DEJAR IR PARA PODER SER.

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Draco escuchó con atención todo lo que Anna le contó, y le preguntó qué sentía cuando estaba con su novio, a lo que Anna respondió que se sentía completa, feliz y muy querida, pese a las discusiones que recientemente habían tenido.

Fue entonces, al escuchar que Anna se sentía completa, cuando Draco decidió dejarle ser libre con aquel chico, por más que le doliese, pues él en apenas un año había conseguido darle todo aquello que él siempre le quiso dar y no pudo.

Pese a que ambos estuvieron cómodos hablando, Anna se disculpó con Draco para entrar al comedor y así ir a buscar a su novio, a quien estaba echando ya en falta, y este aceptó, no sin antes intentar darle su número para que pudiesen hablar algún día si lo necesitaba, el cual Anna rechazó diciendo que no creía que a su novio le hubiese parecido bien, puesto que ella tampoco se sentía completamente cómoda recibiéndolo, y Draco se limitó a asentir.

Cuando Anna entró al comedor se encontró a los padres de Tom hablando con los señores que supuso que eran los padres de Draco, a quienes antes había visto junto a él. Pese a no sentirse totalmente cómoda con la familia de su novio decidió acercarse a saludar con la excusa de no saber dónde estaba Tom para poder entablar una conversación con sus padres y así intentar mejorar la relación.

Cuando esta llegó, los padres de Tom la introdujeron como la actual novia de su hijo, y los padres de Draco le acogieron con una gran sonrisa. Pesa a que los padres de su novio no se notaron para nada receptivos y pareció que no les agradaba la presencia de Anna, los de Draco se mostraron atentos y le hicieron varias preguntas, intentando introducirla en la conversación.

Finalmente, Anna encontró a la hermana de Tom y decidió excusarse para ir con ella, pues consideró que la misión de acercarse a los padres de su novio había resultado en un fracaso... Lo que no sabía era que el hablar con su hermana también iba a serlo.

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