Una misión suicida

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La profecía decía que cinco personas debían ir en la misión, y a nadie le pareció que Nico debía ser parte. ¡Todo era culpa de esas estúpidas cazadoras! No querían ir con ningún chico, así que se llevaban a Thalia y Annabeth en su lugar. ¡Incluso Bianca estaba incluida en el grupo! Era tan injusto...

Frustrado, Nico decidió marcharse a los establos. El verano anterior Percy había rescatado a un pegaso de las garras de Luke, y como él no estaba ahí...

Blackjack era bastante grande para un chiquillo del tamaño de Nico, pero el animal se inclinó gentilmente hacia él, dándole un toque en el hombro con la cabeza.

"Lo siento, Percy no esta aquí así que no puedo entenderte..."

Blackjack soltó un relincho y se movió impaciente, caminando hacia la puerta.

"¿Quieres que te ayude en algo?"

El caballo asintió.

Bueno, Percy siempre estaba ayudando a los hipocampos cuando pasaban por el campamento así que debía ser eso. Nico no tenía idea de si podría ayudar en algo, pero podía intentar.

"Ok, pero déjame ir por mis cosas..."

Era ya pasado el toque de queda, así que viajó por las sombras de regreso a la cabaña de Poseidon. Estaba recogiendo su espada cuando volteó a ver y miró la mochila de Percy, olvidada en la cama. En un impulso, la recogió y se la puso en los hombros. Por alguna razón, sentía que no volvería ahí por un tiempo.



Blackjack los llevó volando hacia el mar. Volar era una sensación bastante cool, aunque siempre ponía nervioso a Nico. Finalmente, se detuvieron sobre el agua. No se veía nada en la superficie, así que debía ser bastante profundo... y Nico no podía respirar en el agua.

Quizá, si tenía suerte— cerró los ojos, concentrándose en el agua. Más de alguien debió haber muerto en algún naufragio. Aunque todavía no tenía mucho control, a veces podía controlar algún fantasma o dos.

La verdad, no sabía si había funcionado en lo absoluto hasta que los hipocampos subieron a la superficie, nadando en círculos. Junto con ellos había una criatura que nunca había visto antes, mitad vaca mitad serpiente. Nico sonrió y se agachó desde el lomo de Blackjack para acariciarle la cabeza.

"Ten mas cuidado la próxima vez"

Las criaturas se alejaron de nuevo, y Nico suspiró. Debía ir regresando al campamento antes de que notaran su ausencia, o se metería en problemas. Sin embargo, cuando estaba caminando hacia la cabaña de Poseidon, escuchó un par de voces conversando cerca de la Casa Grande.

Rápidamente, se escondió entre las sombras y se asomó a ver. Bianca y Zoë estaban ahí, solas.

"... pero no podemos ir solo nosotros" su hermana estaba diciendo "la profecía dice que son cinco los que debemos ir en la misión, y con Phoebe en cama—"

"No, es muy tarde para elegir otro campista. Además, tengo el presentimiento de que no debemos elegir a nadie más" Zoë sacudió la cabeza "iremos sólo nosotras cuatro"

"Pero..."

"Vamos, está a punto de amanecer y debemos irnos"

Las dos se alejaron rápidamente y Nico salió de su escondite. Esta era su oportunidad.



Después de casi dos años sabiendo que era un semidiós, Nico había aprendido a quedarse quieto cuando era necesario. Además, Maddie y Mason le habían enseñado un par de trucos para que nadie detectara su presencia.

Percy Jackson y el regalo de PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora