Día 1. Comienzo

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Karmaland. Oh bella Karmaland, tan armoniosa ...

—Debes hacer algo con ese agujero de madera, está súper feo — se escuchó una voz

—Es un Bunker Luzu, ya verás, dame un día y será la casa más bonita de Karmaland —

—Ya quisieras —

Los dos chicos caminaban de la casa del castaño hacía la casa del menor, acababan de conseguir la etiqueta que Auron necesitaba. Desde que el moreno llegó, Luzu intentaba enseñarle a Auron todo lo necesario para que supiera cómo desenvolverse en el pueblo de forma autónoma. Al mayor nunca le había molestado mostrar a los nuevos habitantes el pueblo, esa era su naturaleza, siempre servicial y amable. Luzu era el héroe de Karmaland que todo el pueblo asociaba con la bondad, parecía un verdadero ángel pero pensaba que era más valioso enseñarle a sobrevivir por su cuenta.

—Entonces ... ¿Sólo tengo que ponerle la etiqueta?- dijo Auron entre risas, intentando superar la última broma que el castaño dijo sobre su bunker. Abrió la puerta de la casa y tomó la mano de Luzu para hacer que bajará con él hasta el fondo. Luzu se sorprendió por eso, creyó que después de llegar a la casa se marcharía de regreso, aún así estaba feliz por poder convivir con el nuevo héroe.

—Sí, es tan simple como eso— dijo intentando seguirle el paso a Auron.

—Hombre ¿Ya estas cansado? Pero si para llegar a tu casa hay que subir una polla entera de escaleras — Auron se burló.

—¿Quién está cansado bitch? — Luzu comenzó a reír mientras tomaba energía para poder alcanzar a Auron. El moreno notó esto y aceleró para evitar que su amigo le ganará.

A la mierda el consejo de mamá de "No bajes las escaleras corriendo", si era para coronarse como ganadores, todo se iba al carajo.

Fue difícil, incluso para ellos decir quién había ganado, pues después de un rato de correr ambos terminaron rodando escaleras abajo, tumbados uno al lado del otro riendo como si no hubiera un mañana.

— ¿Estás bien Auroncito?— dijo Luzu cuando por fin había podido parar de reír

—Como si nada mi niño, es que a mí, unos escalones de mierda no me pueden hacer nada ¿Ves cómo estoy de mamadísimo? — dijo Auron haciendo una posee de galanura y levantándose la camiseta para mostrar su abdomen aún estando en el piso. Luzu notó que el pobre no tenía nada que presumir, al menos no ahora.

Nuevamente las carcajadas no tardaron en escucharse.

Karmaland. Oh bella Karmaland  ... lo que te espera con la llegada de este nuevo héroe.

Ambos se incorporaron después de unos minutos. Auron corrió para encontrar al pollito que había encontrado esta mañana. Luzu le siguió un poco de lejos para observar con ternura cómo tomaba en sus brazos al pequeño y le acariciaba.

—Bueno, entonces te llamarás Frederick — le colocó la etiqueta para bautizarle. Ahora el pequeño era oficialmente parte de la familia de Auron.

—Vale, entonces no se te olvide cuidarlo muy bien y darle semillas —

—Creo que tengo semillas en algún cofre ¿Podrías revisar mientras yo preparo un lugar donde se pueda quedar mi hijo? —Luzu asintió.

Se acercó a los cofres para poder buscarlas, aunque después de un rato se dio cuenta de que Auron no tenía ni una sola semilla. Se sintió apenado. Era cierto que el moreno casi no había tenido tiempo de explorar, sólo llevaba un día en el pueblo, claramente le faltaban cosas esenciales.  Así que, de su propio inventario tomo algunas semillas que tenía de sobra y se las mostró con ilusión a Auron.

Luzuplay Month BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora