Luzu llevaba días encerrado en su casa. El joven héroe tenía días sin comer bien, sin poder dormir adecuadamente y menos pensar en otra cosa que no fuera ... su querido Auroncito. No sabía qué tenía, pero sentía que cada día sus síntomas se hacían más fuertes, tenía noción de que había empezado desde el día que Auron se había mudado al otro lado de Karmaland. Lana le había descubierto hace una semana observando la ahora vacía casa de su ex vecino, con la expresión melancólica, la pobre chica sintió que Luzu se desmoronaría en cualquier momento, pero en lugar de eso, el chico se la pasaba ocupando su mente en cualquier trabajo mínimo dentro de la casa, como si quisiera evitar el tema, ni siquiera había salido para visitar a su amigo en su nuevo hogar. No se necesitaba ser un genio para saber lo que le estaba ocurriendo a Luzu, sin embargo el propio castaño era necio para aceptar que no estaba sufriendo ninguna enfermedad.Su compañera de casa le contó a Vegetta sobre lo que le estaba sucediendo, así que el mismo líder de los héroes en persona decidió hacerle una visita al castaño.
—¡Luzu!, ¿Cuánto sin verte?, te ves ...— Vegetta paseó su vista por la apariencia desaliñada de su amigo, sin duda estaba mal, con semejantes ojeras y la ropa percudida como muestra del interminable trabajo que estaba haciendo para distraerse — Pero chico ¿Has mirado las pintas que llevas? — terminó su frase un poco alterado.
Luzu sólo le sonrió con cansancio mientras le invitaba a pasar a su casa. Los dos fueron con paso tranquilo a la azotea para poder hablar, como Vegetta tanto le había pedido—¿Qué querías decirme Vegetitta? — le preguntó por fin, después de sentir que el silencio incómodo reinaba en el ambiente. Era quizá normal, su amigo que era tan amante de la perfección parecía estar analizando todo lo que se encontraba mal.
—Tío, un pajarito tuyo me ha contado que no has estado muy bien estos días—
—Lanita se preocupa demasiado — dijo Luzu con naturalidad, ¿Quién más iba a buscar ayuda por él si no era la dulce Lana?
—Sé que eres tontito, porque si no te has dado cuenta la chica tiene mucho por lo que preocuparse —
—¿Qué dices? Todo está perfectamente aquí— intentó sonreír pero le salió una mueca. A su amigo de morado le dio un tic en el ojo, de verdad no creía que pudiera ser tan tonto.
— Excepto que me he enfermado un poco, quizá sea por el calor —
—Si te sientes tan mal, podría recomendarte que saques una cita en el hospital de Karmaland, abrieron recientemente y hay un doctor muy bueno — Vegetta soltó una risita. Era un plan con maña, pues de otra forma, su amigo oscuro seguiría evitando las cosas
—¿El hospital de Karmaland? No lo sé Vegetta, no creo que esto sea como para ir allí —
—Tú has lo que te digo chiqui, mejor veo yo por ti porque no creo que lo hagas tú, ahora ve, que quedé con Willy de ayudarle a reconstruir su invernadero —Con esas palabras se levantó del asiento y se despidió de Luzu antes de salir de su fortaleza. El castaño se quedó pensativo un par de horas, no había intentado ir a una consulta médica porque el único doctor que conocía era Auron y no le quería ver en ese momento, no mientras no dejará de sentir una opresión en el corazón cada vez que le pensaba. Pero sí había un hospital, seguro que había más médicos en el pueblo, así que finalmente decidió que iría.
Vaya sorpresa se llevó cuando le hicieron pasar al consultorio y en la silla del médico se encontraba el causante de sus desvelos agitando la mano en forma de saludo.
—Pero bueno Luzu, no te había visto en semanas tío, de haber sabido que era porque estabas malo iba yo personalmente a aplicarte una inyección — dijo con un poco de coqueteo entre palabras.
Pero el castaño no le tomó importancia a lo que le decía, estaba perdido en observar su apariencia. ¿Cómo era posible que se le viera tan sensual la bata de doctor? Y ¿Por qué nunca le había visto con esos bonitos lentes que enmarcaban con sofisticación su mirada oscura? Se veía tan hermoso a sus ojos, que le daban ganas de ...
—Joder, ¿Vas a seguir comiéndome con la mirada o pasamos a la revisión de una vez? -- le reprochó Auron levantándose de su silla
—¿Eh? Oh, perdón Auron es que jamás te había visto con tu uniforme de doctor — el castaño por fin salió de su burbuja
—No veas lo que tuve que hacer para que los Dioses me lo dieran — el médico rodó los ojos al recordar su travesía por la mente de ese pobre chico.
Ambos rieron por el comentario.
Auron comenzó a revisar los signos vitales de Luzu. Primeros la temperatura, luego la presión arterial y por último sacó su estetoscopio para acercarlo al pecho de Luzu y poder revisar su ritmo cardíaco. El castaño se sobresaltó al notar la cercanía en la que se encontraban los dos, intentó apartar la mirada para recorrer el consultorio al menos con la vista, detuvo sus ojos sobre dos objetos que le parecieron muy curiosos de tener en un lugar como este.
—Tu pulso está algo acelerado ¿Te sientes bien? — dijo el moreno alzando la vista para poder ver a su amigo.
Luzu volteó a verle directamente por primera vez y asintió.
—¿Me cuentas tus malestares?— le pidió Auron quitando el instrumento del pecho del castaño
—Bueno yo ... no he podido comer ni dormir bien desde hace tiempo, siento una opresión en mi corazón demasiado dolorosa todo el tiempo, mi estomago se remueve como si un montón de mariposas estuvieran en él, no he parado de hacer miles de actividades para poder entretener a mi mente porque sé que si me detengo yo terminare por quebrarme ... — dijo alterado, al notar la expresión sorprendida de Auron, se aclaró la garganta y volvió a fingir una sonrisa — Creo que tal vez es por el calor —
El moreno no pudo evitar carcajearse al escuchar esa especulación
—Creo que te equivocaste de doctor, lo que necesitas es un psicólogo pero estás de suerte porque también lo soy — Auron rió suavemente —¿Desde cuándo has empezado a sentir estas cosas? —
—Desde el día que te mudaste ...— unas pequeñas lágrimas comenzaron a salir de los ojos rubí del castaño.
Auron sólo sonrió
— ¿Me extrañas tanto, mi niño?— el moreno tomó el rostro del mayor entre sus manos mientras le limpiaba las lágrimas con delicadeza
—Cada maldito día, zorra— lloriqueó Luzu
En ese momento el menor tomó la iniciativa para acercarse y poder juntar sus labios con los de su amado. El beso comenzó siendo tierno, un poco torpe pero sincero, sin embargo pronto comenzó a volverse un poco más apasionado, como si los dos se hubieran conectado en un deseo que por fin se convertía en realidad. Continuaron con el contacto hasta que se quedaron sin aire.
—Doctor, ¿Puede darme más de ese medicamento?—
—Puede que tenga algo que te cure más rápido que eso —
En ese momento se fueron al carajo todos los pacientes que estaban esperando su turno. Dejó que el mayor le tomará en brazos y le subiera sobre la camilla de revisión. La consulta de Luzu tomaría un poco más de tiempo para terminarse.
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Luzuplay Month Bitch
Fiksi Penggemar30 one shots Luzuplay Cada día de Abril por el LuzplayMonth