𝐦𝐮𝐭𝐞¹ 【𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱】

𝘴𝘦𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦

La mano de Jisung fue hacia el bulto marcado bajo la ropa interior de Félix, un jadeo escapó del mudo por el sorpresivo tacto.

El mayor comenzó a acariciar el pene de su novio, con la tela en el medio, recorriendo su longitud de la base hasta la punta, de forma lenta, comenzaba a girar cada vez más su mano alrededor del mismo, escuchando la respiración de Félix acelerarse.

Sentía su miembro cada vez más duro por sólo darle placer a Félix.

Ya con el eje del otro erecto, Jisung atacó el cuello de su novio, dejando marcas de amor, mientras giraba a ambos para apoyar a Félix sobre la cama.

Con él debajo, sus besos descendieron, pasando por sus clavículas a su pecho. 

Jisung alzó las caderas de Félix, quien abrió sus piernas inconscientemente, quedando el rubio entre ellas, sintiendo la erección del chico contra su vientre bajo, mientras su miembro era presionado contra el trasero del mudo.

Jisung llegó a los pezones de Félix, lamiendo, al mismo tiempo que daba una pequeña embestida con sus caderas.

Escuchó escapar un gemido y sonrió.

Se movió contra las nalgas del otro, haciendo fricción, con su miembro duro y aún atrapado en sus bóxers.

Félix sentía los espasmos de placer que hacían vibrar a su miembro cada vez más con cada movimiento de Jisung sobre él, quién no había dejado de poseer sus rosados pezones con su boca.

Con ambos erectos, el rubio los dejó para subir hacia su rostro, mirando con placer la expresión de Félix, quién pedía más, quería más.

Toda la vergüenza se había ido, y eso era lo que Jisung quería lograr.

El rubio volvió a tomar los carnosos labios de Félix, mientras simulaba embestidas, escuchando los gemidos que eran ahogados por el beso, que aumentaban conforme hacía los golpes con sus caderas más duros.

Sin cortar el beso, Jisung deslizó sus dedos debajo de la ropa interior de su novio, bajándola de a poco, dejando la erección de Félix libre.

Hizo lo mismo con sus bóxers, aunque mucho más rápido.

Félix quiso desviar la vista hacia abajo, pero Jisung tomó uan de sus mejillas haciéndo que lo mirara.

―No mires, sólo disfruta. ―

Esta vez, Jisung hizo que ambos miembros se tocaran, friccionando su hombría contra la del otro, escuchando un gemido bajo por parte de Félix ante la sensación.

El rubio llevó dos de sus dedos hacia su boca, lubricándolos generosamente con su saliva.

Félix no entendió bien el porqué, hasta que, segundos después, Jisung dejó sus dedos para llevarlos hacia su entrada, ya algo dilatada por el placer.

Sintió su corazón acelerarse con algo de miedo, era la pare que más lo asustaba.

―Tranquilo ―murmuró Jisung, dándose cuenta de lo que pasaba―. Lo haré bien ―añadió, al mismo tiempo que comenzaba a acariciar con sus dedos alrededor de su interior, haciendo que Félix se sintiera incómodo al principio, hasta que pudo relajarse.

Sintió el primer dedo comenzar a penetrarlo, de a poco, entrando en sí y por un momento sintió pánico.

―Lixie. ―

El mudo miró a Jisung.

―Engancha tus piernas a mí ―habló.

Alzándose con ayuda de Jisung, Félix enredó sus piernas sobre las caderas del rubio.

Sintió a Jisung penetrar más profundo en él, su espalda se arqueó de placer y un gemido bajo salió de sus labios-

Jisung sonrió ante su logro.

Cuando sintió la entrada de Félix acostumbrada, metió otro dedo, y el pelinegro gimió más alto, más agudo.

Sintió su miembro palpitar con necesidad.

Necesitaba estar dentro de Félix, estaba desesperado por hacerlo.

Pero sabía que debía ser suave, debía hacer las cosas bien.

Félix parecía algo frágil a sus ojos, no quería romperlo; a demás, era su primera vez, la primera vez de ambos, en realidad, aunque el chico mudo era mucho más puro que él.

Retiró ambos dedos del interior del chico, para tomar su miembro y posicionarlo en la entrada de Félix, quien se dio cuenta de lo que ocurría.

―¿Vas bien? ―preguntó Jisung, aunque le costó bastante hablar claro, teniendo lo que más deseaba justo en su punta.

Félix asintió, y Jisung se sintió más liviano.

―Seré suave ―murmuró, mientras entraba de a poco en él, llegando casi completamente a su interior.

Félix era muy estrecho, apretado, casi asfixiante, rodeando su miembro cálidamente.

Sintió a su novio tensarse, apretándose más, retrayendo cualquier dilatación que una vez hubo.

Fue cuando sus ojos dejaron de concentrarse en eso y miraron más arriba.

Vio a Félix apretar las sábanas con sus manitos, mientras se mordía el labio y aguantaba las ganas de retorcerse, con expresión dolorosa, las lágrimas en los bordes de sos jos, algunas en sus mejillas.

En vez de escuchar un gemido, surgió un sollozo.

Jisung salió de él rápidamente, Félix comenzó a respirar pesadamente, buscando aire, temblando, dejó caer sus piernas, que ya sentía sin fuerzas.

El rubio lo tomó por los brazos, alzándolo, abrazándolo contra sí con fuerza, acomodando el rostro de Félix sobre su hombro, dejándolo llorar.

―Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento.... ―repetía, meciendo a Félix en un intento por calmar el llanto―. Quizás fue demasiado, bebé, lo siento.... N-no quise que te doliera tanto, perdón, no me dí cuenta.... ―

Félix negó, limpiando sus lágrimas con brusquedad, lo alejó un poco para mirarlo.

Alzó su mano en una seña.

"Está bien" dijo, con una sonrisa algo forzada, pero feliz, sabiendo que Jisung había parado.

Se había desesperado, se sentía a punto de quebrarse, muy apretado en su interior, sin poder moverse, asfixiante...

Pero Jisung se había dado cuenta de su dolor, y lo había dejado, tal como sabía que lo haría, y por más que seguía sintiendo esa zona incómoda, se sentía bien porque tenía el mejor novio del mundo.

―¿Me perdonas? ―Jisung se veía completamente arrepentido.

Félix asintió, dejó un corto y tierno beso sobre los labios del rubio, para enfatizar.

Jisung rió un poco, más tranquilo.

―No puedo dejarnos así ―dijo, mirando hacia ambos miembros, aún erectos.

Alzó sus ojos hacia un ruborizado Félix, quién asintió, mordiéndose el labio con una sonrisa.