El ambiente se caldeaba cada vez más por momentos y ya hacía como una media hora que estaba sentada en la barra admirando el desastre de la fiesta. Había gente por todos lados, hasta encima de los muebles, bailando, hablando, bebiendo, toqueteandose descaradamente, besándose, hasta gente haciendo cosas que nunca imaginarias. Estaba aburrida, así que me pedí otro cubata.
Había perdido de vista a Liam nada más entrar, dado que se había ido con una chica. Muy bien hermano, dejando a tu hermana sola en una fiesta de tal alimaña, pensé, después dirá que yo soy la irresponsable. A claudia también la había perdido de vista hacía una media hora, cuando Harry había venido y se la había llevado a "bailar". Y Niall... dios sabe que le pasará a este chico por la cabeza. Estaba con Louis en la piscina haciendo el indio, y ya de paso coqueteando con alguna que otra chica. No podía verle así, me dolía, asique me fui.
- Aquí tienes señorita - me dijo
amablemente a la vez que me guiñaba un ojo.
- Gracias - dije amablemente sonriendo.
Pensé en levantarme de ahí e ir
concentración de gente era enorme y pensé que la mejor solución era quedarme sentada donde estaba. Dado que no quería que por algún tipo de accidente el cubata acabara en mi vestido. Mi vestido blanco ajustado que me quedaba al guante y que yo adoraba. Dí un sorbo al contenido líquido del baso lo noté caer por mi garganta ardiente. Pasé la lengua por mis labios instintivamente y otra vez más me quedé observando a la multitud.
- ¿Que haces aquí tan sola preciosa? - una voz me sacó de mi nube y alzé la mirada para encontrarme con un chico alto, con los ojos negros y el cabello del mismo color. No es una combinación muy impactante pero este chico era increíblemente guapo. Le miré a los ojos y sin darme cuenta ese mar de oscuridad me infundió.
- Hola - le dije insegura. ¿Que se suponía que debía decir en estos momentos?
El me guiño el ojo. Y aunque sus ojos fueran impresionantes, no causó ni la mitad del efecto que Niall provocaba en mí. Y eso que el rubio ni lo intentaba.
- ¿Vienes a bailar? - dijo él mostrándome su bonita sonrisa adornada por unos dientes blancos.
No sabía si debía hacerlo, no le conocía. ¿Pero que perdía con eso? Nada. Así que, asentí.
- Claro. - le devolví la sonrisa y el me cogió de la mano llevandome hasta donde todos bailaban.
La canción era una de pitbull asique, se puede imaginar como estaba bailando todo el mundo, asi que los imitamos. El chico se pego a mi, demasiado dado que nuestros cuerpos no se separaban por nada. Nos movíamos al ritmo de la música y deje que esta me llevara. Me dejé llevar dado que esta me taladraba los oídos y por el efecto del alcohol que estaba empezando a subir no me dejaba pensar con claridad. El desconocido arrimaba sus partes a mi trasero y yo lo movía desvergonzadamente. Era agradable poder soltarte de vez en cuando.
- ¿Como te llamas? - susurro el en mi oído.
- ______ - le respondí con un chillido - Y tu?
- Jack. - dijo el y seguimos bailando.
Me estaba despreocupando de todo
reconocería en cualquier lugar. Estaba hablando animadamente con otra chica, rubia también. Pestañeé dos veces antes de que los celos me subieran por dentro. No quería estarlo, pero lo estaba. ¡Aquí la princesa era yo! No la rubia asquerosa. Alzé mis mano y las pasé por el cuello de Jack, apagandolo mas a mí. Y al cabo de unos minutos lo noté, su mirada intensa sobre mi. Perspicaz, impaciente, dudoso. Ahí estaba Niall, mirándome por encima de la rubia. No lo miré, no sabía el porque pero no quería darle el gusto de corresponderle la mirada. Sonreí satisfecha y Jack poso sus manos en mis caderas. Cerré los ojos y antes de que me diera cuanta alguien me agarró de la mano y me deshizo del enganche de Jack.