𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 [𝐓𝐨𝐝𝐨𝐫𝐨𝐤𝐢 x 𝐓𝐮]

20

  Los días pasaron rápido y llegó la hora de regresar a la U.A.
  Mei, en un día lluvioso y frío, permaneció en su casa con las ventanas abiertas. Por eso mismo se resfrío tres días, no fue a la U.A el lunes, pero llego el martes.
  Se levantó desanimada porque cargaba un sueño insoportable. Se higienizo y luego comió un té junto a unas galletas con chispas de chocolate.
  Partió de su casa dirigiéndose a la U.A. En el caminó vio a su compañero, Bakugo Katsuki, peleándose con una vendedora que al parecer queria que el pague $150 por un turrón. Parecía que Bakugo no tenía dinero, pero ella lo ignoró y continuó con su camino. Al llegar al edificio, caminó hasta llegar a su aula, encontrándose personas de otros cursos.
     — ¡Mei-sama! — Grito Mina, que se interpuso en su camino antes de poner un pie en su salón.
     — ¡Deku y Uraraka vinieron desnudos!
  Mei soltó una carcajada incontrolable, contagiandole la risa a Mina.
    — ¡Oigan! — Exclamó Uraraka avergonzada.
  Mei se saco su polera y se la entregó a Uraraka, que al parecer sintió un poco de pena.
    — Mei-san...No hace falta...
    — Tomala porque voy a ponertelo yo.
  Uraraka se puso nerviosa y enseguida la agarró, para luego colocarse el buzo.
     — Deku-kun. Puedo prestarte mi saco.
     — ¿Cuantas cosas tienes?
     — El saco, para tus piernas nada, ¿Lo quieres o no?
  Midoriya iba a hablar, pero nuevamente alguien interrumpio.
     — No le des nada, el ya tiene sus cosas — Mei se volteó y vio a Todoroki que se acercaba a ellos con las manos escondidas en sus bolsillos—, Izuku. Te recuerdo que tienes un casillero lleno de ropa, ¿Para que quieres que Mei te preste su ropa?
  Deku se asustó y se fue corriendo de allí, y al instante volvió con el uniforme completo.
     — ¿Y tu, Uraraka?
     — No tengo dinero para comprar ropa de repuesto — Comentó apenada.
     — Sientense todos, Uraraka, puedes ponerte el uniforme de Gimnasia.
  Cuando Aizawa sensei llego todo se resolvió y la clase comenzo lo más normal.
  En el receso, Shoto y Mei almorzaron juntos, sin nadie más. No hasta que terminaron de comer se dirigieron una mirada y Mei le sonrió mientras masticaba lo último de su almuerzo.
     — ¿Cómo te resfriaste? — Preguntó Todoroki.
     — Tomé frío porque deje las ventanas de mi habitación abiertas.
     — Deberías cuidarte más, ¿Porque estás tan desabrigada ahora?
     — Eh...Todoroki-kun...
     — Vámonos adentro.
  Shoto la tomo de la mano mientras le hablaba;
     — Tu cumpleaños se está acercando y debes estar bien para ello. Te llevaré a muchos lugares y es una sorpresa.
     — Pero acabas de decirmelo...
  Shoto se soltó de su mano y tapó su rostro con sus manos, pero Mei pudo ver, que sus mejillas estaban algo ruborizadas.
     — Además falta mucho mi cumpleaños. ¿Quién te dijo eso?
  Todoroki la miró bajando sus manos a sus rodillas.
     — Momo.
     — ¿Te hablaste con Momo?
     — Si. Esta semana saldremos a cenar juntos, ¿Algún problema?
  Ella sintió que su interior se inundaba de celos, aunque asintió como si no le importará nada, estando dispuesta a marcharse, Todoroki la agarró de la mano.
     — ¿A donde vas?
     — Al baño, tengo las manos con tierra — Shoto fruncio el seño y pensó un segundo.
     — No anduvimos en la tierra, ¿Que harás en el baño?
  Mei se soltó bruscamente de su agarre, y antes de irse comentó:
     — ¿No sabes para que está hecho el baño?
  Shoto quedo boquiabierto en el interior del comedor, mientras Mei se iba algo enfurecida.
  Se dirigió a un baño y se sentó en el suelo, contrajo sus piernas y las abrazó, mientras intentaba tener las repuestas de sus dudas:
  《¿Momo le habrá dicho algo?》《¿Todoroki piensa que soy mala persona?》.
  Espero unos minutos en el baño a que el receso finalizará, y cuando se oyó la campana, se levantó con pesadez del suelo y salio de los baños dirigiéndose a su aula. Pero quien menos esperaba, intervino en su camino, poniéndose delante de ella.
    — No me ha gustado lo que has hecho. Vámonos —Dijo Todoroki—, No me molesta que me hayas soltado así, fue en defensa propia, no te molestes.
  Mei quedó algo confundida ante su comentario, unos segundos, hasta que Shoto la agarró de la mano y ambos se encaminaron hasta su aula.
  Al estar frente a las puertas Todoroki finalmente la soltó, dejándola ingresar primero a ella. Antes de estar allí, ella se disculpó por su comportamiento.
     — Eh, Todoroki-Kun...Perdón, no quise tratarte así.
  El, como respuesta, se acercó a ella y dio unas palmadas suavemente en la cabeza de Mei.
     — No importa. Entra.
     — Gracias —Ella asintió y se interno en el lugar.
  Cuando ambos entraron, adentro ya estaban todos sentados, en silencio. Entonces hicieron lo mismo, y luego empezó la clase.
     — ¿Hay alguna duda de lo que he dicho?
  Los alumnos negaron.
     — Algo más. Para ti, Mei.
  Ella quitó la mirada de una libreta que tenía sobre el pupitre, para luego mirarlo a su profesor, que también la mirada con su característica mirada seria.
     — ¿Por qué no vas a los dormitorios de esta clase?, es un edificio hecho donde se reúnen todos ustedes y tu no asististe ni un solo día, tu habitación está vacía.
  Mei abrió lo ojos como platos; recién se había enterado de ello. Todas las miradas de sus compañeros estaban estacionadas en ella.
     — Esto...Yo no sabía eso.
     — Lo dije al principio de las clases. Te daré una informacion de este hotel, y hoy por la noche, deberás asistir si o si.
  Ella asintió y luego los demás se fueron de la Academia, sólo quedaron Aizawa, Mei y Todoroki parados en el aula. Mes estaba esperando a que su maestro le diera esos papeles que esperaba con ansias; por fin no tendría que vivir sola en una casa que era pequeña, pero que parecía de terror aunque sea su infancia.
  Finalmente Aizawa le dio esos papeles. Shoto y ella se despidieron, mientras se dirigirian a la salida Mei leía la informacion; la ubicación, lo que había, como se organizaria y algunas cosas más.
  Por la noche, ella finalmente asistió.
  Cuando llegó a donde se encontraban las habitaciones, enseguida vio que su profesor estaba allí, buscando una señal de ella.
  Aizawa estaba junto a Todoroki, que parecía algo dormido.
     — Veamos...¿Cuál era tu habitación? — Decía Todoroki. El la estaba guiando y presentandole los lugares del edificio.
     — ¿Uh? Es la 12, según el papel.
     — ¿Ahí? — Shoto señaló con el dedo una puerta con un cartel dorado, con el número 12.
  Mei le hecho un vistazo, cuando confirmo que era esa asintió y camino hasta ella. Sacó de su bolsillo una llave que era la de su habitación, la penetró en la puerta y está les abrió paso a su interior.

  Para Mei estaba vacía.
     — ¿Debo decorarla? — Preguntó Oshina.
     — Si quieres. Mi habitación está al lado de la tuya, que casualidad — Comentó Todoroki.
  Ella sonrió débilmente. Se paró en su interior y empezó a observarla junto a Shoto.
     — Uhm, Mei-san.
  《¿Mei-san?, ¿Desde cuando Todoroki me pone apodos?》 Se preguntaba a sí misma.
     — ¿Puedo darte algo?
  Ella lo afirmó. Shoto camino hasta ella y saco de una bolsa que llevaba desde que Mei llego, una bufanda color rojo oscuro, que enseguida comenzo a dilatar un aroma hermoso. Los ojos de Mei se iluminaron cuando Todoroki extendió su mano con la bufanda hacia ella, ofreciéndola.
     — ¿A qué se debe esto? — Preguntó con la expresión más preocupada que nunca.
     — Porque hoy te hice enojar, así que tomala y me iré.
  Ella agarro la bufanda, y enseguida el comenzo a largarse.
     — Dime buenas noches.
     — ¿Qué?
  Apenas parpadeo, su amigo ya estaba 3 metros más cerca de ella.
     — ¡Todoroki! — Exclamó avergonzada, enseguida se tapó el rostro mientras sus mejillas se ruborizaban debido a la poca distancia que había entre ella y él.
     — Buenas noches, Mei.
  Hubo 5 segundos de silencio, cuando Mei decidió devolverle las buenas noches.
     — Buenas noches, Todoroki-kun.
  El puedo ver cómo ella sonreía. El bicolor retrocedió, luego se retiró. Mei estaba sola ahora, y no le quedaba más que contemplar la luna, ella no tenía sueño. Apoyo unos objetos en su cama y después se dirigió a su balcón. Allí, admiro a la luna. Sentada, tranquilamente, echó un vistazo hacia el exterior. Había un bosque repleto de sonidos de insectos, y a lo lejos apenas se veían las luces que pertenecían a la ciudad, pero Mei le temía a esos tipos de paisajes; los lugares oscuros, el bosque era uno de ellos y le recordaba muchas cosas, además de que muchos animales habitan en el y lo peor que se podía esperar de un bosque cerca de un edificio, es un lobo dándote el último aliento después de despertar. Recibio un escalofrío en la espalda, que la hizo cambiar de opinión acerca de estar más tiempo alli; se levantó y cerró la puerta que daba a su balcón, saco lo que había dejado en su cama y lentamente se acostó en ella.
  Amaneció recibiendo la luz del sol en sus ojos y su cuerpo totalmente recibiendo un calor insoportable. Le tomó un tiempo desenredarse del desorden entre sus sábanas. Hizo lo típico que hacía por las mañanas para luego irse al comedor. Varias personas estaban ahí cuando ella se sentó: Uraraka, Lida, Kirishima, Midoriya y Bakugo. Mei vio un enorme desayuno que se extendía hasta el final de la larga mesa. En frente de ella había un té servido, que ella segundos después empezo a beber. Sus compañeros estaban charlando alegremente mientras que uno de ellos sólo se encogió con una expresión molesta, era Katsuki. Mei notó que Todoroki y Momo llegaban al comedor juntos, y devuelta aparecieron esos celos. Ellos estaban hablando mientras que a Mei la hundía una sensación horrible. Ella dejó de mirarlos y continuó bebiendo su té. Cuando Momo y Shoto se sentaron Mei se marcho algo enfadada, aunque su rostro no mostraba nada. Volvio a su habitación, cuando entro en ella se dirigió a su cama y se desplomó en esta, agarró su celular para despues volver a dejarlo a un lado de ella. Se puso de pie para caminar al balcón, donde se quedó unos minutos recibiendo calor. Después se acordó de que podía largarse a su casa en vez de estar soportando a sus compañeros.
  Abrió la puerta de la salida y se fue. Todavía tenía unas personas mirandola, afuera estaban Momo y Shoto sentados en un banquito, riéndose a carcajadas. Oshina los miró fijamente y después continuó su camino.
《Esto no está bien. Tengo un mal presentimiento de ese bosque, mmh. Y...¿Cuando volveré a las Artes marciales?, ¿Hoy es sábado?》se preguntaba a ella misma, era la intención de olvidarse de ellos. Cuando los paso por al lado estos le echaron un vistazo con seriedad. Mei siguió y siguió, internandose cada vez más en los árboles. Cuando salió del largo bosque partió de nuevo a su casa.
  Llegó, algo cansada y dormida.

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  Hola, les quería dar un avisó antes de que empiece el otro capítulo: la razon por la que mis capítulos ahora tienen más palabras es porque quiero entretenerlos más, por lo tanto, voy a seguir así hasta que llegue el final de este fanfic. Sin embargo, escribir al menos un capitulo requiere mucho tiempo si escribo tanto, más o menos una semana, ya que no me enganchó mucho escribiendo debido a que tengo pocas palabras que distinguen las situaciones.
  Espero que les haya gustado, hasta la próxima.