NO LO SIENTAS.

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Tom explicó a Anna que que había creído ver no había sido lo que parecía, pero Anna se mantuvo fiel a la imagen que había visto, por lo que Tom pasó a aceptar que se habían besado, e intentó convencerla de que eso no había significado nada para él, puesto que a quien quería era a ella y no a Emma, pero ya era demasiado tarde.

Anna le dijo que ella iba a mantenerse fiel a sus principios e ideales, y que no iba a permitirse estar con un mentiroso, con alguien que lo único que le había dicho eran palabras vacías, sin ningún sentimiento.

Pasaron media hora discutiendo y llorando: Tom diciéndole a Anna que se arrepentía, y Anna respondiendo que seguía sin poder asimilar lo que había pasado. No podía creer que Tom hubiese sido capaz de hacerle aquello, pues era consciente de que no estaban en su mejor momento, pero no creía que estuviesen tan mal como para haberle sido infiel.

Fue entonces cuando Anna decidió terminar con su relación, y rogó a Tom que le explicase lo que realmente tenía con Emma, y lo que había sido su pasado. Poco sabía ella sobre lo que su ya ex novio había estado escondiéndole durante meses.

Era cierto que Emma y Tom habían estado saliendo en un pasado, pero lo que Anna no sabía era que estos habían seguido manteniendo una estrecha relación de algo más que una amistad durante hacía ya varios meses, escondiéndose de Anna.

Ella no daba credibilidad a lo que esta oyendo, pues creía poder confiar al cien por cien en Tom, y sintió que su corazón se hacía pedazos. Pidió a Tom que la dejase sola, y fue entonces cuando el mundo se le vino encima.

Anna empezó a acordarse del día que se conocieron, de aquella noche en la que él intento robarle un beso que ella terminó rechazando, la vez en que se besaron por primera vez, todos los besos que los siguieron, los viajes que habían hecho, los cafés que habían compartido, los planes de futuro... Y es que pese a llevar menos de dos años juntos Anna había sentido mucho pero él, y lo que más le dolió fue que este hubiese tomado la decisión de tirarlo todo por la borda sin haber contado con ella, pues si lo hubiese sabido antes quizás las cosas hubiesen podido cambiar.

Anna se sintió culpable por todo lo que había pasado, siendo incapaz de explicarse qué podía haber hecho mal, pues ella todo lo que había hecho había sido quererlo lo mejor que había podido. Se preguntó si no había sido suficiente para él, o si había sido demasiado. Se preguntó qué tenía Emma que no había podido ofrecerle ella, quien había intentado entregarse al cien por cien a él... tanto que ahora, sin Tom, volvía a sentirse vacía de nuevo.

Anna no daba credibilidad a lo que acababa de suceder, aunque estuvo agradecida por haber podido saberlo para terminar con esa tóxica relación, y se sintió más perdida que nunca, incluso más de lo que se encontró aquel día que apareció en ese hotel del centro de Londres sin saber nada sobre su pasado.

Pasó media hora llorando e hiperventilando sin dar credibilidad a los que había visto. ¿Por qué había tenido que pasarle a ella? ¿Es que nunca nadie conseguiría quererla? ¿Por qué había creado tanta dependencia en alguien, hasta el punto de sentirse perdida sin él? ¿Conseguiría salir de aquella situación? No lo creía posible.

Anna rezó por que todo aquello no hubiese pasado, por despertarse junto a Tom para descubrir que todo aquello había sido una mera pesadilla... pero nada de eso sucedió. En cambio, se encontró con una Anna rota, con el maquillaje corrido y el peinado destrozado. Se encontró con una Anna que para nada reconoció. ¿Iba a sentirse así siempre? Aquella era su primera ruptura, y no sabía cómo iba a afrontar aquello.

Fue entonces cuando Draco, que había estado viéndola sin saber si intervenir o no, decidió hacerlo. Anna se sintió atacada, y le dijo a este que se alejase, pues todos hombres eran iguales. Le dijo a Draco que quería aprovecharse de ella, puesto que se encontraba en una situación vulnerable, y que no quería verle jamás porque los hombres como él le repugnaban. Que lo quería lejos.

Y eso fue lo que Draco, con lágrimas en los ojos, hizo: marcharse. No sin antes decirle que no se merecía que ningún hombre la vaciase de tal manera, que ella se merecía algo mucho mejor, y que aquellos falsos amigos tarde o temprano recibirían su merecido, despidiéndose de ella con un "Lo siento, y hasta siempre, Faldi".

Faldi.

FaldiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora