𝘯𝘰𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢

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Al día siguiente, la señora Lee los despertó temprano para que prepararan sus cosas rápido, ya que irían a ver al médico de Félix a Busan.

Había conseguido turno ese mismo día debido al sorpresivo regreso de su voz, y debía revisarlo urgentemente.

La idea era ir y volver el mismo día, pero, por si acaso, debían llevar una muda de ropa por si se les hacía muy tarde.

Jisung se encargó de guardar la ropa de ambos, mientras Félix se vestía, aún algo adormecido, el rubio pudo notar su nerviosismo.

Jisung enganchó la mochila de un lado a su hombro, se sentó junto a Félix, tomando su mano para que el pelinegro lo mirara.

― ¿Estás bien? ―preguntó con suavidad.

Félix asintió automáticamente, pero no convenció del todo a su novio.

Jisung pasó un brazo sobre los hombros del chico, abrazándolo.

― Estoy contigo, pero no te preocupes ―habló cerca de su oído―. Ven, desayunemos.

Bajaron las escaleras juntos, incluso cuando estaban tomando su café, por parte de Jisung, y su chocolatada fría, por parte de Félix, el rubio no dejó de sostener su mano.

Ya en el auto, compartieron auriculares, Félix se acomodó sobre su hombro con intenciones de seguir durmiendo, nadie se lo impidió, ni siquiera Momoland con su alegre canción Baam sonando a todo volumen.


𝐦𝐮𝐭𝐞¹ 【𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora