Era otro día soleado en Trollstopia, ahora la pandilla k-pop se encontraba en el mercado, había un restaurante coreano al que les encantaba ir luego de las practicas, nada fuera de lo común, había muchos puestos, y tienditas pequeñas, y claro, muchísima variedad de cosas, comidas, y decoraciones, todas las tribus se reunían en ese sitio para comprar y vender.
OHHH CHICAS MIREN—Exclamó la de ropa rosada al pasar por la ventanilla de un mini edificio, donde se veían unos pequeños hámsteres jugando en su cajita transparente, era una tienda de mascotas.
El resto de las integrantes sobrantes no tardaron en pegarse al vidrio para observar a los animalitos, haciendo caras y sonidos de ternura, Wani se rio al ver a sus hermanas tan atentas, volteo a otro lado un momento, y su vista se centro en un pequeño carrito, traía una sombrillita de colores algo chillones, y solo había 2 trolls en esta, en el carro estaba desplegado un letrero con imágenes de churros, ella sonrío al notar de que se trataba.
—Wani, ¿todo bien? —preguntó Kim-petit
—Sí solo es que...Tracy ama los churros—respondió algo bajo, a pesar de que su intención era solo tener una salida con sus hermanas, termino pensando en el chico que le había robado el corazón hace ya un tiempo, recordó todas las veces que habían salido juntos previamente porque a él se le antojaba de la nada, y no lo iba a negar, eran deliciosos, gracias a él tuvo las agallas de probar cosas nuevas, y descubrió lo hermosa e increíble que es la variedad, se mordió levemente el labio, teniendo una idea, y se acerco a los 2 trolls del reggaetón de aquel puestito.
(...)
Mientras tanto en otro lado de Trollstopia, estaba el latino en el capullo de las gemelas, junto a Ramón, D, Dante, Hickory, Dickory, Cooper, Grandulón y Diamantino, estaban probándose esmóquines y trajes para el día de la boda del azulado, como era de esperarse, todos los consejos, criticas y opiniones de moda de distintos tipos abrumaban al novio, quien ahora estaba rodeado por todos, y entrando a los vestidores con trajes distintos todo el tiempo, pobre, seguro estaba presionado.
Tresillo más que nada fue para darle apoyo a su amigo, y quizás buscar un lindo moño para ponerse en el cuello ya que, bueno...él no usa ropa, pero aprovecho para darle una ojeada al lugar, lleno de percheros, vestidores, royos de tela, maquinas de coser, pero su vista solo se centro en un objeto, una decoración para el cabello en el centro de una de las repisas, pero era diferente, este era un boche en forma de estrella, de un color gris y lleno de brillantina, tenía unos pequeños pedazos de tela celeste alrededor, que la hacía parecer una especie de flor muy hermosa y que sin duda resaltaba entre todos los demás accesorios, al menos para él, no pudo evitar pensar en su amada k-popera.
En su hermoso cabello celeste, su piel brillante, esa sonrisa brillante, y como su personalidad expresiva y chillona la hacia sobresalir no solo entre sus hermanas, con todo le mundo, sin duda la troll más especial para él.
Ambos terminaron sus deberes para reunirse en el parque, compartiendo otro buen rato de amigos, y claro, también los churros que la coreana compro más temprano.
