𝘯𝘰𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘶𝘯𝘰

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Cuando llegaron a Busan, el señor Lee condujo directamente hacia el consultorio médico de la última vez, estando todo tal y como lo recordaban.

La señora Lee bajó del auto para entrar al lugar directamente, dejando a los dos chicos descansando en el asiento trasero, y al padre de Félix aún al volante, quien apagó el motor.

El doctor había dicho que los atendería en cuanto vinieran, y si estaba atendiendo a otra persona, terminaría con esa consulta y luego pasaría a ellos, pero no harían ninguna fila de espera.

Félix se despertó perezosamente, viendo hacia afuera.

La sonrisa de Jisung lo distrajo, y sonrió un poco también.

— Estás durmiendo mucho últimamente, Lixie —comentó Jisung, revolviendo un poco sus cabellos—. ¿Duermes mal o algo?

Jisung creyó notar la mirada del señor Lee por el espejo retrovisor, pero el hombre se movió rápido para asegurarse.

Félix negó.

Cansadodijo, simplemente.

Jisung notó el puchero en sus labios y el rubor de sus mejillas.

— ¿Te duele la cabeza?

Félix asintió.

Jisung acercó sus manos a su frente, sintiendo la temperatura, hizo una mueca.

— Tienes fiebre— murmuró, Félix pareció sentir más dolor con escuchar esas palabras, e hizo una mueca que hizo a Jisung correr su mano.

Un golpe en la ventana hizo que ambos voltearan, encontraron a la señora Lee haciendo señas para que bajaran.

Aún adormilado, Félix se sostuvo bastante de Jisung camino hacia el consultorio.

El rubio miró hacia atrás, viendo que la señora Lee ya no estaba a su lado, notando que estaba hablando un momento con su marido.

𝐦𝐮𝐭𝐞¹ 【𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora