Día 12. Juicio

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Los dos se encontraban ahí, frente a frente, por fin el tan esperado encuentro entre bandos opuestos estaba ocurriendo en la corte de Karmaland. Una mirada filosa de color escarlata se mantenía firme ante los concentrados y altaneros ojos del juez del pueblo. Ninguno de los dos quería estar ahí, al menos no de esta manera, pero estaban porque esto ocurriría tarde o temprano, por presión de Lolito ... más temprano que tarde.


Luzu había decidido asistir por consejo de Vegetta, pues si no se presentaba, en los cargos se sumaría su falta de cooperación y no tenían tanta paciencia como para seguir lidiando con este tipo de cosas, menos cuando el castaño había estado liderando un golpe de estado utilizando a su favor el poder oscuro otorgado por los Dioses, cuatro caballos esqueleto del Apocalipsis y el resto de héroes de Karmaland que no pertenecían al gobierno, estaban de su lado. Luzu lo tenía claro, vendría al juicio sólo por compromiso y aún si le encontraban culpable, los estragos que planeaba hacer no se detendrían. Otra razón que le motivo a venir ... bueno, le miraba cómo si estuviera esperando con ansias dictar el veredicto y la sentencia, de hecho había algo sobre eso. El alcalde seguía dando argumentos al resto de asistentes sobre por qué Luzu era un peligro para el pueblo y por qué merecía ser arrestado. El joven de los ojos rubí estaba convencido de que Lolito le tenía tanta manía como él, pues incluso había dicho en alguna parte de su discurso que usaría parte de los impuestos del pueblo para construir una celda de máxima seguridad sólo para mantenerle cautivo, ¿Pero qué clase de pirado era este?


—He terminado, ahora juez Auron, le pido por favor nos diga su veredicto y sentencie de una vez a este ciudadano tan poco ejemplar — dijo el pelirrojo sonriendo con malicia mientras miraba a su enemigo


—¡Eso no se puede! Aún no hemos terminado de exponer todas las evidencias a favor de mi cliente, pido más tiempo para ...— Vegetta saltó en defensa de su amigo, sin embargo tuvo que callar por el sonido estridente de la madera del pedestal siendo golpeada


—¡Denegado! — gritó Auron por enésima vez en el juicio. Se escucharon unas risas provenientes de los asientos donde se encontraba la pareja de policías.


Vegetta tuvo que volver a sentarse en sus silla, mordiéndose el interior de una mejilla y apretando los labios para mantenerse dentro de las normas establecidas, a pesar de cuanto deseara hacer que ese maldito juez se metiera sus "Denegado" por donde mejor le cupiera. Luzu no podía creer el aguante que tenía su amigo, le dio nostalgia recordar que alguna vez él también vivió en silencio, sin oponerse a la ley, pero ahora ... era algo personal, se trataba de una injusticia y una traición a aquello que más valoraba. La gente tiene un límite, el de Luzu se había quebrado por mucho.


—Procedo a cerrar el caso, a falta de un jurado y viendo que soy la única figura de autoridad con el poder de dictar una resolución — el moreno le hizo una mueca burlona a Vegetta, quién sólo se limitó a voltear la mirada —Encuentro al acusado Luzu como culpable de los cargos aquí presentados —


—¡Pero si serás cabezón! ¿Cómo te puedes llamar juez si no sabes ni un huevo de justicia? ¡Corrupto! — se quejó Vegetta. Luzu tuvo que sostenerle para evitar que se abalanzara contra Auron. No le importaría dejar que su amigo le diera una pequeña paliza pero por ahora no necesitaban más personas de la rebelión en la cárcel.


Pasarón unos segundos hasta que finalmente Samuel recuperó la compostura. Fue ahí donde Luzu se percató de que Auron no había dejado de observarle.


—Bueno ... prosigo a leer mi orden — el moreno se aclaró la garganta — Se le dicta cumplir con una condena para saldar sus deudas con el bienestar del pueblo, el señor Luzu deberá cumplir con dos meses de servicio comunitario que realizará en el ayuntamiento, con eso queda el caso cerrado y se levanta la sesión — se volvió a escuchar el martillo del juez por última vez en el día. Todos. Absolutamente todos los presentes en la corte a excepción de Auron, claro estaba, se encontraban completamente sorprendidos y con los ojos como platos después de haber escuchado semejante dictamen.


—¡Mano derecha! ¿Estás loco? ¿Es que acaso no lo planeamos? Meteríamos a Luzu en la cárcel, eso acordamos — le reclamó Lolito al juez. Auron sólo le pidió que hablarán mañana a primera hora del trabajo


Vegetta se acercó a Luzu y le miró algo avergonzado.—Lo siento tío, pensé que el tontito de tu ex novio sería más profesional, sé que habríamos ganado de no haber sido porque no me dejaron presentar las pruebas —Luzu sólo negó con la cabeza


—Esto ya me lo esperaba, además ni siquiera me tocará ir a prisión —


—Pues para ser una sentencia del gobierno del mal, te lo estás tomando muy bien — Vegetta sólo observó como el chico con la sudadera negra subió los hombros


—Bueno, no tengo intenciones de mostrar mis armas por ahora, además estaré en el ayuntamiento, me será más sencillo recolectar información — el castaño le guiñó un ojo con complicidad, esto sorprendió al chico de morado pues hacía mucho tiempo que no le veía responder de una forma tan positiva.


Vegetta le sonrió


—Sabía que todavía quedaba algo del Luzu que conocí —


Antes de que pudieran continuar la charla, Auron se acercó a ellos, claro que con la distancia prudente porque aún estaba seguro de que Vegetta se arremetería contra él en cualquier instante.


— Discúlpenme pero me gustaría hablar con el señor Luzu un momento, para discutir los horarios de su servicio a la comunidad —


Vegetta estuvo a nada de apartarlo de ahí, pero Luzu se le adelantó caminando en dirección al juez y asintiendo con la cabeza. El juez comenzó a caminar para guiar al castaño hasta la parte trasera del juzgado, ahí había un cuarto donde se suponía que tendría discusiones con otros jueces o con el jurado, pero eran un gobierno corrupto así que esa sala sólo la ocupaba para examinar en soledad las pruebas de los juicios o con el alcalde para que le dijera que información modificar. Luzu se despidió de su amigo con un ademán de saludo.


—No te preocupes Vegetitta, nos veremos en mi casa mañana— le consoló mientras cerraba la puerta del cuarto donde charlaría a solas con el juez.


Vegetta sólo sonrió de lado, algo le decía que esto de la revolución no duraría demasiado, conocía bien a su amigo y si estaba dejando que le pusieran tan ridícula sentencia era por esa debilidad suya que ni siquiera la traición había hecho menguar. Sus sospechas fueron confirmadas cuando comenzó a escuchar ruidos sordos provenientes del otro lado del cuarto. Sólo salió de los juzgados lo más rápido que pudo.


—Pero que guarros son —


En cuanto Luzu había cerrado la puerta, el moreno se abalanzó contra sus labios sin avisar para comenzar a comerse el morro con la desesperación terrible que habían tenido que soportar durante el juicio. Sus manos torpemente quitaron la capucha de la cabeza de su pareja para poder enredar sus dedos con los sedoso mechones rebeldes del castaño. Luzu por su parte había dejado que el menor se agasajara con su cuerpo, después de todo se lo merecía por haber engañado a Lolito. Cuando por fin se dejaron de besar Luzu jadeó por aire.


—Acostúmbrate mi niño, que te tengo para mí por dos meses enteros —dijo Auron mientras su mano se colaba suavemente por debajo de la sudadera ajena


Si bien era cierto que todo esto del juicio había sido un invento de Auron para poder pasar más tiempo juntos de forma que continuarán conservando el orgullo y la dignidad, no estaban del todo en buenos términos.


—Aún tenemos asuntos que hablar, zorra, así que no lo disfrutes mucho — Luzu se estremeció al sentir las caricias de las frías manos del menor acariciar su torso con delicadeza


—No lo prometo —dijo bajando su mano hasta la cremallera del pantalón de su amante — Luzu ... ¿Quieres empezar con tu primera tarea como ciudadano reformado?— le susurró con libido al mayor mientras acariciaba la entrepierna del castaño por encima de la tela. Luzu soltó un gruñido, pero no se dejó dominar tan fácilmente, empujó a Auron para tomarle lo más rápido que pudo y subirle a la mesa. El joven de los ojos rubí se subió a horcajadas sobre el menor y se acercó a sus labios para depositar un beso con dulzura.


—¿Por dónde te gustaría que comenzará? — le sonrió Luzu con la misma malicia libidinosa. Auron le correspondió el gesto.


Ya tendrían tiempo para acabar con ese asunto de la traición y las lecciones, pero por una temporada podrían sólo entregarse mutuamente.

Luzuplay Month BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora