atravezaron.

Karin se acercó volando deprisa cuándo sintió a Sakura en el portal.

-¡Demonios Sakura, dijiste unas horas! Ella está furiosa no quiere comer nada de lo que le dimos y no deja de llorar. - sus ojos cayeron en el humano junto a su amiga. -¿Qué hace él aquí?

Sakura busco a Obito en la barrera, lo llamó y él se acercó de inmediato.
-Transportanos a mi dormitorio ahora - dijó seria.
Sasuke vió como los ojos de Obito se volvían rojos y muchos símbolos se formaban en ellos. Luego todo se pusó negro y al siguente momento estaba en la habitación de Sakura.
Ella corrió hasta una enorme flor de lirio metió sus manos y sacó una pequeña bebe. El cabello negro azabache y los ojos oscuros como la noche lo enamoraron.

Sìtiche ( SasuSaku +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora