Día 13. Chocobos

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El día pintaba de maravilla. El sol se había levantado en punta de las 7 de la mañana y desde entonces el clima había sido perfecto para cualquier actividad al aire libre. Los malditos pájaros cantaban sus melodías mañaneras en la ventana de Auron, todos los días era su costumbre arrojarles un zapato o lo primero que tuviera a su alcance para mandarlos a callar, sin embargo este día no lo hizo, no podría, después de todo hoy esas canciones le sonaban un poco a la ocasión del día.

Después de arreglarse, ligeramente más preocupado de su apariencia (cualquier otro día, habría agarrado cualquier cosa limpia del armario y se marcharía como si nada), hoy debía verse un poco más presentable, aunque tampoco quería dar la impresión de que había estado esperando esta fecha por mucho que fuera cierto, eso sólo le haría quedar como una colegiala enamorada y de eso ni hablar.

Tarareó la canción icónica del súper héroe misterioso Moco diurno mientras se sentaba frente al desayuno que estaba en la mesa y comenzaba a comerlo sin prestar mucha atención alrededor. En su mente sólo había espacio para las imágenes mentales que se había hecho del posible resultado del evento que tendía lugar hoy, sin embargo dos miradas penetrantes le obligaron a salir de su mundo interno. Se dio cuenta que Mónica y Adan le estaban observando cómo si tuviera monos en la cara.El moreno les hizo una mueca molesta, sólo intentó ignorarlo, posando la atención en su desayuno.

Sus dos compañeros de casa intercambiaron miradas curiosas. El comportamiento de Auron no era normal, todas las mañanas solía bajar con pereza y ni siquiera se sentaba a comer con ellos, sólo tomaba el plato y picaba un par de cosas antes de caminar al refrigerador para tomar una Creeper Cola. De vez en cuando venía una aldeana del pueblo a ofrecerles folletos de eventos de la capilla y Auron se encargaba de explicarle de una forma muy 'civilizada' que no estaban interesados en asistir, pero hoy, seguramente si encontraba a una de esas aldeanas religiosas, el moreno sería capaz de apuntarse cantar los salmos en las misas como un auténtico santo. Mónica miró el calendario de la cocina, era final de mes, eso explicaba todo.


—Oh, así que es hoy  ... con razón te has cortado ese pelo estropajo que llevabas — comentó con burla


Auron volteó los ojos con vergüenza.


—No sé de que me hablas — dijo con indiferencia mientras se levantaba para llevar el plato al fregadero.


—¿Qué no era hoy el día que irían a la misión tu y  ..  — preguntó Adan con inocencia


—¡Joder Adan, pero que pesao eres! — le gritaron los dos pelinegros al mismo tiempo En ese momento el sonido del timbre les hizo callar. Todos sabían lo que significaba eso, había llegado lo que Auron estaba esperando. El moreno no tardó ni medio segundo en tomar rápidamente su espada y un par de provisiones para la misión. Caminó a la puerta, sin antes arreglar un poco su cabello, después de todo esa víbora tenía razón, ayer su pelo estaba hecho un desastre y apenas había tenido tiempo de cortárselo


—Evidentemente hoy no llegarás a casa, pero procura dejar dormir a Luzu, gorrino -- se volvió a burlar Mónica


—Que solo será una misión, no va a pasar nada — Él sólo rió un poco, sabía que ella tenía razón nuevamente, no planeaba regresar a casa esa noche y no precisamente por continuar en la misión.


Por fin abrió la puerta de su casa y se encontró con su adorado niño, Luzu. El mayor venía con su típica sudadera negra de siempre pero hoy lucía diferente, como si también se hubiera arreglado un poco más de lo habitual.


—Buenos días Auroncito— saludó el castaño


—Hombre Luzu, pero ¿Qué pasa? ¿Nos vamos ya? — dijo el menor cerrando la puerta tras de él y comenzando a caminar hacía el jardín


—Tendremos que llegar muy rápido así que he traído a Chocapic — dijo Luzu tomando la mano de pareja para encaminarle hasta el lugar donde había dejado esperando a su querido Chocobo.


Auron se sorprendió, cada día encontraba más majestuosa la ave dorada. ¿Qué demonios le daba de comer Luzu a ese animal? Estaba enorme.


—¿Te ayudo?— preguntó el mayor. Auron no había notado el momento en que su compañero se había montado y ahora le extendía la mano para ayudarle a subir. Normalmente viajaban en chocobos distintos pero Auron había perdido el suyo en una misión, no le molestaba nada ir en la espalda de su pareja, de verdad que nada. Aceptó su mano para montarse en el ave. Una vez arriba, rodeó la cintura de Luzu con ambos brazos y apretó un poco las piernas para acostumbrarse a la altura que estaba ganando el ave al subir en el cielo. No tuvo ni tiempo suficiente para decirle algo más a su amigo cuando el chocobo ya se había elevado en el cielo, mostrando las enormes alas con las que contaba y el hermoso plumaje de oro brillante que adornaba las mismas.  El mayor comenzó a reír al sentir el aire chocar con su rostro y un poco de la humedad de las nubes, esa risa contagió al moreno. Ambos se encontraban volando en el cielo, sintiendo la libertad en todos los sentidos posibles, incluso aquella que hacia palpitar sus corazones no sólo por la adrenalina, sino también por la emoción de estar finalmente juntos disfrutando de este momento.

—Te has cortado el pelo ... te queda muy bien — le coqueteó Luzu. El menor se dio cuenta de que su novio llevaba tiempo volteando hacia atrás para verle, se sonrojó de golpe, amaba que Luzu le dijera esas cosas pero no quería lidiar con la vergüenza.
—Mantén la mirada al frente, cerdo que por muy bonito que sea tu chocobo, no se conduce solo —
El mayor soltó una risita tierna mientras regresaba la mirada al camino
—Pensaba que podríamos ir a mi casa después de la misión ... digo, ya sabes para ver al resto de los chocobos pollitos que criamos —
—¿Sólo para eso?— le preguntó el moreno en tono travieso
—También te he preparado una sorpresa pero tendrás que esperar hasta mañana, claro, si es que quieres quedarte a dormir —

El menor sólo sonrió, era justo lo que quería escuchar. Casi por inercia se recostó sobre la espalda de su compañero de viaje para disfrutar de su calor y del ritmo de la respiración ajena. Iba a ser un camino relativamente largo pero no importaba, tenían un chocobo fuerte que podía tolerar el viaje y además estaba encantado de tener está cercanía con su amante, después de todo sólo quería estar con su Luzu, con su verdadero amor.

Luzuplay Month BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora