El infierno de Dante 2 (Insidious) [Yoonkook]

Capítulo 30 (Final)

Responderé con fuerza a todo aquel que en su intento por sodomisarme, ponga sus manos sobre mi, nadie puede controlar al demonio que está naciendo, soy y pertenezco a mi propio ser.
Haneol Yoon

Yoongi observó con ojos soñadores, al menor debajo de él, ambos estaban desnudos, a excepción de su ropa interior, recostados en el sofá, con Yoongi sobre el, sus piernas entrelazadas y sus manos sosteniéndose.

—No recordaba que eres así de hermoso —susurró Yoongi  a la par que le regalaba un beso al menor, este último sonrió apretando los dedos del rubio, se sentía especial estando de esa forma, tan tranquilos, tan cómodos.

—¿Con todas estas cicatrices? Hyung… no bromee conmigo. —hizo un tierno e inocente puchero, lo que le recordó al antiguo tierno y tímido Jungkook, eso hizo que besara una de sus mejillas rojizas.

—¿Pero que dices? Jamás he visto un ángel más hermoso, cada parte de ti es mi favorita. —Jungkook no pudo evitar reírse y soltó la mano del mayor para llevar ambas a su rostro y atraerlo para besarlo dulcemente.

—Usted también es un demonio muy hermoso. Admito que extrañé su exquisito calor, sus manos sobre mi. Admito que lo extrañé a usted y que le lloré muchas largas noches. Ansiando poder abrazarlo y pedí en voz alta que viniera por mi. —El rostro de Yoongi se entristeció —pero entiendo que le era imposible saber mi paradero cuando estaba tan lejos. No pensé en ese momento, creí que a lo mejor no le importaría, porque que caso tenía que usted se preocupara por alguien tan insignificante como yo. Y luego cuando apareció frente a mi, no tiene idea de todas las emociones que hizo florecer. Quería correr a sus brazos y rogarle por socorrerme. Pero debía mantener el control, por su bienestar y por el mío. —Yoongi se mantuvo en silencio no sabiendo como responder a ello, en su lugar quiso aclarar una duda.

—Cuando peleamos afuera de mi trabajo…. Mencionaste que veías cosas. ¿Qué cosas? —Jungkook cerró los ojos y suspiró, Yoongi no pudo evitar besar el lunar en cercano a su labio, haciendo al menor sonreír mostrando sus dientes, hermosa sonrisa.

—Si… creo que me autoforme una esquizofrenia. Comencé a tenerla desde que lo vi por primera vez. En el colegio. Le tuve miedo, y comenzó a cambiar tantas cosas de mi vida que comencé a ver y percibir cosas extrañas, al principio era una nube negra y densa, siguiéndolo a todas partes. Todo empeoró cuando me llevaron a China y me lastimaron, comencé a escuchar voces, a ver esa nube rondándome constantemente, sentía escalofríos, mi piel dolía porque creía que la nube quemaba. Y desapareció cuando pasó mucho tiempo. Pero cuando usted volvió a aparecer, la esquizofrenia llegó nuevamente, pero con más intensidad, las voces eran más fuertes y claras, la nube ya no era solo una nube, era una persona, cree una persona, la llamé Seokjin, y luego un demonio enorme con su rostro. —dijo refiriéndose a Yoongi, quién no podía creer que el menor pasara por todo eso. Cuan lastimado estaba su pequeño ciervo.  —Seokjin me dijo que el desaparecía cuando por fin me diera cuenta de que mi lugar es a su lado. Pero cuando estábamos teniendo relaciones, lo vi de nuevo, yo creo que se volvió parte de mi y jamás desaparecerá. —Yoongi se preocupó cuando Jungkook comenzó a soltar lagrimas lastimeras, así que las limpió con sus pulgares. —Estoy tan asustado —chilló

—No amor, puedes superarlo, solo es cuestión de que dejes todo esto atrás, voy a ayudarte si me lo permites, prometo que no tendrás que ver más cosas por mi culpa.

—No es solo por usted, Hyung. También es por mi propio temor de ir al infierno, me formé traumatismos con todo el daño físico y mental que me hicieron mis padres y los obispos. Usted solamente es mi salvación.  Si no hubiera aparecido en mi vida, probablemente tendría un hijo con una mujer a la que no hubiese respondido, un hijo al cual jamás llamaría hijo ni aceptaría como mío. Probablemente estaría azotando jóvenes todo el tiempo como los sacerdotes deben hacer para meterles en sus cabezas estas ideologías oportunistas. Si no hubiera aparecido en mi vida, yo seguiría cegado por el fanatismo religioso, creyendo que el maltrato físico era normal y por voluntad divina. Que el castigo de dios era justo y necesario. Y no lo es. Gracias a usted me di cuenta de todo ello.