𝘤𝘪𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘵𝘳𝘦𝘴

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Por la mañana, lo primero que vio Félix al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Jisung ya vestido, pero acostado a su lado, usando su celular.

‒Buenos días, lindo‒ coqueteó el rubio, haciendo que Félix se ruborizara y sonriera, hasta que vio el celular y lo reconoció, arrebatándolo de las manos de su novio‒ ¡Felixieeee, vamos! Hace como una semana que no uso un celular, ¿Sabes la abstinencia que tengo?‒

Ignorando sus palabras, el chico mudo dejó su celular sobre la mesa de luz, se quitó las sábanas para levantarse, pero, para extrañeza del otro, las volvió a colocar sobre su cuerpo, metiéndose de nuevo en la cama.

Jisung frunció el ceño, pero no quiso preguntar nada.

En cambio, fue él quien se levantó, acomodando un poco su ropa, calzando unas pantuflas, dispuesto a ir abajo.

‒¿Vienes a desayunar?‒ le preguntó, a unos pasos de la puerta.

Notó que Félix estaba muy ruborizado, al punto que parecía un tomatito, el chico negó.

Jisung notó que estaba incómodo o nervioso, por algo.

Y además, si él no lo obligaba a desayunar, la señora Lee lo haría, así que Félix nunca se negaría sin alguna razón importante.

Jisung se acercó a la cama de nuevo, sentándose junto a él.

‒¿Que tienes, bebé?‒ preguntó, dejó unos cuantos besos en el rostro de Félix, aunque el chico volvió a negar, dando a entender que no quería decir nada al respecto‒. Anda, dime‒ Jisung acarició sus mejillas, sus miradas se encontraron‒. Sé que te pasa algo, puedes decirme.‒

Félix suspiró, le hizo una seña para que se levantara, Jisung lo hizo y lo vio levantar las sábanas de nuevo, y le tomó un momento notar que era lo que le incomodaba tanto a su novio.

Jisung rió un poco.

‒Es sólo una erección matutina, Lixie‒ Dijo, con una sonrisa‒. Es normal, no tienes que avergonzarte‒ Jisung volvió a sentarse a su lado‒. Anda, ve al baño, desquitate, y te espero abajo con el desayuno.‒

Félix negó, haciendo un mohín.

‒¿No?‒ Jisung frunció un poco el ceño‒ ¿No qué?‒

El mudo suspiró, tomó su celular y escribió en la allí de notas.

"Se irá solo. Tengo que esperar un rato".

Jisung leyó varias veces las palabras, una parte de él no podía creerlo.

‒Félix, tú... ¿No te tocas?‒ preguntó, de la forma más sutil.

Félix era especial, único y como quieran decirle, pero seguía siendo un adolescente de dieciséis (casi diecisiete) años, ¿Qué persona de su edad no se tocaba?

Para su sorpresa, el otro negó y Jisung permaneció unos segundos en silencio, hasta que pudo creerlo, para entonces, Félix volvía a tener una expresión avergonzada en el rostro.

El mudo apartó la vista de Jisung, mirando hacia un lado, tomó las sábanas como para volver a esconder aquello y el rubio se arrepintió un poco por su actitud.

‒No, no...‒detuvo la mano del otro, tomándola, haciendo que Félix lo mirara de nuevo‒.No es algo que deba ponerte incómodo, es normal, ¿Lo sabes?‒

Félix asintió, claro que lo sabía, él no era ningún idiota como para no saberlo.

Jisung abrió la boca para decir algo, pero pareció arrepentirse, en cambio, se levantó para cerrar la puerta del cuarto y al regresar a la cama, estaba completamente ruborizado.

𝐦𝐮𝐭𝐞¹ 【𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora