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  Ya había pasado una semana desde que Todoroki se quedó en su casa, y ya era hora de que él vuelva a su hogar.
  Con una mochila apuntó de explotar en su espalda, y una bolsa llena de recursos higiénicos colgando de su mano, Todoroki se despidió de Mei con un cálido beso en su mejilla, lo que causó que se ponga roja, un poco después de que Todoroki empiece a alejarse. Y, dispuesta a descansar, entró al interior de la casa y fue directamente a desplomarse en su cama, ya que era temprano. Se sentía algo vacía y sola al estar sin Todoroki. El en esos días la acompañaba a cada parte y lograba conseguir más de su confianza. Al igual que él, ya se habían convertido en amigos confiados, lo que los empezó a mantener juntos.
   Luego de unas horas, Mei se despertó, se higienizo rápidamente y se puso el uniforme de la Academia, para luego desayunar hasta quedar saciada e irse.
  Al estar parada frente al edificio enorme al que iba entrar en pocos segundos, se quedó parada volteando a cada dirección para ver a Todoroki y entrar a la U.A con él. Pero como no lo vio, entró sola y fue hasta su aula algo mareada. Estaba cansada y había dormido muy poco debido a que Todoroki se marchaba de regresó a su casa, y aunque cuando el se iba estuvo unos pocos segundos despierta, tendría que cargar todo el día con sus ganas de dormir, era tan intenso que se le cerraban los ojos automáticamente y nada a su alrededor le llamaba la atención, lo único que deseaba en ese momento era descansar.
  Cuando de pronto, casi dormida, abrió los ojos y clavo su vista en Todoroki entrando al aula, con la cabeza baja. Ella volvio a mirar la mesa, unos segundos asi hasta que oyó a su compañero de banco decir su nombre.
     — ¿Mei, estás bien? —Preguntó la peli negra —.
     — Si, tengo sueño. Eso es todo — Respondió, con una sonrisa forzada —.
  Era Momo, se sentaba con ella y a Mei le agradaba. Era muy amable aunque era la más adinerada de sus compañeros. Era charlatana y cada tanto la invitaba a su casa, pero Mei se negaba diciendo que estaría ocupada todo el día. Ella seguía preocupada, Mei con su cara de muerta y nisiquiera se había peinado. Tenía los pelos desparramados y la voz ronca. Yaoyorozu se toco el labio inferior y volvió a preguntar:
     —¿Segura que estás bien?
     —Si Momo, estoy bien, no dormí nada — Respondio Mei reclinandose en el respaldar de la silla —.
Al rato, el profesor Aizawa llego y comenzó la clase. Mei preguntó casi toda la clase si podía ir al baño, para mojar su rostro. Pero Aizawa no la dejó ni en una, hasta que llego el recreó. Ella fue la primera en salir; no agarro nada para beber ni para comer, sólo se concentró en mojar su rostro.
  Después de ir al baño se froto fuertemente los ojos, y para cuando salio el recreo ya habia terminado. Volvio a su aula sin tener que hacer esfuerzo para abrir los ojos, ya no tenía tanto sueño.
  Momo se sentó, manteniendo abierta la mano, la cual se la acerco a Mei, ofreciendole un chocolate en forma de corazón.
     — Momo, no hace falta...Puedes quedartela... —Dijo ella con una sonrisa avergonzada—.
     — Vi que no comiste nada en el recreo, sólo comelo antes de que Aizawa llegué —Dijo algo apurada—.
Mei agarro el pequeño chocolate, y empezó a sacarle el papel mientras yaoyorozu, amablemente, juntaba sus índices avergonzada.
Mei iba a levantarse para dejar el papel en el tacho de basura, separó algo el cuerpo de la silla cuando vio la sombra de Aizawa desde la ventana entrando al aula. El profesor les había impedido comer durante la clase, y ella estaba comiendo en el aula, apuntó de comenzar una clase. Entonces se sentó devuelta, masticando el chocolate ligeramente para fingir que nada estaba en su boca. 
Termino la clase y era hora de regresar a su acogedora casa.
Mei estaba en camino a su casa, cuando vio que Todoroki la acompañaba detrás de ella sin haber dicho nada antes de hacerlo. El estaba mirando el suelo tranquilamente, pero ella noto que ya habían pasado la casa de Shoto. Mei dejo de caminar, retrocedió de frente hacia Todoroki y le llamo la atención tocandole el hombro.
     — Todoroki-kun. Nos hemos pasado de tu casa, ¿Por qué me sigues? —Preguntó en voz baja, con la mano en la nuca—, Recién hoy te has ido de mi casa, amenos que quieras quedarte devuelta, no me molestaría.
     — No, no es eso. Es que...Queria invitarte al cine el sábado. Hay una nueva película que salió y conseguí dos boletos.
Mei lo miro indignada, con el rostro completamente ruborizado, incluso en su frente. Se quedó parada en silencio mirándolo, hasta que reaccionó e inclinó la cabeza varias veces.
      — Si Si Si, podriamos ir. Está bien. Y...¿Qué película es? —Preguntó acelerada, con la voz agitada y los labios estirados de oreja a oreja formando una sonrisa—.
     —¿Te acuerdas de la película que me dijiste que te gustaba?, salió la segunda parte ayer. Me habías dicho que no se sabía si iba a salir la segunda, y pensaba en mantenerlo en secreto hasta que vayamos al cine, pero...bueno —Contestó cortante, mientras que a la pelinegra le temblaban hasta las manos de vergüenza—.
Ella estaba haciendo el ridículo, pero a Todoroki no parecía importarle, o nisiquiera lo notaba.
     — Gracias Todoroki, nos veremos el sábado —Dijo ella, antes de rodear a Todoroki con sus brazos, escondiendo su cara en el pecho de él—.
Todoroki respondio, devolviendo el abrazó pero con una sonrisa. Mei se separó de él lentamente, para luego empezar a alejarse agitando su mano hacia los costados. Todoroki la imitaba sin expresión, para luego darse la vuelta y regresar a su casa.
Mei, al llegar a su casa, luego de cerrar la puerta seguramente, fue a su habitación corriendo para luego dejarse caer sobre ella, nuevamente con un sueño incontrolable.

Nota:

Hola chicos, quería avisarles que estos días me estoy animando más en escribir la historia, cada vez más ganas y además de eso, estoy mejorando algo mi ortografía, incluyendo las palabras.
Espero que la esten pasando bien, y les deseo suerte con lo que tengan pendiente.
Abrazos.

𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 [𝐓𝐨𝐝𝐨𝐫𝐨𝐤𝐢 x 𝐓𝐮]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora