Día 15. Viaje en el tiempo

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Viajar en el tiempo no era como te lo contaban las películas de ciencia ficción. En la narrativa de las pantallas parecía que viajeros del tiempo y llegaban a su destino frescos como lechugas.

Y no, no era nada como eso. Los viajes en el tiempo era terribles, te dejaban aturdido y sin ganas de vivir, según los propios pensamientos de Luzu. Ahora mismo se encontraba cegado, sin noción del espacio o .. el tiempo, aunque vagamente podía recordar que los científicos habían programado el viaje para llegar a Karmaland de poco tiempo atrás y esperaba que después de haberse quedado atrapados en la era de los dinosaurios, al fin pudiera estar en casa ... ¿Por qué deseaba tanto llegar a casa?


Antes de estar en esta condición lo tenía claro pero ahora mismo con la sensación de aturdimiento no podía pensar con claridad.


Piensa Luzu, ¿Por qué querías con tanta fuerza llegar a casa? La prehistoria no estaba mal, no había política, no había impuestos, la comida abundaba, pudo haber pedido quedarse en el pasado sin problemas.


Tal vez extrañaba casa, a su pequeño Manolo y a su amiga Lana, sí, pero había otra razón ...
Comenzó a sentir su cuerpo. Incluso pudo parpadear un poco aunque sus ojos seguían sin distinguir algo concreto, sólo largas manchas negras moviéndose frente a él. No podía saber sí le llamaban porque sus oídos aún no estaban acostumbrados a los sonidos del espacio actual. Sus sentidos aún se estaban acoplando, lo supo cuando comenzó a mover su mano y sintió que estaba entrelazada, no sabía si lo que estaba tocando era un material de la nave o la piel de alguien más, pero algo le decía que no debía soltar eso que le sostenía del mismo modo.


—u ... zu .. Lu .. u — empezó a reincorporarse


—¡Luzu!—


Sintió que sus sentidos regresaron todos de golpe. El castaño se sobresalto al percibir tantos estímulos. Seguro que así era como se sentía un bebé recién nacido, primero no percibes mucho y de golpe recibes información por todos lados. Pero que horrible debía ser eso, fue lo que pensó mientras intentaba adaptarse a la realidad.
Después de unos segundos de adaptación, por fin se encontraba en sus facultades físicas y mentales.  Se percató que Vegetta era quién le había hecho reaccionar.


—¿Estás bien, chaval? —


—Sí, sí Vegetitta, creo que sólo fue un exceso de efectos secundarios — dijo el mayor sin levantarse de la silla aún


—Ya lo sé, tal parece que hubo una pequeña fuga de oxígeno en la nave, pero los científicos dicen que estaremos bien — le sonrió el chico de morado a su viejo amigo. El castaño le devolvió la sonrisa.


—Lu .. zu — escuchó que su nombre volvía a ser mencionado, pero esta vez de su lado derecho.


El joven héroe volteó su mirada hacia quién le llamó y ahí se encontró con su Auron

Su niño Auroncito. Le estaba sosteniendo con fuerza mientras seguía inconsciente, al parecer estaba en un estado más pesado que el que él tenía antes. Intentó voltear para ayudarle y fue ahí donde se dio cuenta que su mano estaba entrelazada con la de su querido amor. Eso era a lo que quería aferrarse incluso estando inconsciente, esta era su razón para volver al presente. Auron y Luzu se habían tomado tiempo de la prehistoria para hablar y mejorar su relación un tanto resquebrajada por las heridas del pasado. Finalmente habían decidido que querían estar juntos. Le había prometido pedirle matrimonio apropiadamente una vez regresarán a Karmaland y que tendrían la boda más jodidamente bella de la que ninguno de los otros héroes podría haber tenido, pero eso no sucedería hasta que no regresarán a casa.


Sin soltar la mano del moreno, Luzu se acercó a sus labios y depositó un suave beso en ellos, luego quitó los cabellos rebeldes de su frente y suspiró antes de empezar a moverle para despertarlo.


—Auron ... Auron ... despierta honey ... — le susurraba para llamar su atención


El joven de cabello negro comenzó a reaccionar después de unos minutos de llamadas tiernas y pequeños besitos traviesos. A él también le costó acostumbrarse a los estímulos de sus sentidos una vez que recobró la razón.


—¿Luzu? —


—Sí darling, soy yo —


El moreno por fin abrió los ojos como era debido y antes de decir cualquier otra cosa observó con atención la forma tan dulce en la que el castaño continuaba agarrando su mano.


—No me soltaste ... en ningún momento me soltaste — murmuró con sorpresa


—No pensé en hacerlo nunca — el mayor besó la mano de Auron con delicadeza y luego la acarició


—Joder tio no seas tan joto — el menor estaba rojo de la vergüenza


—Venga ya sopa de veneno, vámonos de aquí — rió el castaño levantándose sin soltar la mano ajena, el moreno le siguió fuera de la nave y fue justo el momento donde se enteraron de que habían llegado en el momento exacto donde era oportuno destruir los meteoritos.


—Escuchen héroes de Karmaland, tienen que encontrar a sus yo's del presente y deberán tocarlos para tomar su lugar en este espacio tiempo así no permanecerán dos de ustedes en está realidad y evitarán una fractura temporal — explicó el Dr. Doofenshmirtz


Todos comenzaron a correr hasta dónde se encontraban sus antiguos yo


—¿De verdad tenemos que hacer eso? Tener dos Luzus en casa no me molestaría nada — se burló el menor


—Sólo si podemos dejarnos también al otro Auroncito —

Luzuplay Month BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora