Capítulo 17

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- Libera pues dios a este hombre que ha caído ante las garras del demonio de la sexualidad. Le ha convencido de ceder su cuerpo e incluido que fuera profanado por miembros espinosos, por un sodomita abusador. —Los gritos de Jungkook resonaban por todo el cuarto. Su piel ardía con cada azote con la varilla caliente.

Después de lo arrastraran de la cabaña al haberlo encontrado con Yoongi, lo llevaron al cuarto rojo para hacer una limpia, la cual constaba de rezos y azotes por toda la noche. Ya no podía soportarlo más, sus muñecas ardían gracias a las sogas que lo ataban contra una cruz.

- Por favor ... por favor paren. Duele, duele mucho. Lo siento, lo siento, de verdad lo siento. —Lloró con fuerza apretando los dientes y mordiendo sus ya lastimados y rotos labios.

—Debes quedar limpio, una noche no será suficiente, pasaran años de dedicación y sumisión total para que puedas ser perdonado por nuestro creador. —El obispo se alejó del cuerpo de Jungkook y alzó sus manos al aire, cerró los ojos y comenzó a susurrar palabras de oración. Jungkook no paraba de llorar, le dolía el cuerpo completo, la cintura por haber tenido recientemente relaciones con Yoongi, los brazos y piernas por las ataduras, y su espalda ardía infernalmente. Sus dientes también dolían por el castañeo y por apretar la mandíbula. Sus ojos estaban rojos e hinchados de llorar. Su garganta ardía por gritar, su corazón por todo el daño que hacía su familia y su propio dios.

—Yoongi Hyung ... Yoongi Hyung ...— susurró pero alcanzó a ser escuchado por su madre, quién se acercó a él y lo de la barbilla.

—No pronuncies ese nombre maldito dicho ella con la mandíbula presionada. Tu padre está tan decepcionado de ti, el está en casa rezando por ti, por si mismo para no matarte a golpes, es capaz de cometer ese pecado por ti.

—Madre, duele tanto, por favor libérame de este castigo. No es justo.

—Es menos de lo que realmente mereces

—Madre ... —dejó caer saliva, ya le era imposible mantener su boca cerrada.

—Nada más voy a decirte tres cosas Jungkook, en primer lugar, te irás a China a continuar con tu seminario y allá te convertirás en sacerdote.

—Por- por favor, no quiero esto para mi, quiero una nueva vida —sorbió por su nariz. —Una donde pueda tomar mis propias decisiones, donde sea feliz.

—Ese demonio te ha metido ideas mundanas en la cabeza. Los nuevos hijos nacidos de hombres que no creen en dios, pelean por una liberación que no existe. Te ha convertido en lo mismo, en un despreciable Epicurio, un hereje

—No, por favor escúcheme, él es bueno. Ayúdame mamá, no quiero estar aquí, duele mucho -sus lágrimas cayeron como gotas de sangre, el solo roce de ellas en sus mejillas rojizas se sentían arder.

—Solo te advierto una cosa -bramó la mujer con los músculos del rostro tensos, los ojos abiertos y los dientes apretados —Si ese demonio vuelve a acercarte a ti, enviaré a que lo asesinen y regrese al infierno a donde pertenece, de donde nunca debió haber emergido.

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—Hoseok, te dije que no era necesario que vinieras aquí —pero eso que importaba cuando en este momento, el pelirrojo lo tenía entre sus brazos, apretandolo más de lo que le gusta. —basta, déjame ir. —se alejó de su mejor amigo y le sonrió. Su boca podía decirle que era un exagerado por ir y buscarlo hasta Seúl nuevamente. Sin embargo por dentro estaba tan contento de no estar solo.

—Sabes bien que no te dejaría, además hay algunas cosas que debes saber, Yoongi. —el mencionado le miró con confusión, le hizo pasar y cerró la puerta detras de él. Hoseok se quitó su abrigo. —Tu casa es demasiado caliente.

—No es demasiado caliente, lo que pasa es que la tuya es demasiado fría. —El pellrrojo asintió de acuerdo. —¿Qué es eso que tienes que decirme? —ambos tomaron asiento en sofás diferentes, mirándose de frente.

—Tal vez esto te haga enojar pero... —Hoseok se cruzó de piernas y carraspeo. —Yng mi hblo cn jkk —balbuceo

—¿Qué? —se acercó un poco para tratar de escucharlo

—Yng m hblo cn jkk —repitió escondiéndose entre el cojín que tomó del sofá.

—Dios, Hoseok. ¡Habla más claro! —le reprendió.

—¡Yang Mi habló con Jungkook!

—¿¡QUE!? —se puso de pie y Hoseok se encogió en su sitio —¿De que pudo haber hablado con Jungkook? ¿Qué fue lo que le dijo?

—No se que le haya dicho ella a él, pero si se que le dijo él a ella.—Yoongi volvió a sentarse esperando a que Hoseok hablara. —Yoongi, a Jungkook lo amenazaron sus padres y el clero  con asesinarte si te acercabas a él. —Yoongi levantó una ceja, si creía que hayan amenazado al menor pero de eso a realmente hacerlo, no lo creía en verdad. —Descubrieron que fuiste hasta china y que conversaste con él. Así que te tienen en la mira.

–Por favor —rodó los ojos y se puso de pie para ir a la cocina siendo seguido por el pelirrojo.

—¿No me crees cierto? —el pelirrojo abrió el refrigerador para sacar lo que se econtrara.

—Esa familia tiene un alto problema con cometer pecados, ¿crees de verdad que matarían a alguien?

—Ellos no, pero la iglesia esa...

—No me harán nada Hoseok, además... ya le prometí a Jungkook no volverla a molestarlo.—Puso agua en la tetera, le dio la espalda a Hoseok mientras este se comía una gelatina que Yoongi tenía en su refrigerador.

—¿Y lo cumplirás? —ante esa pregunta, Yoongi alzó la cabeza, sin mirar atrás, solo viendo hacia enfrente, pensando en si él sería capaz de cumplir esa promesa. Por que no importaba cuanto Jungkook le haya hecho mal, no importaba el rechazo, la mala voluntad, el dolor, el seguía amando a Jungkook y no creía ser capaz de olvidarlo de manera tan sencilla. Sin embargo el tenía dignidad, así que tampoco importaba cuanto lo amara, el hizo una promesa y no pensaba humillarse más de lo que ya estaba. Jungkook iba a sobrevivir sin él, así que así tenía que ser.

—Si, de todas formas el no quiere verme más, técnicamente me aborrece. Aunque no dije que le cerraría las puertas. —Hoseok alzó las cejas confundido —si es él quien decide regresar, lo recibiré con los brazos abiertos. No importa cuánto me amenacen.

El infierno de Dante 2 (Insidious) [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora