Me despierto sobresaltada Creo que acabo de rodar por las escaleras en sueños y me incorporo como un resorte, momentáneamente desorientada. Es de noche y estoy sola en la cama de Draco. Algo me ha despertado, algún pensamiento angustioso. Echo un vistazo al reloj. Son las cinco de la mañana, pero me siento descansada. Tengo que tomarme la píldora. Salgo de la cama, agradecida de que algo me haya despertado. Oigo a lo lejos el piano. Draco está tocando. Eso no me lo pierdo. Me encanta verlo tocar. Desnuda, cojo el albornoz de la silla y salgo al pasillo mientras me lo pongo, escuchando el sonido mágico que proviene del salón.
En la estancia a oscuras, Draco toca. Está concentrado , absorto en la música. No quiero interrumpirlo. Me gustaría abrazarlo. Parece perdido, abatido, y tremendamente solo. Me acerco a él con cautela. Alza la vista hacia mí y frunce el ceño, antes de centrarse de nuevo en sus manos.
Mierda, ¿se habrá enfadado?
-Deberías estar durmiendo -me reprende suavemente.
Se que algo le preocupa.
-Y tú -replico con menos suavidad.
Vuelve a alzar la vista, esboza una sonrisa.
-¿Me está regañando, señorita Lacroix?
-Sí, señor Malfoy.
-No puedo dormir -me contesta ceñudo, y detecto de nuevo en su cara un asomo de irritación o de enfado.
Ignoro la expresión de su rostro, y armándome de valor, me siento a su lado y apoyo la cabeza en su hombro desnudo para observar cómo sus ágiles dedos acarician las teclas.
-¿Qué es lo que tocas?
-Chopin Op. 28 Preludio n°4 en mi menor, por si te interesa -murmura.
-Siempre me interesa lo que haces.
Se vuelve y me da un beso en el pelo.
-Siento haberte despertado.
-No has sido tu. Toca la otra.
-¿La otra?
-La pieza que tocaste la primera noche que me quedé aqui.
-Ah, la de Marcello.
Empieza a tocar lenta, pausadamente. Noto el movimiento de sus manos en el hombro que me apoyo, y cierro los ojos. Las notas tristes y conmovedoras nos envuelven poco a poco y resuenan en las paredes. Es una pieza asombrosamente bella y triste; me dejo llevar por la hermosura del lamento. En cierta medida, refleja cómo me siento.
-¿Poe qué solo tocas música triste?
Me incorporo en el asiento y lo veo encogerse de hombros, receloso, en respuesta a mi pregunta.
-¿Así que solo tenías seis años cuando empezaste a tocar? -inquiero.
Asiente con la cabeza, aún más receloso. Al poco, añade:
-Aprendí a tocar para complacer a mi madre.
-¿Para la fachada de familia perfecta?
-Sí, algo así -contesta evasivo- ¿Por qué estás despierta? ¿No necesitas recuperarte de los excesos de ayer?
-Aún tengo el horario de París. Además, tengo que tomarme la píldora.
Arquea una ceja, sorprendido.
-Me alegro que te acuerdes -murmura, y veo que lo he impresionado- Solo a ti se te ocurre empezar a tomar una píldora de horario específico en una zona horaria distinta. Quizá deberías esperar media hora hoy y otra media hora mañana, hasta que al final terminarás tomándotela a una hora razonable.
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Nunca he querido más - Draco Malfoy
Novela JuvenilSigue la vida de Gia Lacroix, una tímida chica virgen, y Draco Malfoy, un enigmático y adinerado empresario/mago. Una relación intensa y complicada comienza a desarrollarse, desafiando los límites del amor y el deseo. Contenido +18.