capitulo 11

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Capitulo 11

Se volvió para ayudarla a ordenar la habitación pero antes de poder comenzar, su atención se desvió por algo. Fijó la mirada en el suelo, donde estaba el montón de ropa interior que ___ había dejado en el suelo al vaciar el cajón. Aquellas prendas de nylon y encaje eran la ropa interior más sensual que había visto en su vida. Eran sencillas y bonitas, como pedazos de niebla y rocío al calor del sol en tonos de malva y lavanda. Nunca hubiera imaginado que aquella mujer usaría ropa interior tan romántica.

-Muy revelador -murmuró.
-¿Revelador? -___ se volvió para ver de qué estaba hablando y rió con desdén mientras recogía la ropa-. No son reveladoras, simplemente tienen encaje.
-Quería decir que revelan mucho acerca de ti.
-¿La que realmente soy? De verdad, no te compliques la vida. Soy exactamente lo que parezco. '
-No lo sé -James la miraba pensativo-. No lo creo. Pienso que debajo de tu aspecto tranquilo, con la ropa que te pongas para ir al trabajo, hay mucha pasión reprimida.
-¿Cómo sabes qué me pongo para ir al trabajo?
-Te he visto.
-Psicoanálisis a distancia -replicó-. Deberías trabajar como reportero.

___ bajó la intensidad de la luz y salieron de puntillas de la habitación. Pero los gritos comenzaron en cuanto cerraron la puerta. Los dos se quedaron quietos, sin atreverse a respirar. ___ lo miró preocupada.

-¿Debemos dejar que lloren un rato o entramos para tranquilizarlas?
-¿Me lo preguntas a mí?

Permanecieron junto a la puerta muy atentos. Los llantos aumentaban de intensidad y se miraron intrigados.

-No lo soporto, tengo que entrar -dijo ___ finalmente.

James suspiró, pero la siguió. Las dos diablitas se contorsionaban. Era evidente que no les había gustado que las dejaran solas en la oscuridad y que no tenían ganas de dormir.

-Ahora que tienen cunitas no quieren dormir -dijo James moviendo la cabeza.
-No podemos dejarlas aquí -___ levantó a Danni.

James frunció el ceño. No estaba seguro de que estuvieran haciendo lo correcto. Además, estaba agotado. De hecho, añoraba su propia cama.

-¿Qué haremos? -preguntó.
-Caminar con ellas en brazos, supongo -respondió ___-. ¿Qué otra cosa podemos hacer?

James levantó a Donna y también comenzó a pasearse de un lado a otro. Las niñas se calmaron, pero tenían los ojos abiertos de par en par.

-Dime una cosa, ¿Cuándo duermen los padres? -preguntó James pasados unos quince minutos agonizantes.
-Tengo entendido que no duermen.
-Tienen que dormir en algún momento -repuso con fingido enfado-. ¿Cómo ha podido ocurrir esto? -preguntó James al cabo de un rato.
-¿El qué? -murmuró ___ mirándolo.
-¿Cómo ha podido una madre abandonar a dos criaturas en el pasillo de un edificio?
-Seguro que estaba desesperada.
-¿No crees que debería haber venido para ver si estaban bien?
-Si ha vuelto, se ha equivocado de apartamento -contestó ___.
-Puedes poner una nota que diga: «Para recabar información sobre las gemelas, pregunte al otro lado del pasillo».
-Muy bien -lo anotó, cogió un rollo de cinta adhesiva y salió para colocar el letrero-. Hecho. Ya me siento mejor.

¿Tendría algún sentido? Janine comenzaba a parecerle cada vez menos real y las niñas más reales. Observó a James que seguía paseándose con la criatura en brazos, y lo compadeció.

-¿Por qué no tratas de mecer a la tuya en esa silla rosa de la sala? -sugirió-. Se mece un poco.

James lo intentó, pero Donna no quería que la mecieran. Quería jugar y se contorsionó en brazos de James hasta que la dejó otra vez en la cama y la hizo retozar mientras le cantaba una sencilla tonada.

-Escucha -dijo James después de llamar a ___-. Mira, está intentando cantar -emitió unos sonidos que la niña trató de imitar riendo. 

James miró a ___ encantado-. ¿No es maravillosa?
-Las dos lo son -___ asintió enternecida-. Pobrecitas -añadió acariciando a Danni que ronroneaba en sus brazos. Era terrible que las hubieran abandonado...

Tarareó quedo y fue con la niña en brazos a la cocina para ordenar un poco y poner a hervir agua para el té. Mientras tanto, Danni se acurrucó en sus brazos con el ceño fruncido, lo observaba todo. ___ tuvo que aceptar que la situación le gustaba. Era bonito proteger de esa forma a una pequeña.

-Eres muy dulce -murmuró y le dio un beso en la cabecita.

Volvió a la sala y vio que James estaba en la mecedora con Donna en su regazo. Los dos estaban dormidos. ___ se detuvo para observar atentamente su rostro. Se fijó en todos los detalles: los pómulos pronunciados, los músculos del cuello y se estremeció.

James era muy atractivo. ¿Cómo era posible no reaccionar a su encanto? Lo observó un momento más. A pesar de que estaba dormido, abrazaba a la criatura con ternura. Bajó la mirada hacia Danni y vio que ésta también se había dormido.

Colocó a Danni en la cama y volvió a buscar a Donna, pero antes tuvo que despertar a James.

-James. James.
-¿Dime? -parpadeó.
-Donna está dormida. Dámela y vete a la cama.
-Está bien -se frotó los ojos.

¡Qué alivio! Las dos niñas finalmente dormían. ___ se inclinó para tomar a Donna y le sonrió a James.

-Vete a la cama -le dijo mirándolo con más cariño del que hubiera demostrado si Louis estuviera bien despierto-. Vete a tu apartamento. Yo me encargaré de todo.

Levantó a Donna y la llevó a la improvisada camita.

-Tranquilas -murmuró-. Haced el favor de dormir unas horas. Es lo único que os pido.

___ se puso de pie y se dirigió a su habitación donde descubrió que James había seguido su consejo. Cuando le había dicho que se fuera a la cama, no hablaba de la de ella. Pero él estaba ahí profundamente dormido, tumbado en su cama de matrimonio.

-No quería decir eso -murmuró y se acercó, pero se detuvo antes de despertarle. Estaba agotado.

Le quitó los zapatos a James y lo tapó con una manta. Recogió algunas cosas y se volvió para verlo de nuevo. Definitivamente era muy guapo.
Y ella estaba muy cansada. ¿Debería ir a dormirse en el sofá?

un regalo en mi puerta(james) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora