Ambos trolls se encontraban en esa cama destendida, jadeos, gemidos y todo tipo de sonidos eróticos se oían descontroladamente, acompañados de un sonido de aplausos que causaban sus pieles, chocando una y otra vez.
Todo había empezado de manera lenta y suave, conociendo sus gustos y debilidades, entregándose todo de si y permitiéndose darle placer al otro, Wani era virgen, y si, al principio le dolió, pero su pareja se quedó inmóvil, dándole besos para tranquilizarla y hacerlo más llevadero.
En ese momento los dos habían perdido la cordura por completo, la celeste lo abrazo de su espalda, clavando sus uñas y jadeando con cada nueva embestida, su piel ya de por si brillante ahora iluminaba más por esa fina capa de sudor que la cubría, lo amaba, amaba la sensación de amor y placer que su amado le causaba en ese momento—T-tracy, ¡A-ah! Dios... Más
El reggaetonero seguía con su trabajo, no era la primera vez que hacía algo así, pero el hecho de que fuera Wani lo hacía más especial, que ella le confiara su primera vez era algo importante, y no pensaba fallarle, al oír esa tentadora petición obedeció sin duda, aumentando la velocidad y la profundidad, haciendo ruidos húmedos cada vez que entraba y salía de ella.
—Kya ¡T-tracy! Continúa—Jadeo al sentirlo llegar a su zona sensible.
—Oh W-wani, ah a-ah—Sonrió levemente, escuchando los agudos y tiernos gemidos de su novia, que a la vez eran tan provocadores.
Se inclino hacía su pecho, capturando parte de su piel cromo en su boca, acción que a ella le quito todo el aire de los pulmones, ambos respiraban de manera agitada, la kpopera lo agarro de su despeinado cabello y lo acerco lo más que pudo para que siguiera lamiendo y mordiendo sus pequeños senos, sin dejar de lado sus movimientos pélvicos.
Se sentían tan amados, era una sensación increíble confiar tanto en el otro como para entregarle hasta lo último de su ser, siguieron por un largo tiempo, hasta que llegaron a ese delicioso punto.
El orgasmo se hizo presente, ambos soltaron un grito de placer al sentir esos líquidos calientes correr dentro de ellos, dándoles una fuerte sensación en sus entrepiernas, cayeron rendidos, cansados y desorientados, Tresillo salió con cuidado de ella y se recostó a su lado, la chica se dejó caer sobre su pecho, apoyando su cabeza en este y dejando una caricia suave ahí—E-eso fue...
—Increíble—Dijeron al unísono, ambos se volvieron a mirar y soltaron una risita enamoradiza, el de cabello colorido se volteó un poco para tener una mejor vista de su más grande tesoro, la cual le mostraba una bella sonrisa cansada, aun respirando agitados, él la abrazo y escondió su rostro en su cuello.
—No te merezco e-eres... Eres demasiado perfecta—Jadeo ya más tranquilo, mientras daba besitos en esa zona.
—Oww... Te amo Tresillo—Correspondió al abraza, disfrutando de sus mimos y empezando a acariciar su espalda y cabello—Gracias p-por hacer esta noche tan especial
—También te amo, te amo mucho, gracias a ti por existir... —Ambos se acurrucaron más en la cama, disfrutando de la compañía del otro, las caricias y besos no cesaron, hasta que los dos quedaron profundamente dormidos.
