Día 2. Bromas

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Luzu siempre se comportaba como un ángel, era noble, era tierno y amable. Así que se sorprendió mucho cuando se vió a sí mismo ofrecer un racimo de ironberries a su adorado Auroncito.

—Auron ha anochecido ... tomate estás ironberries porque hacen que tu piel sea de hierro — dijo fingiendo preocupación mientras le entregaba dos racimos completos El moreno recibió las frutillas un poco extrañado al principio. Tenía escaso tiempo en Karmaland así que no conocía varios secretos ... tal vez frutilla que te convertía en hierro como protección era uno de eso, pero por otro lado, recordaba que justo hace unos segundos ambos se estaban disculpando por las putadas cometidas en el pasado. ¿Cómo saber si está no era otra de esas bromas ?

—¿No estará envenenado esto? — dijo observando las extrañas bayas, apetitosas no se veían ni de coña

Luzu se dio cuenta de que el ingenuo Auron estaba desapareciendo cada vez más, no pudo evitar reír un poco. Tomó el racimo de ironberries restante y se lo comió enfrente del menor para que este le creyera.

—Tómatelo rápido — se empezaba a escuchar  un zombie que se acercaba a ellos. Esta vez sí que había sido oportuno, así le generaba un poco más credibilidad. Luzu sacó su espada para defenderlos, mientras Auron se comía uno de los racimos de ironberries. Debía admitir que sabían mejor de lo que se veían pero tampoco era para flipar, no era igual a un zumito. Mientras veía a Luzu pelear valientemente con los monstruos, se quedó esperando a notar el efecto secundario de las bayas, cosa que no ocurrió, al menos no como esperaba.

—¿Y ahora ... ?— se paralizó por unos segundos, no sabía porque no podía moverse. Antes de que pudiera pedir ayuda, sintió un golpe de Luzu, que por alguna extraña razón provocó que una fuerza externa le impulsara del piso hacia arriba, como si se hubiera subido a uno de esos juegos que te catapultan hacia el cielo y luego te bajan sano y salvo, la única diferencia es que aquí no había juego, ni ninguna protección que le bajara sano y salvo.

—¡OSTIA!— gritó a todo pulmón cuando por fin el efecto paralizador de las ironberries había terminado. El impulso le había hecho subir hasta la mitad de su Torre principal y terminó cayendo sobre la entrada del búnker. Sano y salvo pero completamente confundido.

—Pero ... ¿Qué ha pasao? — Auron revisaba que estuviera completo, podía sentir su corazón latir a mil por hora debido al susto. Pero antes de que siguiera con su paranoia, comenzó a escuchar la voz de Luzu, que no podía pelear del todo bien debido a las carcajadas que estaba pegando. —¿Me has trolleao ? — Auron esbozó una pequeña sonrisa divertida. Luego se halló sentándose sobre la superficie mientras veía a su amigo pelear. Luzu por fin terminó de reír y de pelear. Se acercó a la entrada del búnker para poder hablar con Auron.

—Sí, pero ha sido un trolleito así sin importancia—

Ambos se echaron a reír

—Empezamos mal nuestra segunda oportunidad— dijo Auron aún arriba de su casa

—Que no, tranquilo, es una pequeña broma antes de la paz ... te daré algunas para que puedas usarlas como gustes — Luzu le extendió dos racimos más. El más chico los tomó y los observó con detenimiento.

—Las iroberries te paralizan por unos segundos y descubrimos que si alguien te golpea, el efecto te manda hasta la quinta ostia — explicó Luzu

—¿Dejarás que los use contigo?— preguntó Auron con inocencia

Luzu sonrió

—¿Quieres paralizarme? Auron, dejaré que me hagas lo que quieras por voluntad, lo prometo— le coqueteó

—¡LUZU ERES UN GUARRO!— gritó Auron mientras se bajaba de la plataforma, completamente sonrojado.

Unas pequeñas bromas nunca venían de más para limar asperezas ¿No es así?

Luzuplay Month BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora