Capítulo 13

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-Yoongi, te digo que está bien, no hagas esto más grande por favor. - trató de llamar Hoseok, pero su amigo parecía no escucharlo, o simplemente lo estaba ignorando. -Yoongi te lo digo enserio - lo siguió a pasos agigantados pero incluso así no logró alcanzarlo. Cuando estaba molesto caminaba más rápido e lo  normal. Y no solo eso, Yoongi era peligroso cuando estaba molesto, no hace mucho su  padre y el se habían encontrado por accidente en el centro de la ciudad. El hombre lo miró por un momento y luego sonrió divertido al verlo. Le había dicho que ya estaba grandecito y podía trabajar así que podría volver a casa con él. Por su puesto a Yoongi aquello no le había agradado. Sobre todo después de que su padre llamara puta a su difunta madre. Los ojos de Yoongi se habían convertido en flamas ardientes y se le echó encima golpeándolo. Sin embargo su padre seguía siendo más fuerte y logró derribar al pelinegro. Ese día Yoongi caminó tan rápido que casi lo perdió de vista. - Volvamos a casa por favor.

- ¿Dónde está el? - preguntó deteniéndose frente al colegio de Hoseok, este había salido más temprano de casa con la intención de que Yoongi no lo siguiera, pero el pelinegro siempre era más rápido y más inteligente, ya estaba despierto cuando Hoseok se levantó. 

- No lo se, tal vez ni vino, el falta seguido.- Rezaba a los dioses por que así fuera, pero para su desgracia, el sujeto apareció frente a ambos haciendo burlas hacia Hoseok, como siempre. Yoongi miró al susodicho con ojos entrecerrados. Era un chico bastante corpulento, más alto que ambos, de cabello pelinegro, no era gordo, pero tenía bastante masa muscular. Y eso le hacía verse ancho. Detrás de el dos chicos muy delgados, el trío portando el uniforme escolar, desfajado y de todas las maneras que fueran en contra de las reglas escolares. 

- Oh Seok, ¿Qué te pasó? ¿Te caíste? - los tres amigos rieron, Hoseok acostumbraba a mentir diciendo que se había caído cada vez que un nuevo golpe aparecía en su cuerpo. El mencionado agachó la mirada y Yoongi no perdió tiempo para enfrentar al chico corpulento.

- Así que tu le pegaste - afirmó, el chico que había estado ignorando su presencia, lo miró por primera vez con desdén. Pronto sus labios formaron una sonrisa ladina y se acercó a Yoongi hasta que sus rostros quedaron bastante juntos.

- Si, ¿por qué? ¿También quieres? Muñeca - lo siguiente que Hoseok vio fue el puño de Yoongi estamparse en el rostro del chico tumbándolo al suelo, los ojos de todos incluyendo el de él se abrieron sorprendidos. - estás  muerto - pronto iniciaron una pelea, en la que Yoongi no pensó en nada más que destrozar la cara del idiota. A los pocos minutos Yoongi lo tenía debajo, con el rostro sangrando y casi desmayado, podía escuchar los gritos de todos, incluyendo los de Hoseok pidiéndole que se detuviera. 

- Yoongi vas a matarlo, déjalo, basta - pedía a gritos, pero Yoongi no estaba dentro de si en ese momento, tan solo eran el y.... su padre, el hombre que había  matado a su madre estaba debajo de el, y por fin se estaba desquitando, sin embargo los gritos de Hoseok más intensificados, lograron traerlo de nuevo a la realidad. - ¡La policía Yoongi, la policía está aquí!

Demasiado tarde reaccionó, ya se encontraba esposado y dentro del auto.

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Yoongi llevó sus manos hacia atrás juntándolas, sus ojos viajaron curiosos en las pinturas frente a el, hermosos bocetos de paisajes y rurales y urbanos, se encontraba en el museo nacional de China, observando embelesado, lo que otras manos habían creado y entonces entró la nostalgia, hacía tanto tiempo que no pintaba, su ultimo cuadro había sido el de Jungkook, desde entonces no había querido tomar un lápiz o pincel  nuevamente. Le encantaba este museo, tenía de todo tipo de arte en pintura. Y lo mejor de todo es que podías comprarlo. Tenía en sus manos un folleto donde tenía todo tipo de información sobre las pinturas, también una sección para artistas, podías vender tus pinturas a buen precio en el museo, y ochenta por ciento de las ganancias eran tuyas, y el otro veinte por ciento para el museo. Le aparecía demasiado bueno. Los fines de semana subastaban algunas pinturas y las ganancias iban donadas a orfanatos y hospitales de cáncer y otras enfermedades terminales o discapacidades. Yoongi estaba muy contento con ello.

El infierno de Dante 2 (Insidious) [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora