—¿Acabaste todo con él? —comenzó a interrogarme Brynn tan pronto se apareció a mi lado.
Informarle a mi mejor amiga que había seguido sus consejos y que me había acostado dos veces con la misma persona, que además se trataba ni más ni menos que de Kai, no era algo que podía hacerlo a través de una llamada o mensaje de texto.
Asimismo, no habíamos coincidido en toda la mañana y su última clase se había demorado más de lo debido, por lo cual me había tocado venir a trabajar antes que ella.
—¿Has destruido su autoestima? —reí por lo bajo.
Supongo que un poco, pero no por las razones que ella creía.
—¿Te ha enviado al demonio por haberle hecho perder su tiempo? —insistió ella.
—Nada de lo que dices ha sucedido —hablé, volteándome hacia ella, y me observó con su ceño fruncido —. He decidido... intentarlo.
Su expresión de confusión se transformó en una de sorpresa y se acercó a mí con sigilo.
—Quiero oír más sobre eso —susurró.
—Creía que él no era más que un idiota —la observé con una tonta sonrisa en mi rostro —, pero es una persona genuinamente maravillosa.
—¿En la cama? —arrastró sus palabras, lo cual provocó que riera.
Sí, eso también.
—Él no es para nada similar a lo que creíamos —ella entrecerró sus ojos.
No sabía si se encontraba intentando descubrir algo o si estaba teniendo problemas visuales.
—Piper —el tono firme de Brynn me acojonó lo suficiente como para provocar que mi boca se secara —, suenas enamorada —emitió y alzó sus manos al aire en forma defensiva —y créeme que no te juzgo en lo absoluto.
No sabía qué era lo que sentía, pero sabía que era algo nuevo para mí.
—Nadie podría evitar caer por alguien como él —añadió y se regresó a tomar los pedidos.
Eso estaba claro. Lo que me había negado a sentir comenzaba a surgir como por arte de magia con el pasar de las horas.
¿Cómo se suponía que continuara todo entre nosotros? Luego de nuestro "sushi de postre" el sábado por la noche, él se había marchado de mi departamento y no habíamos vuelto a hablar desde entonces.
¿Acaso estaría bien si lo saludaba con una sonrisa o él se atrevería a besarme? No, no. Eso incluso sería demasiado para él.
—Hola, Pipes —su voz me exaltó y casi arrojo los granos de café por los aires.
Como siempre, todos ellos venían juntos pero la morena faltaba hoy. Bash me daba una sonrisa y yo evitaba tener que conectar miradas con Kai.
¿Por qué demonios me comportaba de esta forma, como una niña inmadura?
Brynn me entregó sus pedidos y comencé a prepararlos.
—¿Has disfrutado del fin de semana, Queen? —preguntó Atlas.
¿Kai les habría contado sobre nuestra noche juntos? Ahora que sabían que ya nos habíamos acostado, puede que ya no hubiera ningún tipo de secretos entre ellos.
Aclaré mi garganta y asentí sin más.
—Ha sido estupendo —fingí una sonrisa y clavé mi mirada en Kai.
Él no se veía incómodo o nervioso ante aquella situación, todo lo contrario a mí.
Les di la espalda para llenar sus cafés de crema y, cuando estaba a punto de regresarme a ellos para entregárselos, mi cuerpo entero se paralizó.
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Hasta la Última Pieza ✔️©
Novela Juvenil¿Quién hubiese dicho que rechazar su beso bajo el muérdago le traería tantos problemas? Socializar estaba muy lejos de sus planes; este le daba dolor de cabeza. Sin embargo, obligada por su hermana a asistir a un evento, su más grande dolor de cabe...