𝘰𝘤𝘩𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘵𝘳𝘦𝘴

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Félix continuó murmurando, Jisung ya se había acostumbrado bastante, así que se concentraba en la música que se escuchaba por el único audífono en su oreja, ignorando las miradas extrañas que Jeongin comenzó a dedicarle al otro por el espejo.

No podía esperar menos, luego de más de una hora y media de viaje y que el chico continúe haciendo lo mismo.

A su lado, Jisung notó a Félix cabecear de sueño, con los ojos pequeños por el mismo.

―¿Quieres dormir? ―le preguntó el rubio.

Félix negó.

―Falta bastante para regresar a Seúl ―habló Jeongin, metiéndose en la conversación―. Tienes como una hora para descansar. ―

Félix volvió a negar.

Si de-jo de ha-blar... Per-deré se explicó el pelinegro con torpeza, hablaba con tono cansado, como si le hubiera agitado haber dicho unas cuantas palabras juntas.

―¿Perder? ―preguntó el mayor, mirando confundido al chico por el espejo.

Mi voz ―Félix parecía preocupado―. No ten-go que de-jar de ha-blar. ―

Jeongin no sabía qué decirle, así que miró a Jisung esperando que a él se le ocurriera algo.

El rubio acarició su cabeza con cariño.

―Bebé ―lo llamó, Félix se volteó hacia él, dejando que su novio acariciara su mejilla―. Si quieres dormir, duerme. Verás que tu voz va a seguir allí.―

Félix negó con ganas.

―Si no está, la buscaremos de nuevo, ¿Bien? ―habló Jisung con suavidad, de sólo pensar en eso Félix se ruborizó completamente, escondió su rostro entre sus manitos, avergonzado de los recuerdos.

Jisung no pudo evitar reír por el gesto del chico.

―Ya, tranquilo ―le habló el rubio de nuevo, acomodó la cabeza de Félix sobre su hombro, dejando un beso en su coronilla―. Si quieres dormir, no te preocupes.―

Jisung tomó la mano de Félix, entrelazando sus dedos, dejando caricias con su pulgar sobre el dorso de la pequeña y adorable manito de su novio.

Jeongin los miró con ternura, y no pasaron diez minutos que Félix ya respiraba con tranquilidad, sumido en el mundo de los sueños, apoyado cómodamente en el hombro de Jisung.

Varios kilómetros después, el mayor preguntó:

―¿Cómo es eso de que encontrarán su voz de nuevo? 

Jisung alzó la vista de su celular y miró con cierto pánico a los ojos que lo escrutaban.

―Secreto profesional, lo siento.―

disculpen por no poder actualizar, de verdad, lo intento pero tengo mucha tarea, por suerte, me queda muy poco

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disculpen por no poder actualizar, de verdad, lo intento pero tengo mucha tarea, por suerte, me queda muy poco. besitos nwn

𝐦𝐮𝐭𝐞¹ 【𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora