NO PUEDE SER VERDAD.

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"Lucius Malfoy había sido arrestado e iba a recibir el beso de los dementores."

Aquella fue la frase que Anna escuchó aquel día caminando por Hogsmeade, la cual le partió el corazón. Lucius siempre había sido un hombre frío, y al principio se negó rotundamente a que su hijo estuviese saliendo con una sangre sucia, pero pronto terminó cogiéndole cariño y, aunque nunca lo hubiese dicho, Anna sabía que estaba muy feliz por su hijo.

Aquello a Anna le pareció imposible y, haciendo caso a lo que Draco había escrito en aquella carta, decidió ignorarlo, pues podía ser un mero rumor... solo que en aquel caso no lo fue.

Esa noche Anna se hospedó en un hostal de la zona, donde pudo leer en un periódico aquella noticia que no había querido creer. Era cierto: Lucius Malfoy iba a recibir el beso del dementor. Pidió prestado uno de los periódicos y comenzó a leer: Lucius Malfoy había sido torturado a cambio de recibir la libertad, la cual nunca iba llegar a recibir.

Lo que Anna leyó después le dejó helada: Lucius Malfoy había confesado todo acerca del paradero de su familia. Esas fueron las noticias que Anna llevaba meses queriendo recibir, por lo que comenzó a leer con gran rapidez para después parar en seco, con los ojos llenos de lágrimas.

Lucius Malfoy declaró ser el único de su familia con vida. En apenas unas líneas apareció su testimonio: tanto su mujer, Narcissa, como su hijo, Draco, habían fallecido en la Batalla de Hogwarts, y por esa razón él había sido encontrado sin compañía alguna, desesperado y al borde de la locura.

Aquello no podía ser posible: Draco no podía haberse marchado. Anna quiso llorar con todas sus fuerzas, pero no pudo hacerlo. No iba a dejar de luchar por Draco, pues algo en su corazón le dijo que todo aquello era una mera farsa, y que su novio seguía con vida. Draco seguía escondido en algún lugar de aquel mundo, y Anna no pararía hasta encontrarlo.


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