II

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El ascensor llega a la planta baja y salgo en cuanto se abren las puertas. Cierro los ojos y respiro hondo, dejo que el aire me purifique e intento recuperar la poca serenidad que me queda.

Ningún hombre me había impactado como Draco Malfoy, y no entiendo por qué. ¿Porque es guapo? ¿Educado? ¿Rico? ¿Poderoso? No entiendo mi reacción irracional. ¿Qué me ha pasado? Mi corazón recupera su ritmo habitual y puedo volver a respirar normalmente. 

Comienzo a caminar para olvidar lo que ha pasado pero empiezo a sentirme idiota y avergonzada por la entrevista. De acuerdo, es muy atractivo, seguro de sí mismo, dominante y se siente cómodo consigo mismo, pero por otra parte es arrogante y, por impecables que sean sus modales, es dictador y frío. Bueno, a primera vista. 

Camino despacio, divagando, pensando en esos penetrantes ojos azul grisáceos que me miran. Muevo la cabeza, olvídalo Gia.

De pronto noto que he caminado mucho y hago parar un taxi para llegar a mi destino. Tengo suerte. Mis padres junto con los de Flis nos han pagado el alquiler de una casa. Llevamos cuatro años viviendo aquí desde que comenzamos la Universidad. Bajo del taxi y cojo las llaves de mi bolso para abrir la puerta.

—¡Gia! Ya estás aquí.

Flis está sentada en el salón, rodeada de libros. Es evidente que ha estado estudiando para los exámenes finales, aunque todavía lleva puesto el pijama rosa, el que reserva para cuando ha roto con un novio, para todo tipo de enfermedades y para cuando está deprimida en general. Se levanta de un salto y corre a abrazarme.

—Empezaba a preocuparme. Pensaba que volverías antes.

—Pues yo creo que es pronto teniendo en cuenta que la entrevista se ha alargado...

Le envío la entrevista por Whatsapp.

—Gia, muchísimas gracias. Te debo una, lo sé. ¿Cómo ha ido? ¿Cómo es?

—Me alegro de que haya acabado. Sabes que no suelen intimidarme pero... él ha estado bastante intimidante, la verdad. —Me encojo de hombros—. Es muy centrado, incluso intenso... 

Flis me mira con expresión cándida. Frunzo el ceño.

—No te hagas la inocente. ¿Por qué no me pasaste una biografía? Me ha hecho sentir como una idiota por no tener idea de nada de su vida.

Flis se lleva una mano a la boca.

—Vaya, Gia, lo siento... No lo pensé.

Resoplo.

—En general ha sido amable y formal. No habla como un tipo de veintitantos años. Por cierto, ¿cuántos años tiene?

—Veintisiete... Tendría que haberte contado un poco, pero estaba muy nerviosa. 

—Bueno, lo hecho, hecho está... iré a descansar y estudiar un poco...

—Iré a pasar la entrevista mientras... Gracias otra vez —Se acerca efusivamente a mi, me besa la mejilla y corre a su habitación.

Horas después...

—Lo que me has traído está genial, Gia. No puedo creerme que no aceptaras su oferta de enseñarte el edificio. Está claro que quería pasar más rato contigo.

Me lanza una fugaz mirada burlona.

— Lástima que no tengamos fotos propias. El hijo de puta está bueno, ¿no?

Lo pienso por unos segundo

—Por supuesto que está bueno.

Dije dándole una mirada y riendo.

Nunca he querido más - Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora