Aquel día había sido un antes y un después. Camus había recordado algo, no había lugar a dudas. La explicación de Shaka y la posterior que le había dado Shion indicaban que así era. Y él sólo podía esperar, pues no sabía exactamente que es lo que el francés estaba atravezando.
¿Lo habría recordado a él?
Y si así era, ¿por qué no decía nada?
Tenía muchísimas dudas pero no podía simplemente encarar a Camus. Debía, como siempre, ser paciente. No obstante, la esperanza de haber sido recordado le renovaba la fe y el espíritu. Tenía una montaña rusa en el estómago a cada hora, pues la emoción, la ansiedad, le jugaban una mala pasada y comenzaba a sentir cierta felicidad despertando en su corazón.
Luego del incidente en el Coliseo había sido casi imposible cruzarse con Camus. Éste lo evitaba, ahora sí estaba seguro. El problema era con él, no con los demás.
Todo indicaba que sí lo habría recordado pero..
¿No le agradaría lo que veía?
¿No llenaría las expectativas de este nuevo Camus?
Suspiraba al pensar en aquella posibilidad. Pues él tenía ganado el corazón de un Camus que en ese momento no existía. Éste no lo conocía, no sabía quién era y quizás..
Quizás no terminaba de gustarle..
En verdad que conseguía erizarle la piel el sólo pensar en ello. No podía siquiera imaginar que Camus lo rechazara. Pero ¿qué podía hacer? Si era él quien le estaba imponiendo distancia.
Y allí se le ocurrió. Tal vez..
Tal vez Camus sintiera vergüenza.
Intentó ponerse en el lugar del francés, separando por completo sus sentimientos por él, buscando sentir lo que éste podría estar sintiendo a su vez. Y llegó a la conclusión.
Una sonrisa cargada de la más pura ternura apareció en su rostro.
Se levantó de la mesa, dejó su café a medio beber y se dirigió a la salida de su templo. Afuera llovía suavemente. Y con aquella conclusión en su cabeza, se apoyó en el pilar más cercano.
La casa de Acuario se veía lejana, pequeña desde la suya. Pero podía perfectamente sentir el cosmos de su amado allí despierto.
Y mientras admiraba la lluvia, su sonido al chocar contra el suelo, la paz del lugar, imaginó que aquella debía ser la opción más factible. Camus siempre fue una persona tímida. Si en verdad había recordado su relación con él, era de esperarse que la incomodidad lo llevara a hacer lo que hacía. Recluirse, evitarlo. Imponerle aquella distancia que lo destruía.
Y pensó. Repasó todo cuanto pudo en su cabeza. Las conversaciones que habían tenido. Los encuentros. Intentando encontrar si había habido un disparador. O si simplemente Camus había despertado con nuevos recuerdos de un día a otro, pues así había sido la repentina distancia que éste había tomado con él.
Una punzada en su estómago se hizo presente al recordar el mayor acercamiento que había tenido con Camus hasta el momento. Había pasado hace ya un tiempo y no recordaba si justamente después de aquel encuentro el francés había cambiado su actitud pero de no ser así, no estaba muy lejos.
Aquel día en el templo de Acuario, en donde invadido por la tentación se le había acercado quizás demasiado. No sólo había tenido la intención de ayudarlo, lo había querido sentir cerca. Había sostenido sus manos, las había acariciado fingiendo vendarlo.
Por todos los dioses, se lo había comido con la mirada..
Un sudor frío recorrió su cuerpo al entender que muy posiblemente había obrado mal al anirmarse a tanto. Sí era cierto que en ese preciso momento lo pensó y partió rápidamente de Acuario hacia Piscis pero..
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Amnesia (MiloxCamus)
Fanfiction- Él no recuerda quién eres, Milo. - ¿Qué..? - susurró espantado. Tras un grave accidente, Camus no recuerda prácticamente nada de su pasado. Milo, su novio hace años y ahora un completo desconocido, tendrá la ardua tarea de guiarlo en el camino hac...