Ok, ok, ok, tú puedes Tresillo, solo ve, y pregúntale si quiere ir contigo a la boda, nada más—se dijo así mismo, no faltaban más de unas semanas para la gran celebración de la boda broppy, toda la ciudad estaría ahí, algo enorme donde el amor se sentiría en el aire, y él no quería ir solo con sus hermanas, así que si, estaba ahí, afuera del capullo de su mejor amiga, armándose de valor para pedirle que vaya como su acompañante.
—Por dios, te ves muy nervioso, y yo voy a ser el que se va a casar—bromeo el azulado, que lo acompaño para darle "apoyo moral", o más bien burlarse de él.
—¿Enserio amigo?
—Oye tú me estuviste fastidiando por desmayarme en la propuesta, ahora te aguantas—seguía nervioso, no era una cita ¿verdad?, solo irían juntos a un evento como amigos, nada muy grande.
—De acuerdo, aquí voy—susurró, tratando de recuperar el aliento y tocando la puerta con su temblorosa mano.
—Yo abro—Se oyó desde adentro, sabía perfectamente a quien le pertenecía esa voz, la misma Wani abrió la puerta—Oh, Tracy, que bueno verte aquí ¿pasa algo?
—No, no pasa nada, solo...quería preguntarte...—Verla solo lo ponía más ansioso, su pecho subía y bajaba, el corazón iba a salirse de su pecho y sus manos le sudaban—¿Quieres ser mi pareja en la boda de Poppy y Ramón?
—Un segundo—Apenas acabo esa frase cerro la puerta de golpe—¡Oh por dios! ¡Oh por dios! ¡Oh por diooooooooos! —exclamó alarmada, dando saltitos y moviendo sus manos con pánico.
—Chica, ¿Qué ocurre? —Pregunto Baby-bun atenta a sus reacciones junto a las demás.
—A-ah, creo que Tresillo acaba de invitarme a ser su acompañante
—¿Y que le dijiste? —cuestiono la de cabello amarillo
—¡Nada aun, le cerré la puerta en la cara! —antes de que pudiera hacer algo, Ari le dio una buena cachetada, suficiente para que el resto de sus hermanas soltaran un quejido al imaginarse ese dolor.
—¡No pierdas la cabeza Wani! —le grito la de ropa verde y ajustada—Él ya te gusta, así que respira, ábrele y dile que iras con él con mucho gusto, ¡sin desmayarte!
—Aja—algo asustada, se volvió a enderezar y suspiro, para tomar la cerradura de nuevo en sus manos y la volteo—Claro
—Oh ¿Enserio? —Sonrió sorprendido al oír su respuesta—Digo, seguro, no hay problema—fingió seguridad y calma, aunque por dentro estaba dando brincos de alegría.
—Entonces ¿quieres que yo vaya por ti? —preguntó la coreana de maquillaje verde claro.
—Si ¿Por qué no? —Volio a sonreír triunfador, ambos muy emocionados porque llegara ese gran día, quien sabe lo que podía pasar.