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Nia:
Las comidas en "familia" era algo obligatorio todos los domingos a menos que alguno estuviese de viaje, pero esta no era la ocasión. Nos encontrábamos todos y con esto me refiero a mi padre y madre sentados en un inmenso comedor, alejados uno de otros como cosa normal.
- Nia - la voz de mi padre me hizo dejar el cubierto a un lado para observarlo.
- Dime, papá.
- Necesito pedirte algo.
- ¿Qué es? ¿Hay algún problema? - algo que se apodera de mí siempre es la curiosidad, aunque no lo demuestre mucho, nótese mi sarcasmo.
- En unos días, aunque bueno para ser exacto el viernes tendremos una reunión en la organización y como ya todos lo saben yo dejare mi cargo.
Mi padre era la cabeza de una de las organizaciones con mayor influencia en el bajo mundo y vaya cuantas influencias tenia.
- ¿Hay algo que va mal?
- No querida - a pesar de no tener a mejor relación siempre me ha dicho de esa manera y nunca me ha molestado -. Veras el viernes habrá una reunión y vendrán las organizaciones extranjeras y el tema principal será la mercancía y como tu estas a cargo de ello creo que sería bueno si vas y te rodeas un poco más con ellos. Yo debo viajar a otra reunión importante para esos días, pero quiero tener algo seguro y no dejar todo tirado. ¿Entonces crees que tú puedas ir por mí en caso de que no llegue?
- Si papá, no hay ningún problema. Yo iré por ti - la verdad nunca había asistido sin mi padre a ninguna reunión y no es que me diera miedo porque el respeto de todos me lo había ganado a pulso, pero sería raro-. Solo hablare con mi secretaria para que mueva mis reuniones en la empresa y problema resuelto.
- Bien hija, además ya te tocaba ir sola, confío en ti.
Mi madre no opinaba absolutamente nada del tema, hace algún tiempo dejo de hacerlo y esta vez no fue la diferencia.
El timbre nos pone alerta ya que no esperábamos ninguna visita. Una de las muchachas que trabajan en casa se dirigió a ver quién era. Ellas trabajaban aquí solo por mi madre, ella era la típica esposa florero que no sabía hacer absolutamente nada más que salir de compras y viajar. Si por mi fuera estaríamos mejor sin tanta gente aquí además eso evita que estemos entre tanto peligro y traición.
- Hola señor y señora Garsia, Nia - y ese es Matt, socio de la familia en absolutamente todo y mi novio.
- Hola Matt, te hemos dicho que puedes llamarnos por nuestros nombres al final de todo somos familia.
-Lo se señor, solo que la costumbre a llamarlos por su apellido no se ha ido.
- Esta bien Matt, como desees - no entiendo porque siempre se dicen lo mismo, parecen disco rayado. Sonrió por las tonterías que digo en mi cabeza y miro al idiota llamado mi novio.
-Matt, dame unos minutos que voy por mi bolso y nos vamos.
- Bien cariño, como desees - ruedo los ojos porque él sabe que odio que me diga así, de hecho, odio todo aquel apodo cariñoso, no los soporto.
- Matt.
- Cariño, los siento, pero uno de los dos debe ponerle dulce a esta relación y tú ya te encargas de todo el hielo - la risa de mis padres no tarda en llegar mientras yo subo las escaleras ignorándolo por completo.
Hoy debíamos terminar de preparar la fiesta que haríamos como cada mes. No tenemos una razón para hacerlo a menos que el mes que toque alguno este de cumpleaños, ahí si la fiesta subía de nivel. Aún nos falta encontrar el lugar, las bebidas y la comida, prácticamente todo, aunque al DJ ya lo teníamos.
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Más Que Mafias (REESCRIBIENDO)
Roman pour AdolescentsCada mentira es una pequeña granada dentro de mí, nadie sabrá lo que ocurrirá cuando todas detonen, no creo que quieran averiguarlo tampoco.