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Maratón 4/6

La cena con los socios de mi padre hasta ahora era tranquila.

Nathan no se había separado de su padre, pero sus ojos estaban sobre mi todo el tiempo.

Alex se había mantenido conmigo toda la noche, él es hijo de un socio y me parecía simpático además de atractivo con sus ojos marrones claros y esa sonrisa de infarto, pero lo que más gustaba de él era su cabello rizado.

- Deberíamos salir a divertirnos como en los viejos tiempos - todo esto que me estaba sucediendo había hecho que me alejara de todos mis amigos.

- Si, es una buena idea díganme cuando y estaré ahí.

Nathan comenzó a caminar hacia nosotros.

- Nia, ¿podemos hablar?

- Bien, Alex me avisas el día, hora y lugar necesito salir a divertirme - claramente lo hice con segunda intención.

Camine delante de Nathan hacia la biblioteca, no lo llevaría a mi cuarto no quería arriesgarme.

- ¿Qué es lo que quieres Nathan? - me senté en la mesa que había en el medio dándole el frente a él.

- Quiero explicarte cómo son las cosas realmente, no quiero que te alejes de mí.

Su maldita falsedad me causaba risa, el de verdad no se imagina que yo sabía lo que buscaba de mí.

- No quieres que me aleje de ti, pero me ocultas cosas, me mientes y me utilizas.

- ¿Cuándo te utilice? - no soy tan idiota para creerle.

- Vamos Nathan por favor, la historia de tu madre te suena - la expresión de su cara paso de confusión a una asombrada.

- Supongo que te decías a ti mismo, ella no sabrá nada y será una presa fácil, pero como la ves, tu jugada se quedó recién empezada.

Se acercó a mi hasta chocar con mis rodillas cruzadas y aproveché para pararme frente a él.

- Se más exacta Nia y déjate de juegos estúpidos.

- Ahora soy yo la de los juegos, cuando solo te acercaste a mí para descubrir que hizo mi padre con tu mamá, muy hipócrita de tu parte no crees.

- Así que ya lo sabes, seré sincero pensé que tardarías más en averiguarlo.

- Pues ya ves que no ¿y sabes que es lo que más me repugna de ti ahora? el hecho de dejarme ver tan destruida y pensar que eras diferente cuando al final eres igual de mierda que tu padre.

- No lo supe hasta unos días después que te fuiste a quien sabe dónde, no mentía cuando dije que no tenemos una buena relación.

- Me vale mierda cuando lo supiste, el punto es que no me lo dijiste y ahora es mi momento de vengarme, porque no jugaba cuando dije que me llevaré a quien sea por delante.

- ¿A qué te refieres? - amaba ver como tenía el poder ahora.

- Quieres saber que le paso a tu madre, pues escucha bien. Yo ayudé todo este tiempo y si, tu madre sigue viva, pero no la verás nunca más, así como yo no veré a mi nana.

Sus manos fueron a mi cuello haciendo presión y yo solo sonreía porque estaba actuando como yo quería que lo hiciera.

- Escúchame bien maldita perra, no juegues conmigo sino quieres que te destruya.

- Crees que estoy jugando - le dije con la voz entrecortada, porque se me estaba dificultando el respirar.

- Pues no maldito imbécil no estoy jugando así que ahora te jodes tu, Nathan.

Más Que Mafias (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora