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Maratón 3/6

Había decidido acompañar a Nathan al trabajo por supuesto después de nuestra intensa sesión de sexo.

Y aprendí que no puedo dudar de sus palabras porque literalmente el caminar se me complica tanto como cuando eres un bebé recién aprendiendo a caminar y ese no es mi mayor problema sino en realidad lo es el sentarme porque no podía mantener las piernas juntas.

El disfrutaba de lo que ocasiono, pero no se podía esperar menos cuando se tienen 26,4 centímetros entre las piernas y si, me atreví a medírselo después de coger, no me juzguen, pero debía saber que tanto me estaban metiendo y al le divirtió el momento.

Estaba esperando que termine una reunión de último momento que se le presento para poder ir a comer.

Su oficina era bastante aburrida se podría decir, solo tenía su escritorio, una laptop, un sofá, una mesa y un armario con libros y carpetas.

La puerta se abrió y entro un hombre que no conocía.

- ¿Tú quién eres y qué haces en la oficina de Nathan?

No tenía idea de cómo diablos presentarme y no le diría que soy su follamiga.

- Mmm soy Nia, amiga de Nathan ¿y tú eres?

- ¿Solo su amiga?, porque él no tiene solo amigas.

Bien su confesión provoco un cosquilleo en mi cuerpo que no debería sentir, pero maldita sea me puso como una más de la lista, maldito pendejo.

- No te tiene que interesar lo que somos - creo que mi molestia fue muy evidente.

- De hecho, a mí no me importa, pero a mi hermana la futura madre de su hijo si le importaría bastante.

Mi mente colapso, exploto y me dejo sin nada que procesar. Iba a ser padre el muy hijo de puta, iba a ser papá y me cogió sin decírmelo, que carajo está mal con este hombre. Que no me debe explicaciones, pero esas cosas no se callan solo porque sí.

El susodicho entro a la oficina y se puso pálido cuando vio al desconocido junto a mí.

- El futuro padre ya llego, entonces ahora si paso a retirarme.

Trató de hablar, pero no salía nada de su boca.

Que iba a decir, que no es lo que parece o que no es su hijo.

Paso por su lado y choco mi hombro con su brazo haciendo que reaccione.

Estaba esperando el maldito ascensor que al parecer estaba en mi contra esta vez y la voz de Nathan me hizo voltear.

- Nia, espérate déjame explicarte como son las cosas realmente.

- No me jodas me lo quieres decir ahora que ya se la verdad. Mírame a los ojos y dime que ibas a decírmelo - su silencio fue todo lo que necesitaba.

No me lo iba a decir y yo no arruinaría la vida de un bebé inocente solo porque su padre sea un maldito idiota.

- No necesito nada más, no quiero más mierda en mi vida porque es lo que menos necesito y lo de follamigos se terminó, todo muy bien mientras duro, pero no voy a separar a un bebé de su padre, yo no soy ese tipo de persona.

El ascensor llego y marque el primer piso porque estábamos en el piso dieciocho.

- ¿Muñeca dejaremos todo aquí?, creí que podíamos funcionar, además nos tendremos que ver seguido de todas maneras - punto a su favor con eso.

- Nos veremos solo cuando sea necesario y tenga que ver con trabajo, hablaremos solo de trabajo y nos trataremos como socios en esto, esa es mi última palabra.

El ascensor se cerró en su cara dejándome respirar. No iba a llorar él no lo valía además no teníamos nada.

Tomé un taxi y me fui a mi estudio de baile, es uno de los dos lugares que nadie sabe que tengo solo mi nana sabia de ellos, pero ya no está.

Cuando llegue deje las luces apagadas y solo prendí las que rodeaban los inmensos espejos que había por toda la habitación por suerte tenia ropa cómoda aquí, me vestí y prendí el parlante conectándolo a mi playlist automático.

Comenzó a sonar Someone you loved de Lewis Capaldi y me deje llevar por el ritmo y la letra.

Estuve cerca de dos horas bailando, me duché y me dirigí a la casa de Nathan.

Había dejado mi teléfono y mi maleta en su habitación, así de pendeja estaba.

Cuando llegue a su casa por suerte el aún no había llegado y eso me dio el tiempo suficiente para guardar las cosas que estaban afuera de la maleta.

El mundo me odiaba de una manera inimaginable porque llego justo cuando estaba esperando el taxi.

- ¿No me vas a escuchar nunca no es así? - su insistencia me hacía pensar, ¿y si las cosas no son como las imagino?, sabía que no perdía nada con escuchar su versión.

- Te escuchare sí, pero no ahora y no sé si podre mañana.

Termino aceptando lo que dije y lo dejé ahí parado en su puerta mirando cómo me iba.

Mi teléfono comenzó a sonar.

- Hola ¿ya tienes la investigación que te pedí?

- Así es y el culpable ya está más que confirmado.

- Bien estaré en mi casa en unos minutos llévamelo.

- Como órdenes y por cierto cuando sepas quien es vas a querer matar a más de uno - y colgó.

No entendía a qué se refería, pero tenía que vengar una muerte y si tenía que matar a medio Francia por ello, lo haría.

Una vez en casa vi que estaban preparando una especie de banquete y mi madre estaba dando órdenes.

- Oh Nia, ve a prepararte los socios de la empresa de tu padre vendrán a cenar en unos minutos.

Obedecí y subí a mi habitación para darme una ducha.

Me decidí por un vestido rojo claro, con tiras delgadas y me llegaba a la mitad del muslo, me hice ondas en el cabello y un maquillaje ligero con mucho iluminador.

Tocaron mi puerta y era el investigador de la familia.

- Suerte con esto la vas a necesitar - me dio el sobre y se fue.

Cada palabra que leía me dejaba muda y en shock, el entender que la muerte de mi nana había sido culpa de su padre y el mío me dolía, pero más me dolía saber la razón real y al parecer yo tenía tanta culpa como el hombre que apretó el gatillo soltando la bala que la mato.

Calme mis emociones, debía verme tranquila como si no supiera nada de esto.

Cuando llegué a la sala, supe que esto sería más complicado de lo que esperaba.

Me acerque a mi padre y salude a los dos hombres que estaban junto a él.

- Buenas noches señor Hellter y Nathan - estire mi mano esperando que respondan el saludo.

Bien pequeñas delincuentes de mi corazón aquí tienen el último capítulo de la semana.

¿Qué les pareció esta noticia de Nathan siendo futuro padre? ¿Creen que Nia lo escuche? ¿Quiénes son los culpables de la muerte de su nana? ¿De qué será cómplice?

Más Que Mafias (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora